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Crónica

Duki desborda dos días seguidos Madrid y da las claves de por qué la música argentina está “en el punto de mira”

Sold out de Duki en Madrid

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Este fin de semana un argentino ha llenado el WiZink Center de Madrid dos días seguidos y no ha sido ni Andrés Calamaro ni Fito Páez. El cartel de “no quedan entradas” es por Mauro Ezequiel Lombardo, más conocido como Duki. Tiene 26 años y es el máximo exponente del éxito de la nueva ola musical que triunfa en Argentina. Con 23 millones de oyentes mensuales en Spotify y dos nominaciones a los Grammy en 2021, año en el que fue el artista argentino más escuchado, según la misma plataforma. Se posiciona como la cara más visible de una escena de música urbana con la que se identifica toda una generación en su país.

‘Empezamos tocando para 30 personas y ahora te llenamos el estadio’, canta Duki a capela delante de más de 34.000 personas entre el viernes y el sábado en Madrid. Este verso corresponde a su sesión con Bizarrap, con la que los porteños llevan más de 70 millones de reproducciones en YouTube y otros 90 en Spotify. “Es increíble que me pueda sentir así fuera de casa”, asegura. Lo cierto es que en cuanto sacó la primera fecha para Madrid tardó solo unas horas en vender todas las entradas. Para el concierto de Barcelona en el Palau Sant Jordi ya no quedan. Y pese a que en España no pare de vender tickets, más aún lo hace al otro lado del charco: llenó el estadio de Vélez y hasta cuatro veces el José Amalfitani de Buenos Aires vendiendo 180.000 billetes.

“Es que Duki es real; rapea viniendo de la calle y por eso nos identificamos con el”, comentan dos jóvenes argentinos a este diario a las puertas del antiguo Palacio de los Deportes de Madrid. La de Duki es la historia de un chaval del barrio de Almagro con pocos ingresos económicos que dejó sus estudios para ser artista. “Y mi madre pensaba: este pibe está loco”, comenta entre risas sobre el escenario. 

‘No vendo trap’ es el título del primer tema que subió Bizarrap a su canal. Es un remix de la primera canción de Duki, quien creó a su alrededor la escena de trap en el país. El rapero pudo grabar su primera canción en 2016 después de ganar El Quinto Escalón, un concurso de rap freestyle que consiguió enganchar a la juventud argentina. Sin micrófonos, ni promoción, ni grandes recursos. Solo la quedada que luego sería subida al canal de YouTube. Hasta que se hizo viral. De este concurso fundado por el rapero Ysy A, que duró hasta 2017, también salieron artistas como Paulo Londra, Trueno o Neo Pistea. Si bien el país no ha tenido demasiados artistas relacionados con el hip-hop, El Quinto Escalón era el lugar donde los chavales podían reunirse a hacer lo que más les gustaba y es una de las claves del éxito de esta ola musical.

En el concierto, teloneado primero por Munic y por Leïti Sene después, el rapero argentino hizo un repaso a su carrera musical. Su primera etapa artística, cuando explotó, es la de ‘Modo Diablo’, se caracteriza por explotar en el trap y las rimas más cuidadas, pero mezclándolo con diferentes estilos más experimentales como el rock. Y es que pese a ser referente de un nuevo género en su país, Duko se ha declarado fan del clásico Charly García o de Linkin Park. De hecho, sobre el escenario le acompañaban un guitarrista, un bajista y un batería e incluso un teclado por momentos. La banda, acompañada de los juegos de luces, las grandes pantallas e incluso el fuego que salía del escenario, aportó a su directo nuevos sonidos en las canciones. El argentino rapea sobre el amor propio, el desamor, el éxito repentino e inesperado o de crecer en un barrio con pocos recursos. Eso sí, su puesta en escena no tiene el transfondo conceptual de la de C. Tangana, Rosalía o Kendrick Lamar.

