Lennie y Escolar se suben al ring de “Hermanas” en un duro combate dialéctico

Bárbara Lennie e Irene Escolar no son hermanas en la vida real, pero podrían serlo porque “Hermanas”, la obra que les ha tejido a su medida el dramaturgo Pascal Rambert, les ha hecho unirse en un “combate dialéctico” teñido de “reproches y muchos amor”, digno de la más dura relación fraternal.

“¡Hola hermanita!”, así se saludan las dos actrices antes de arrancar una entrevista con Efe en la que ambas reconocen estar “agotadas” por el esfuerzo físico y mental que les requiere su “trabajo más importante”, según reconoce Escolar, la pequeña de estas dos hermanas que se abrirán en canal en el escenario del teatro Pavón Kamikaze desde mañana y hasta el 10 de febrero.

“Esta obra es un combate dialéctico muy elevado que arrasa con nuestro cuerpo y voz, donde nos dejamos un poco de nuestra vida. Y por eso hay algo de catártico, no sales indemne”, cuenta la actriz madrileña (1988) sobre esta obra que llega a Madrid tras su estreno en Sevilla el pasado mes de diciembre.

Un texto éste creado “ad hoc” para Lennie y Escolar por el director teatral francés, quien ha “armado hasta las cejas” a ambos personajes para sobrevivir, según palabras de Lennie (Madrid, 1984), a ese “muro” que hay en este cuerpo a cuerpo teatral donde las palabras son “armas que se clavan”.

“La vida de Pascal es lenguaje -afirma Lennie- y cuida mucho las palabras. Nosotras somos muy conscientes de eso, y en 'Hermanas' usa un lenguaje más terrenal que remite a cosas directas y poéticas. Con un texto de esta envergadura hemos tenido que bucear porque se habla de cosas que puedes sentir no solo como hermanas, sino también como amigas”.

Un trabajo -también representado en Francia- en el que Rambert no se centra solo en el eterno tema de la familia, sino que esta “tormenta tropical”, según le califican sus dos actrices, también deja clara su visión y compromiso con la sociedad actual a través de monólogos en las que ambas abordan los problemas del tercer mundo, la situación de las personas mayores en los hospitales o el lesbianismo.

“De un conflicto muy concreto de estas dos personas que tienen mucho que decirse -concreta Escolar-, Pascal abarca todo el mundo que nos rodea, la vida, y nos hace cuestionarnos qué pasa a nuestro alrededor”.

Y lo hace porque, según la propia descripción de la obra del dramaturgo, estas hermanas son “nuestras hermanas. Son la multitud que vive en cada uno de nosotros. Esa multitud se llama exigencia, verdad, lucha”. Palabras ante las que ambas actrices se “rinden”.

“Pascal te abre la cabeza como actriz de una manera muy física y lo hace desde la sabiduría, la tranquilidad y el respeto -confiesa Lennie-. Te pones a prueba contigo misma”.

Así, con este “reencuentro salvaje entre dos seres que se aman y se odian”, la intención que este trío tiene de cara al espectador es que vean un “trabajo muy honesto”, porque, apunta Lennie, cuando va a un teatro, le gusta ver gente que “pone algo” encima del escenario.

A falta de un día para que el Pavón Kamikaze levante el telón, estas dos hermanas solo tienen en mente que por delante hay un mes de duro e intenso trabajo que, admiten, les está afectando en su vida personal.

Aunque estas dos maestras en el cuerpo a cuerpo se sobreponen rápido a esta confesión porque, pese a estar trabajando “al límite”, ambas son amantes de los trabajos “heavies” (duros), según dicen.

Por Pilar Martín