Respirar por la boca puede afectar a tu intestino

Dormir con la boca abierta

Darío Pescador

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Mal mirado, un ser humano es un tubo de carne con un agujero de entrada y otro de salida. Aunque nos parezca que nuestro tubo digestivo está dentro de nosotros, en realidad forma parte del exterior de nuestro organismo, como nuestra piel. Al igual que en nuestra piel, en nuestro tubo digestivo viven billones de bacterias y otros microorganismos con los que tenemos una relación de simbiosis. No podríamos vivir sin ellas, ya que la forma en la que pagan el alquiler en nuestro cuerpo es produciendo nutrientes que necesitamos y defendiéndonos de los ataques de otros microorganismos.

Según los últimos descubrimientos, el microbioma de nuestro intestino tiene la llave de nuestra salud, Por ejemplo, estudios recientes han descubierto que tener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino puede mejorar la digestión, reducir la inflamación, aumentar la inmunidad, e incluso modificar nuestro comportamiento.

Pero, ¿qué tiene esto que ver con dormir con la boca abierta? Mucho más de lo que parece.

La nariz sí, la boca no

Multitud de estudios han asociado respirar por la nariz con una mejor salud, y respirar por la boca con efectos indeseables y diversas enfermedades, desde la sinusitis hasta los accidentes cardiovasculares.

Cuando respiramos por la nariz, el aire que aspiramos en nuestros pulmones entra filtrado y humedecido. Las fosas nasales están recubiertas de unos pelillos llamados cilios, y los senos nasales están recubiertos de mucosidad. Ambas cosas ayudan eliminar alérgenos, contaminantes y otros irritantes del aire antes de que entren en el organismo. Además, en las fosas nasales se encuentran “antenas” del sistema inmunitario, como los llamados receptores de reconocimiento de patrones (PRRs), que detectan las posibles infecciones y activan la respuesta inmunitaria para eliminar las bacterias, virus y otros patógenos en la misma puerta de entrada. 

Es fácil comprender por qué al respirar por la boca, que carece de estas protecciones, estamos aumentando el riesgo de una infección. Pero además, también estamos cambiando la composición de la microbiota que vive en nuestra boca, para peor. Respirar por la boca la seca, ya que se reduce la producción de saliva, y una de las funciones de la saliva es mantener a raya a las bacterias y neutralizar los ácidos que producen. Con menos saliva hay más caries, inflamación de las encías, infecciones en la raíz dental, amigdalitis y gingivitis. Todo esto sin hablar de los ronquidos.

No solo esto, sino que un desajuste en la microbiota de nuestra boca también puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren, lupus eritematoso sistémico, enfermedad de Crohn y artritis reumatoide. Por si fuera poco, se supone que las bacterias que causan la gingivitis también pueden causar la enfermedad de Alzheimer

Ahora bien, las bacterias dañinas que han invadido la boca pueden terminar en el intestino. Un estudio publicado en 2019 en la revista Journal of Oral Microbiology descubrió que las poblaciones bacterianas de la boca llegan a la microbiota intestinal. Se calcula que un 45% de los microorganismos son comunes en los dos sitios. Esto puede alterar las respuestas inmunitarias y conducir potencialmente a enfermedades sistémicas como las enfermedades cardiovasculares, los partos prematuros, la diabetes y el Alzheimer. 

La disbiosis, es decir, la alteración del microbioma de la boca y el del intestino, además, está estrechamente relacionada con la obesidad y, por tanto, con el síndrome metabólico. Por este motivo se están estudiando tratamientos como los probióticos y el trasplante de materia fecal. 

Cómo respirar por la nariz

Pero parece que hay una solución mucho más simple para muchas de las dolencias anteriores: respirar por la nariz. Más simple no quiere decir más fácil. Se estima que entre el 30 y el 50% de los adultos respiran por la boca, especialmente de noche. Hay varios factores que influyen:

  • Congestión nasal: puede estar causada por alergias, un resfriado o sinusitis, y puede dificultar la respiración por la nariz.
  • Deformidades nasales: algunas personas pueden tener anomalías estructurales en las fosas nasales que dificultan la respiración por la nariz. 
  • Alergias: las alergias pueden causar inflamación e hinchazón en las fosas nasales, dificultando la respiración por la nariz.
  • Amígdalas y adenoides inflamadas: pueden obstruir las vías respiratorias y dificultar la respiración por la nariz, sobre todo en niños.
  • Apnea obstructiva del sueño: es un trastorno del sueño caracterizado por episodios repetidos de obstrucción parcial o completa de las vías respiratorias durante el sueño. 
  • Otras afecciones médicas: por ejemplo, el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la fibrosis quística.

Afortunadamente, es posible aprender a respirar por la nariz. Uno de los métodos más asequibles está el uso de esparadrapo antialérgico para tapar suavemente la boca por la noche, un método que parece dar buenos resultados.

Por otro lado, los métodos de reeducación respiratoria son técnicas diseñadas para ayudar a las personas a mejorar su respiración. Estos son los más conocidos y empleados en el tratamiento de estos problemas:

  • El método Buteyko: este método se basa en la idea de que la sobrerrespiración (respirar demasiado) puede provocar diversos problemas de salud, como asma, ansiedad y trastornos del sueño. El método Buteyko pretende reducir la respiración excesiva y mejorar la eficacia respiratoria mediante una serie de ejercicios respiratorios y modificaciones del estilo de vida.
  • El método Papworth: este método se basa en los principios de la biorretroalimentación (biofeedback), que consiste en utilizar sensores y monitores para medir las respuestas fisiológicas y ayudar a las personas a aprender a controlar las funciones de su cuerpo. En el método Papworth se utilizan sensores para medir los patrones respiratorios y enseñar a las personas a respirar de forma más eficiente.
  • Pranayama: este ejercicio respiratorio tiene su origen en el yoga. Consiste en controlar la respiración mediante técnicas de respiración lenta y profunda y la respiración nasal alterna. Se cree que el pranayama tiene numerosos beneficios para la salud, como mejorar la función respiratoria, reducir el estrés y prevenir enfermedades.

Es importante tener en cuenta que estos métodos pueden no ser adecuados para todo el mundo, y siempre es una buena idea consultar con un profesional sanitario antes de iniciar cualquier nuevo programa de reentrenamiento respiratorio, que además propondrá posibles soluciones para respirar mejor por la noche.

* Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.

¿En qué se basa todo esto?

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