Suplementos de boro para el cerebro, la testosterona y los huesos: ¿funcionan?

suplementos de boro

Darío Pescador

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¿Tomas tus vitaminas y minerales? Mucha gente sabe que el cuerpo humano necesita calcio, sodio, potasio, magnesio o hierro. Sin embargo, otros minerales son menos conocidos. ¿Crees que necesitas boro? Puede que más de lo que crees.

El boro es un elemento químico imprescindible para formar la pared celular en las plantas. También se utiliza para controlar la reacción de fisión en las centrales nucleares y con su sal, el bórax, se fabrica cristal, cerámica y un curiosos fluido no newtoniano llamado oobleck, que se vuelve sólido cuando se golpea.  

¿Qué hace el boro en el organismo? Pequeños estudios han indicado que puede desempeñar un papel en la función cerebral y otras procesos biológicos en los animales, pero en realidad hay mucho todavía por conocer.

Quizá por esa razón, el boro no se considera un nutriente esencial, y las agencias alimentarias no han establecido una cantidad mínima recomendada, aunque está presente en muchos alimentos. Podrías estar ingiriendo hasta 3 miligramos cada día con solo comer una manzana, beber café o picar unos frutos secos.

Por ejemplo, un ensayo de 1987 observó a mujeres posmenopáusicas a las que primero se les provocó una deficiencia de boro y luego se les reabasteció con 3mg al día. La suplementación con boro redujo la pérdida de calcio en la orina y elevó las concentraciones de estrógenos y testosterona, hormonas cuyos niveles descienden tras la menopausia.

Otro pequeño estudio de 1994 encontró que las personas que añadían 3,25mg de boro a su dieta tenían mejores resultados en tareas de memoria y coordinación mano-ojo que las personas con niveles bajos de boro.

El boro y los huesos, la testosterona y la inflamación

Por desgracia estos resultados alentadores no se tradujeron en muchos más experimentos con boro, y los que se han realizado desde entonces han sido principalmente con ratas de laboratorio intentando descubrir cómo funciona este elemento en el organismo. Por ejemplo, se ha comprobado que el boro podría ayudar a mejorar la salud de los huesos al aumentar el tiempo de actuación de la vitamina D en el organismo, que a su vez es esencial para absorber el calcio. Un estudio comprobó que las personas con niveles bajos de vitamina D son más propensas a tener niveles bajos de boro. Otros estudios apuntan a que el boro podría ayudar con la osteoartritis pero, de nuevo, faltan estudios más grandes. 

Los estudios de los años 90 sí llevaron a mirar más de cerca la relación entre el boro y las hormonas sexuales, en concreto la testosterona. Una reciente revisión de estudios titulada jocosamente 'El boro no tiene nada de aburrido' (Nothing boring about boron) concluye que el boro tomado en cantidades superiores a las que aporta la dieta (unos 6mg al día) aumenta la testosterona libre en casi un 25% y mejora los niveles de NAD+, con lo que podría contribuir a retrasar el envejecimiento. 

Una posible explicación a estos efectos beneficiosos del boro también aparece en esta revisión de estudios: el boro tiene efectos antiinflamatorios. La suplementación con boro reduce en más de la mitad los indicadores de inflamación, como la interleucina y la proteína C reactivas. También reduce la tasa de sedimentación de eritrocitos, que es otra medida de la inflamación que aparece en los análisis de sangre.

Como parte de esta explicación de sus efectos antinflamatorios, el boro también redujo los calambres y otras molestias de la menstruación y ayudó a reducir los dolores de rodilla en otro ensayo. 

Los suplementos que se encuentran en el herbolario o en Internet ofrecen distintas sales de boro y por lo general cápsulas con 3mg en total de este mineral. Algunos de los experimentos anteriores utilizan dosis mayores, de 6 y hasta 10mg, pero hay que tener en cuenta que el límite máximo diario está en unos 20mg para los adultos.

La mayoría de los expertos recomiendan aumentar la ingesta a través de fuentes dietéticas como frutas y verduras antes de considerar los suplementos. Entre los alimentos que contienen boro están las ciruelas pasas, albaricoques secos, aguacates, judías, frutos secos, frutos rojos, naranjas y uvas. También pueden encontrarse trazas de boro en el agua potable. 

* Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.

¿En qué se basa todo esto?

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