Para rematar esta primera parte del show salió Dano, el artista argentino emigrado a España hace años, donde tocaron su última canción; ‘Santo Grial’. “Es de los primeros raperos que conocí. Luego nos enteramos que éramos del mismo barrio y ha sido un maestro para muchos. En España tenéis una calidad musical increíble”, afirmó Duki sobre el escenario. El argentino cuenta con colaboraciones con C. Tangana, Quevedo, Rels B, Sticky M.A o Recycled J. “Este tío toca en Australia, EE UU, por toda Latinoamérica… Os pido que se vaya de Madrid y le parezca que ha sido el mejor show de su vida”, agitaba por su parte Dano al público. 

Duki siempre quiso que su música llegase al mainstream. Reivindicando el reggaeton, su esencia argentina y la esencia latinoamericana frente a EE UU, compuso Temporada de reggaeton en 2021 con su segunda parte un año después. “Quiero dejar de hablar de Mauro para hacer letras que lleguen a la gente y con las que se sientan también identificados”, argumentaba en su lanzamiento. 

“Estamos pasando tiempos malos y la música puede servirnos para distraernos o hacernos más fuertes”

Duki

Siempre existirá el debate de mantenerse “puro” y fiel a un estilo o hacer música más comercial. Pero salió Quevedo al escenario ‘a frontear’ y parecía que el WiZink se caía. La gente saltaba, hacía pogos y, cómo no, también perreaba. “Es un referente para todos, aprécienlo”, aseguraba el artista canario sobre el argentino cuando se marchaba. Es lógico que siendo sus canciones más conocidas fuesen las que más retumbaban en el estadio, pero Duki supo darle un toque único a la noche acompañando el reggaeton con su banda. El de Buenos Aires mezclaba sus canciones más conocidas con algunas más lentas. En Tickets, con la ayuda de los flashes de los móviles, se generó una atmósfera de cielo estrellado durante el concierto. 

Con Givenchy, donde aseguró que volvería su ‘Modo Diablo’, hizo el amago de acabar el concierto. Ante el esperado coreo del público de “otra”, salió a cantar She don’t give a fo, canción con la que se hizo famoso a un nivel internacional. “Veo gente de todas las edades. Hago música para todo el mundo. Gracias a los que vienen trabajando mañana. Os lo agradezco de corazón. Estamos pasando tiempos malos y la música puede servirnos para distraernos o hacernos más fuertes”, clausuró el artista mientras se iba haciendo el símbolo del corazón juntando los dedos de sus manos.

Duki como referente de una revolución musical en Argentina

El Duko es ejemplo en Argentina de cómo los artistas se han apoyado los unos en los otros para hacer vibrar una escena que a día de hoy es referente mundial. Y su legado vale el doble cuando su país tiene un gran arraigo a otros estilos. Si bien en otros países, entre los que se incluye España, la nueva ola de música urbana de EEUU de 2012 llegaba en 2014, en Argentina no llegaría hasta 2016 con Duki como referente. 

Igual que hiciera Bad Bunny con Duki y Pablo Chill-E llevándolos a una escena más internacional al incluirlos en uno de sus álbumes más famosos, YHLQMDLG, el propio Duki ha hecho lo mismo con gran parte de la escena de música argentina. Cuenta con colaboraciones con una gran cantidad de artistas del país. Desde el joven Tobi Dolezor hasta los más clásicos como Paulo Londra, Niki Nicole, L-Gante, Emilia Mernes o Khea.

Duki es de los artistas que ha crecido de manera independiente. Primero con su propio sello; Super Sangre Joven Records y luego uniéndose al sello de Dale Play Records cuando aún era emergente, que ahora triunfa internacionalmente al integrar también a artistas como Bizarrap. ‘Ellos saben que ahora estamo’ en la mira’, resume Duki cantando en su canción Vampiros.

El éxito de esta explosión de nueva música en Argentina es por la necesidad y vacíos que había, según opinan los propios creadores de Dale Play. Además, esta propuesta no reniega de lo anterior, siendo habitual que los artistas incorporen elementos del funk, la cumbia o el rock. Incluso los actualizan, como L-Gante y la cumbia. Por ahora, copan cabezas de festivales, llenan estadios y son referencia para todo el género.

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