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Las bondades del 'flashmob' en cinco locos ejemplos

Un flashmob en Liverpool Central Station (Londres)

David Sarabia

Rondaba el reloj las 10 de la noche del pasado martes cuando una multitud en Platja d'Aro (Girona) corría desesperada por el paseo marítimo de la localidad. Alguien pensó que disparaban. Otro escuchó el sonido de los fuegos artificiales de la vecina localidad de S'Agaró y lo confundió con tiros. Un tercero corrió y todos les imitaron. Entonces cundió el pánico. Por suerte, solo se trataba de un flashmob.

La gente se asustó al ver a cientos de menores correr entre los turistas y les imitó. Pero lo que la masa no sabía era que los chicos y chicas estaban alojados en dos campings de Platja d'Aro y que todo había partido de una idea de sus monitores, posteriormente detenidos por la policía y puestos en libertad más tarde. “El pánico de la gente fue como el que se vivió en Niza o París”, le contaba ayer a El Mundo Joan Giraut, alcalde de la localidad gerundense.

Un poco de historia

Más allá de cuestiones filosóficas acerca de si es tiempo (o no) de flashmobs, lo cierto es que estas reuniones espontáneas de gente tienen nombre desde el verano de 2003, lo no quiere decir que ese sea su origen. Aunque el editor de la revista Harper's Magazine (hoy en el New York Times), Bill Wasik, mostró el caminó y fue el primero que organizó un flashmob a gran escala, ya se había celebrado alguno que otro (sin ser conscientes de ello) antes del nuevo milenio.

Los libros de historia contarán la hazaña de Wasik, que en mayo de 2003 bombardeó a cientos de personas al correo para quedar en un punto de Manhattan y “tomar parte en una actividad aleatoria con el único propósito de confundir al resto”. El intentó fracasó ya que uno de los convocados se fue de la lengua y se lo contó al dueño de la tienda, previniéndole del desenlace. El libro publicado un año antes por Howard Rheingold, Smart mobs: The next social revolution había hecho mella en Wasik, que además utilizaba una cuenta de correo para enviar las convocatorias (themobproject@yahoo.com) inspirada claramente en el manual.

Aunque el primer intento de principios de junio no tuvo éxito, el segundo, dos semanas más tarde, sí alcanzó la gloria. Por un lado, cientos de personas entraban a la vez en los almacenes Macy's de Herald Square, en Nueva York, congregándose en torno a la alfombra más cara de toda la tienda para comprarla. Cuando algún vendedor les preguntaba, respondían que estaban ahí por la “alfombra del amor” y que la decisión sobre si comprarla o no la tomarían en grupo. A pocas manzanas de allí, 200 personas llenaban la primera planta y el entresuelo del Hotel Hyatt y aplaudían como locos durante 15 segundos. Y en una pequeña tienda de zapatos del SoHo, decenas de personas entraban haciéndose pasar por turistas que lo habían elegido como destino de interés en su ruta. Wasik lo había logrado.

No fue hasta 2006 que Bill Wasik dio la cara y asumió la autoría de las convocatorias. Lo explicó en una entrevista con la desaparecida revista Stay Free!, donde admitía que su meta era la de crear un meme de Internet donde la gente estuviera invitada a no hacer nada para formar parte de algo grande. Wasik le venía a contar algo parecido a Big Think en junio de 2009, teorizando acerca de si estas acciones invadían la propiedad privada o si servían para hacer manifestaciones políticas. “Creo que debido a la idea de que los flashmob deben ser absurdos y durar 10 minutos o menos, no son un buen vehículo para expresar pensamientos políticos o crear un cambio”, aseguraba el padre del fenómeno, que los califica como “demostraciones de lo que la tecnología puede llegar a conseguir”.

Y como la tecnología es poderosa y el caso de Platja d'Aro es una excepción, queremos demostrar que los flashmob ni son malos ni tienen mala uva, así que aquí van cinco ejemplos.

1. Praise you

Aunque el primer flashmob documentado sea del verano de 2003 y su creador diese la cara tres años más tarde, previo a todo esto, Fatboy Slim ya lo había hecho en 1998 a la salida de un cine en California. Lo conforman siete personas y un vigilante de seguridad muy enfadado, que incluso para la música en una ocasión porque los “mobbers” están entorpeciendo el paso de la gente.

2. La oficina del paro

Los compañeros de Carne Cruda organizaron un flashmob en enero del 2013 con la llegada del nuevo año para intentar alegrar la cara de todos los que se encontraban en una oficina del INEM de Madrid.

3. Todos congelados

También en enero, pero del 2008, el colectivo neoyorquino Improv Everywhere organizó una acción en la estación de autobuses Grand Central con cerca de 200 personas. En cierto momento, los “mobbers” se quedan congelados mientras el resto de viajeros continúa su ruta con cara de asombro y pensando en qué acaba de ocurrir.

4. El baile de la playa

El DJ Dan Murphy organizó el evento con Joyce Maynge, una drag queen australiana que en su país es toda una celebridad. Unas 100 personas participaron en la acción, que tuvo lugar en la playa de Bondi, en Sídney.

5. Cumpleaños flashmob-feliz

flashmob

Aunque partió de una campaña danesa para mejorar el transporte público, se hizo viral el vídeo que le prepararon a Mukhtar, un conductor de autobús que el 5 de mayo de 2010 cumplía 41 años. Aunque él pensaba tomarse el día libre, un amigo le persuadió para que fuera a trabajar. Al final terminó con todo su autobús deseándole un próspero y feliz día.

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