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Jaione Camborda hace historia con 'O corno' y se convierte en la primera española en ganar la Concha de Oro

La cineasta donostiarra Jaione Camborda recibe la Concha de Oro a la Mejor Película por 'O Corno' durante la gala de clausura del Festival Internacional de Cine de San Sebastián

Javier Zurro

Donostia —

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En 71 ocasiones del Festival de San Sebastián, 14 veces la Concha de Oro había sido para un director español. Ninguna para una mujer. Ha tenido que llegar una directora donostiarra de 40 años con su segunda película para cambiar la tradición machista del cine español. Jaione Camborda ha puesto su nombre en los libros de historia del Festival gracias a O corno, un filme sobre una abortera obligada a huir en la Galicia rural del tardofranquismo. Un filme físico, sensorial y de silencios que abre con una larga secuencia de un parto que provocó desmayos en la sala. 

Por si fuera poca historia ser la primera mujer española en ganar la Concha de Oro, los hitos de Camborda no quedan ahí. Lo ha logrado con la primera película en una lengua cooficial. O corno es una película hablada en gallego y portugués. No son unas frases metidas con calzador, hay una apuesta clara y política por hacer cine en otras lenguas, en otros sitios. Salir del centrismo de las capitales y del castellano. Si hace dos años era Carla Simón la que ganaba el Oso de Oro e Berlín con una película en catalán, Alcarràs, ahora en el Zinemaldia lo hace otra mujer, con el gallego.

Camborda es, además, la cuarta directora que gana el máximo premio del Zinemaldia de forma consecutiva confirmando que el cambio en la industria es imparable. “Es muy especial recibirlo aquí, la ciudad que me vio crecer. Me siento halagada de recibirlo de este jurado al que admiro y con referentes para mí. Qué importantes son los referentes, las que abrieron camino, las que nos iluminaron”, dijo Camborda visiblemente emocionada que destacó que “la diversidad nos hace más libre” y lo compartió con las cineastas “que están por venir y que serán referentes para las siguientes”.

No fue el único premio para el cine español. El actor Hovic Keuchkerian logró el premio de interpretación de reparto por Un amor, de Isabel Coixet, una de las favoritas en todas las quinielas que se tuvo que conformar con este premio y el Feroz que otorgan los periodistas cinematográficos. Keuchkerian mostró sus dotes de stand up comedy en un discurso divertido. “Yo no sé lo que es el cine, pero sé lo que es un equipo. Y en esta Concha que es un honor, está todo el equipo de Un amor, todo el cast, todos los departamentos, que desde Sara Mesa escribió sin saber que la iba a adaptar Isabel Coixet en una película brutal. Sin equipo no estaría mi personaje. Todo equipo necesita un entrenador en el que mirarse, refugiarse, al que preguntar. Ese entrenador es Isabel Coixet. Se pueden hacer las jornadas más cortas de lo que pone en el plan. Se puede rodar con calma. Isabel Coixet eres una tía con una valentía, un coraje, un arrojo y una energía que la quisiera yo para mí”, dijo el actor. 

El de interpretación protagonista lo ganaron dos hombres, el veterano actor japonés Tatsuya Fuji, por Great Absence y Marcelo Subiotto, maravilloso como profesor de filosofía en Puan, otra de las favoritas de la crítica que también se llevó el premio al mejor guion para sus también directores, Benjamín Nayshat y María Alché, que dedicaron su filme a la educación pública de la que habla en tono de humor su estupendo filme, uno de los mejores de la Sección Oficial. Desde que el Zinemaldia suprimiera la división de géneros en los galardones interpretativos es la primera vez que no hay una mujer en ellos.

El premio especial del jurado fue para Kalak, de la directora sueca Isabella Eklöf, guionista del título de culto Border, que aquí pone su mirada en las consecuencias del abuso sexual y las heridas en la madurez. Un filme ambicioso, que también apunta al paternalismo del hombre blanco, a la necesidad de conquistar a través del sexo y que comienza con una escena perturbadora que ha sido de los momentos más comentados del Zinemaldia. Una felación explícita que pone al espectador en jaque para lo que vendrá a continuación. El filme de Eklöf también ganó el premio a la Mejor fotografía para Nadim Carlsen.

La Concha de Plata a la Mejor dirección fue para la dupla formada por Tzu-Hui Peng y Ping-Wen Wang por la delicada película taiwanesa A Journey in Spring, otra de las favoritas que sí entraron en el palmarés. Por el contrario, se fueron de vacío títulos como The Royal hotel, la poderosa mirada a las violencias machistas en un bar que ha dirigido con brío Kitty Green y la peculiar comedia argentina La práctica, de Martin Reijtman, también el tercer filme español a concurso, la cinta de animación El sueño de la sultana. 

Los premios del público de la sección Perlak fueron para La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona; e Io Capitano, de Matteo Garrone. Un galardón que viene acompañado de una cantidad de dinero para ayudar a la distribución y que en un giro irónico fue a parar una obra producida por una plataforma. Netflix ya ha confirmado que el filme de Bayona se estrenará en salas, pero no deja de ser extraño que sea una plataforma quien se lleve esa ayuda. Puede que por ello Bayona anunciara en su discurso que el dinero iría a la Fundación Biblioteca Nuestros Hijos, creada por las madres que perdieron a sus hijos en el accidente de los Andes y que acerca la cultura a los niños con menos posibilidades. “Netflix no necesita ese dinero para la distribución, así que todos hemos considerado que era oportuno hacer un uso útil de ese dinero y teníamos una deuda pendiente con las familias de los fallecidos y esa asociación”, ha dicho en la rueda de prensa de ganadores posterior.

Una gala marcada por uno de los asuntos políticos que también ha dejado huella en el festival, el auge de la extrema derecha en Argentina, con Javier Milei con posibilidades de llegar al poder en octubre y con su promesa de cerrar las instituciones públicas, el Instituto del Cine Argentino entre ellas. En el certamen, los representantes de las 25 obras en San Sebastián posaron en una foto y montaron su unión, y en los discursos de las películas ganadoras se volvió a subrayar la situación de alarma ante “la amenaza del neofascismo que cree que todo es un negocio, la educación, la cultura…”. “Estamos a tiempo de revertirlo, vamos a darlo todo para que no suceda. Aguanta, Argentina”, dijo el director Martín Benchimol al recoger su premio de la sección paralela de Horizontes Latinos.

Cierra así una 71 edición que comenzó marcada por el documental de Jordi Évole y Màrius Sánchez, No me llame Ternera, que llevó al Zinemaldia una polémica que se desinfló en cuanto se vio la película; y por la huelga de actores y actrices de Hollywood, que impidió la presencia de estrellas de EEUU y que Bardem recogiera su Premio Donostia, el mismo que recibió Víctor Erice en el mismo escenario que hace 50 años le vio recoger la Concha de Oro por El espíritu de la colmena.

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