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El brote de COVID en el Teatro Real afecta a más de 50 artistas y técnicos

Los cantantes Michael Fabiano (como Rodolfo) y Ermonela Jaho (Mimì), ambos pertenecientes al primer elenco de 'La bohème' y baja por COVID

Elena Cabrera

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Más de 50 casos de positivos por COVID-19 desde el 22 de diciembre se han detectado entre trabajadores técnicos, de oficina, coro titular y elenco artístico de la ópera La bohème, que estos días se está representando en el Teatro Real de Madrid. El mayor número de casos se encuentra en el coro, una subcontrata de la empresa Intermezzo que canta en las diferentes producciones del Real.

Tras la publicación de este artículo, el Teatro Real ha comunicado que a las 15:00 horas del 3 de enero, el número actual de contagios activos es de 25 personas, de un total de 450 que incluye trabajadores y artistas. “Todos son asintomáticos o tienen síntomas leves. De cada uno de los casos tiene reporte puntual la Comunidad de Madrid”, informan fuentes de comunicación del Teatro, que indica que hacen “cribados constantes” en busca de positivos. “Lo más importante es que se ha aislado inmediatamente a cada persona que ha dado positivo en los tests. Luego, antes de incorporarse de nuevo al Teatro, se les ha hecho un nuevo test”, explica.

Las dos últimas funciones de la célebre ópera de Puccini siguen en pie a pesar del brote de coronavirus y se celebran este lunes 3 y martes 4 de enero. Sin embargo se realizará con un tercer elenco cuya participación no estaba prevista, contratado en días pasados, y con un coro francamente mermado, pues de los 52 cantantes que lo componen fallarán al menos 17, ya que ha habido 21 positivos pero alguno de ellos ya ha superado la cuarentena (el número exacto de intérpretes disponibles para participar en el coro no se sabrá hasta se realicen los test de PCR o antígenos este lunes).

Este diario ha podido confirmar esta información por diversas fuentes, ya que no ha habido una comunicación oficial con el detalle de los contagios por parte de la emblemática institución operística, que se limitó a emitir un comunicado pasadas las doce de la noche del día 2 de enero para anunciar la cancelación de la función de ese mismo día “debido a la crisis sanitaria provocada por la COVID-19”, sin ofrecer mayor información.

Contagios antes de Navidad

El 23 de diciembre se reportaron alrededor de una decena de casos en el coro. Además, se detectaron cuatro en el área técnica y menos de una decena en la orquesta sinfónica. Según avanzaban los días en las fechas navideñas, crecía el número de positivos, según informan fuentes de la sección sindical de CGT del Teatro Real, unos representantes sindicales que fueron emitiendo repetidas quejas a la empresa con copia a los delegados de Prevención de Riesgos Laborales del teatro.

Debido a que el mismo teatro sufrió un brote de contagios en el mes de marzo y “la comunicación por parte del Teatro Real no se produjo de un modo correcto”, según estas fuentes sindicales, también se han puesto en contacto con la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid para asegurarse de que tenían conocimiento del brote, como así es.

Para permitir el descanso de los intérpretes, en todas las producciones se planifican dos elencos. Tanto los solistas del primero como los del segundo se han contagiado, según fuentes de los trabajadores del Teatro. Es por ello que la institución ha tenido que recurrir a la contratación de nuevos solistas, conocedores del libreto de la ópera, para cubrir las bajas. Gracias a la cancelación de la función del día 2, ese día se realizó un ensayo para que las nuevas contrataciones pudieran prepararse para las funciones restantes. No obstante, algunos de los intérpretes del segundo elenco participarán en la función de este lunes, como es el caso de Pablo García-López (en el personaje de Benoît), Soloman Howard (en el de Colline) y Raquel Lojendio (en el de Musetta). También repite Roberto Accurso (como Alcindoro), que está presente en ambos elencos. “Están mezclando burbujas y se están saltando su propio protocolo de no combinar elencos”, según señala uno de los integrantes del coro, que participó en el ensayo del día anterior. Tanto el tenor (Francesco Demuro como Rodolfo) como la soprano (Ailyn Pérez como Mimì), los personajes principales y por tanto las dos voces más importantes, son nuevas contrataciones.

Eleonora Buratto, la soprano principal del segundo elenco, ha publicado en su cuenta de Twitter que se encuentra “bien” pero, a pesar de ello, no participa en la representación de esta noche porque sus funciones tenían previsto acabar el día 30. Sería la Mimì del primer elenco, Ermonela Jaho, quien debería cantar en la última función el 4 de enero, pero el Teatro Real no ha anunciado los nombres para ese día. Buratto ha admitido que la COVID está haciendo “estragos” en la representación de La bohème en el Real.

Los riesgos del coro

Uno de los cantantes del coro valora a elDiario.es que “realizando las funciones programadas para hoy y mañana, tanto Intermezzo como el Teatro Real están jugando con la salud de los trabajadores”. Y señala que su trabajo es uno de los más expuestos al riesgo de contraer COVID-19, pues la inhalación y exhalación de 50 personas juntas, cantando a pleno pulmón, como indican los expertos, incrementa el riesgo de contagio. Este intérprete, que participará esta noche en la representación de La bohème, considera que la protección es “insuficiente” pues no se guarda la distancia de seguridad entre ellos y utilizan mascarillas quirúrgicas de color carne como único equipo de protección individual. La empresa que contrata a los cantantes del coro no cubre las bajas por enfermerdad. Además, considera que el coro no debería haber participado en el ensayo del día 2, como no lo hizo la orquesta sinfónica (donde también se detectó algún positivo) para garantizar su protección sanitaria.

A la preocupación sanitaria se le suma la artística. Realizar la representación con un coro al que le falta más del 30% de sus voces y cambiar los solistas por otros nuevos un día antes de la representación “siempre va a desmerecer” -en palabras del cantante del coro- el que se considera a sí mismo como “la primera institución de las artes escénicas y musicales en España”. “Cualquiera que tenga un conocimiento de cómo va la ópera notará la diferencia”, explica. Y añade que para él “está clarísimo que no deberían celebrarse las funciones pero la cuestión es que lo entienda el teatro, si es que piensa en la salud de su trabajadores”. “En otros teatros del mundo, o de Madrid mismo, se suspende la función si hay un brote, pero son decisiones que debe tomar el teatro”, añade, en referencia a las recientes cancelaciones de musicales, como Company, dirigido y protagonizado por Antonio Banderas, o de las representaciones en la Ópera de Viena.

“Madrid puede estar sin ópera tres o cuatro días”, añade una fuente de la representación sindical de los trabajadores del teatro e insiste en que el Teatro Real debería “informar al público, a la plantilla y a los representantes sindicales” del alcance del brote, comparando lo que está sucediendo estos días con “la experiencia de marzo, cuando se intentó tapar” los contagios de 25 personas, durante la tercera ola de la pandemia.

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