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Estrenos de Cine

‘El rey de reyes’, el nuevo cine cristiano quiere consolidarse a través de la animación infantil

“Dejad que los niños se acerquen a mí”, les dijo Jesucristo un día a los apóstoles según la Biblia. El Mesías era consciente de que, a la hora de transmitir sus ideas, la infancia conformaba un destinatario provechoso. Era más impresionable que los adultos, y ante sus ojos inocentes las gestas del Hijo de Dios podían antojarse aún más grandiosas: todo un nuevo imaginario que admirar y ante el que arrodillarse. No debe ser casualidad, entonces, que en los últimos meses Jesucristo haya aparecido rodeado de chavales muy entusiastas hasta en tres obras de dibujos animados.

Una de ellas aún no puede verse en España. Se trata de la serie infantil The Chosen Adventures, que ejerce a su vez de spin-off de la exitosa serie en acción real The Chosen, consagrada a la vida de Jesús de Nazaret. Jesús es un personaje central en The Chosen Adventures, pero lo fundamental es que le rodean dos niños de Cafarnaúm llenos de preguntas sobre la vida, que el Mesías no perderá tiempo en contestar. Se puede ver desde octubre en algunos mercados de Amazon Prime Video. Puesto que el fenómeno de The Chosen se ha importado holgadamente en nuestro país, quizá no tardemos en poder disfrutar de estas aventuras para toda la familia en streaming.

Las otras dos ficciones son largometrajes animados que sí han tenido distribución nacional. Jesús, luz del mundo se estrenó el 10 de octubre y la presencia de un crío como acompañante estaba más justificada en términos bíblicos porque se trataba del apóstol Juan: la vida de Jesús volvía a ser narrada a través de sus ojos. Y por último tenemos El rey de reyes, la producción más ambiciosa de las citadas. También la que posee un planteamiento más chocante —el narrador ahora no es otro que el novelista Charles Dickens, siendo su hijo Walter junto a un gato quien interactúa con el Mesías—, aunque no es ese el motivo por el que ha sorprendido a la prensa de Hollywood.

El rey de reyes (al igual que The Chosen Adventures y su serie madre) es una producción de Angel Studios, estudio especializado en contenido cristiano que es ahora mismo referencia en EEUU. Y El rey de reyes, antes de llegar a España de cara a la temporada navideña, puede presumir de haber sido un pequeño acontecimiento durante la pasada Semana Santa. Fue cuando se estrenó en territorio estadounidense, recaudando 19 millones de dólares en su primer fin de semana. Tal y como se apresuraron a declarar desde la productora, es la mayor apertura para un filme animado de temática religiosa de todos los tiempos. Ha superado a El príncipe de Egipto, la última (y prácticamente única) producción que podía rivalizar con ella. De su estreno ya transcurren 27 años.

Un Jesucristo muy animado

Tal es el titular, pero difícilmente El rey de reyes se va a acercar a la recaudación total de la película de DreamWorks. Allá por 1998 esta adaptación de las gestas de Moisés ganó 218 millones de dólares a lo largo del mundo y fue nominada a dos Oscar (ganando uno, a Mejor canción original por la que conocemos aquí como Si tienes fe). A la gente de Angel Studios le gustaría pensar que es el gran precedente de El rey de reyes y, aun así, El príncipe de Egipto pertenece a una tradición muy distinta a aquella que ha posibilitado esta nueva aproximación a la biografía de Jesús. 

El compositor de aquellas imponentes canciones de El príncipe de Egipto no fue otro que Stephen Schwartz, años antes de diseñar la partitura de Wicked y poco después de haber trabajado en un par de clásicos Disney de la década de los 90. Y en efecto El príncipe de Egipto parte tanto de las sofisticadas películas animadas que la Casa del Ratón fue encadenando durante su Renacimiento noventero como de la gramática de Broadway: una que previamente ya había mostrado interés por los motivos bíblicos. El príncipe de Egipto es descendiente de Jesucristo Superstar o Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat, dos musicales de Andrew Lloyd Webber. 

El príncipe de Egipto motivó poco después un spin-off directo a vídeo (Joseph: Rey de los sueños) y este resultaba de adaptar el mismo relato de la Biblia que Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat. Hablamos, entonces, de espectáculos de masas. Historias religiosas que asaltan el mainstream, pero tan codificadas por sus fórmulas como para que sea posible hablar de casi una secularización. O, mejor, de una “popificación”. El pop contagioso de Jesucristo Superstar, sin negar en absoluto la fe, sí la reubica en unas coordenadas tan festivas y heterodoxas como para que la sombra de la herejía (o la iconoclastia) pueda alterar a la gente más beata.

No es una operación que desconozcamos en absoluto en España —el audiovisual de los Javis, por ejemplo, ofrece una clase magistral de popificación—, y desde luego suena parecido a poner al célebre autor de Cuento de Navidad a recitar el Nuevo Testamento. Solo que El rey de reyes se distancia de este fenómeno por dos motivos. En primer lugar, porque sí existe una versión de Jesucristo escrita por Dickens —el filme se basa en La vida de nuestro señor, concebida para adoctrinar a sus hijos en la intimidad del hogar, y publicada cuando el autor llevaba más de 60 años muerto—, y en segundo porque, por mucho que El rey de reyes quiera ser pop, el alcance no le llega.

En su recomendable reportaje sobre el resurgir del cine religioso en España, Arturo Tena y Jose A. Cano emplean la expresión “proselitismo garantizado” para definir los cauces de producción y distribución de este tipo de audiovisual. Básicamente, hablamos de proyectos pequeños a la vez que impulsados con tanta convicción (hay quien diría fanatismo), como para solo poder fijar como destinatario a un público ya converso. Un audiovisual de nicho, tan barato como ilustran las imágenes de El rey de reyes —su moribundo 3D y sus genéricos diseños nos retrotraen a la animación de hace 30 años por lo menos—, junto a sus mismas condiciones de producción. 

El rey de reyes es una producción coreana a cargo de un director debutante (Seong-ho ‘Jay’ Jang) que antes estaba especializado en publicidad y efectos digitales. La animación se desarrolló en Vietnam, la posproducción en Australia, y si finalmente puede enorgullecerse de un imponente reparto de voces originales (Oscar Isaac dobla a Jesús, Kenneth Branagh a Dickens, Mark Hamill a Herodes, etcétera), es por la progresiva fuerza que acoge el cine religioso en el seno de Hollywood. A lo que ha contribuido la misma Angel Studios, según quiso hacerse cargo de la distribución.

Una operación a mayor escala de lo que parece

Jesús, luz del mundo, que citábamos antes, es animación 2D y se adscribe a la exclusividad del proselitismo, que en España suele abanderar la distribuidora European Dreams Factory. EDF nació al compás del terremoto industrial desatado por La pasión de Cristo cinco años antes —esta película, y no El príncipe de Egipto, es la auténtica responsable del fenómeno que nos ocupa—, en paralelo a la constitución de Pinnacle Peak Pictures (luego Pure Flix). Mientras que esta productora estadounidense de raíces evangelistas se responsabilizaba de los primeros hitos del llamado cine faith based —la delirante saga de películas God’s Not Dead—, EDF se proponía distribuir “Cine con Valores” en nuestro país, y tenía su primer gran éxito con el documental La última cima en 2010.

El audiovisual faith based en España se ha basado a grandes rasgos en los estrenos de European Film Factory y en unas cuantas importaciones de otra distribuidora independiente, A Contracorriente Films. Mientras que EDF se especializaba en documentales y biopics de sacerdotes —trayendo a España esporádicamente cosas como alguna entrega suelta de God’s Not Dead o la misma Jesús, luz del mundo—, A Contracorriente ha querido trascender el mercado de nicho. Y para ello nada mejor que atender a lo que sucedía en EEUU. En particular, al juvenil esplendor de Angel Studios.

Fundada como VidAngel por una familia de mormones en 2014, el propósito inicial de esta empresa se limitaba a ofrecer un servicio de “filtrado” de cualquier contenido televisivo que dispusieran sus clientes, permitiéndoles mutear o saltar escenas con elementos que les pudieran desagradar (violencia, sexo, lo que fuera). Esto, naturalmente, incumplía las leyes de derechos de autor, y de cara a lidiar con las demandas correspondientes VidAngel acuñó un crowdfunding para quien quisiera financiar su lucha divina. Por el camino la empresa se remodeló como Angel Studios y decidió pasarse a la producción de contenido propio, 100% afín a su ideología.

En 2019 llegaron a un acuerdo con el guionista Dallas Jenkins, y así es como la serie The Chosen se ha convertido en el buque insignia de Angel Studios. Junto, como sabemos, a un pequeño filme de 2023 titulado Sound of Freedom. Las variopintas polémicas que rodearon este thriller con Jim Caviezel —actor vinculado al movimiento conspiranoico Q Anon que ahora mismo se dispone a interpretar al expresidente brasileño Jair Bolsonaro en un biopic heroico”—, no han terminado de pasarle factura a Angel Studios, gracias sobre todo al colosal éxito internacional de The Chosen.

La enésima revisión de la vida de Jesucristo tiene la particularidad de haber logrado adaptarse al convencional ritmo seriado —con tramas evolucionando lentamente y personajes secundarios más desarrollados que en la Biblia—, enganchando al público con él y permitiéndose varias jugadas llamativas. Por ejemplo, asaltar los cines con una quinta temporada reensamblada en función a la Última Cena: una operación que este mismo 2025 respaldó A Contracorriente en nuestro país, mientras su propio servicio de streaming (A Contra+) se nutría de los contenidos de Angel.

Es A Contracorriente la empresa que trae El rey de reyes a España. La idea es ajustarse a la demanda de contenido religioso que parece implicar el triunfo de The Chosen —junto a otros síntomas sobradamente estudiados estos días, de Rosalía para abajo—, dando la oportunidad en plena temporada navideña de que los niños también escuchen la palabra de Dios. Remitiendo a una época previa donde el cine religioso seguía figurando en primera línea cultural —Rey de reyes es también el título de dos películas previas sobre Cristo, una de 1927 dirigida por Cecil B. DeMille y otra de 1961 a cargo de Nicholas Ray—, solo que con superproducciones afines al gran Hollywood.

Como hoy día no sabemos qué ha sido de ese gran Hollywood, no queda otra que intentar estudiar estas nuevas manifestaciones de éxtasis religioso. Manifestaciones tan contrahechas, escuálidas, como la misma El rey de reyes, pero que indudablemente ilustran algo en su afán propagandístico. Y es que el cristianismo ya no necesita grandes estandartes ni popificaciones veladas. Puede ir de frente, lo que tampoco está mal del todo. Así podremos admirar lo cutre que es.