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Opinión - Sánchez no puede más, nosotros tampoco. Por Pedro Almodóvar

Diez libros para seguir de cerca la cumbre de París

Miles de zapatos en París por los que no se pueden manifestar por la COP21

Marta Peirano

Este año ha sido el más cálido de la historia. Según la Agencia Internacional de Energía, 2017 es la última curva en la carretera hacia la catástrofe medioambiental. Los expertos del clima coinciden en que, si no ejecutamos un paquete de políticas verdaderamente efectivas para reducir nuestro consumo energético, nuestras emisiones tóxicas y, en general, la ruta autodestructiva global que empezamos con la industrialización, no podremos mantenernos por debajo de los dos grados de temperatura que se acordaron en la cumbre de Copenhague. Este noviembre superamos el primero de esos dos grados, alcanzando una temperatura que la tierra no había experimentado desde hace 6.000 años. Las propuestas que 170 de los países han enviado a las Naciones Unidas no serán suficientes para que no suban dos grados más.

La cumbre de París quiere conseguir lo que no han conseguido las 20 cumbres anteriores, desde la inaugural de Berlín en 1995. Las más notables fueron la COP3 (donde se acordó el Protocolo de Kyoto), la COP11 (Plan de Acción de Montreal). La COP15 en Copenhague es famosa porque no se llegó a ningún acuerdo pese –o quizás precisamente debido– a la gran expectación. Este año acuden a París representantes de 195 países y 138 de sus líderes, incluyendo los primeros ministros de los tres países que más contaminan del mundo: Barack Obama, Xi Jinping, y Narendra Modi. Hay mucha ansiedad, poco optimismo y, sobre todo, mucha desinformación.

Manuel Pulgar Vidal, Ministro de Medioambiente de Perú, tuiteó un borrador obtusamente llamado Ad Hoc Working Group on the Durban Platform (ADP2) que, supuestamente, serviría de guía para las negociaciones internacionales. Como han notado algunos medios, el práctico documento tiene 54 páginas y 1.600 paréntesis. Ante tal provocación, proponemos algunos títulos que ayuden a comprender la importancia del encuentro y complejidades como el colonialismo energético, el Antropoceno, la geoingeniería o el concepto de “responsabilidad común pero diferenciada”.

Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima. Naomi Klein  

Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima. Naomi Klein   lo cambia todo. El capitalismo contra el clima.

El Times dijo que el libro de Naomi Klein era “el más oportuno y contencioso libro sobre el medioambiente desde Primavera Silenciosa de Rachel Carson. Igual exageraba pero está escrito en respuesta al fiasco de la cumbre de Copenhague y como mapa de ruta para la cumbre de París.

Klein sigue la misma metodología que utilizó con No Logo y La Doctrina del Shock: encontrar el mito que legitima un comportamiento tóxico -en este caso, “la ficción del desarrollo perpetuo en un planeta finito”- y analizar su origen, sus “soluciones” científicas, las estructuras políticas y económicas que lo alimentan.

Su conclusión es sencilla: la supervivencia del planeta es incompatible con el modelo capitalista.

El movimiento contra el cambio climático ofrece una narrativa fuerte en la que aspectos como la lucha por un trabajo digno y la justicia para inmigrantes hasta las reparaciones por perjuicios históricos como la esclavitud y el colonialismo pueden ser parte del gran proyecto de construcción de una nueva economía, no tóxica, a prueba de shocks, antes de que sea demasiado tarde.



Seis grados. El futuro en un planeta más cálidoMark Lynas

Seis grados. El futuro en un planeta más cálido

Si el punto de no retorno son los dos grados, el apocalipsis es a los seis. La escala de referencia, cuyos bordes son el 1,4ºC y el 5,8ºC, está basada en el Tercer Informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado en 2001. La idea de Mark Lynas fue coger toda esa información y convertirla en un calendario del fin del mundo, grado a grado, hasta llegar a seis. El Guardian lo retituló: Seis pasos hacia el Infierno.

Lo que podemos imaginar: con dos grados más de temperatura, cada verano en Europa será como el de 2003, cuando murieron 30.000 personas a causa del calor. Esos serán los “normales”. Después habrá olas de calor. Esto, además, será lo de menos. Los bosques serán desiertos, los océanos, también. La desaparición de glaciares sube el nivel del mar y, al mismo tiempo, nos deja sin agua potable. Empieza la crisis de refugiados de verdad.

El dióxido de carbono se disuelve en el mar y lo adicifica. Largas secciones del pacífico serán demasiado tóxicas para las especies pequeñas que alimentan especies grandes. La falta de recursos naturales nos hace consumir más recursos energéticos lo que produce todavía más erosión, sequía y acidificación, empujandonos a los +3ºC. El Amazonas arderá hasta los cimientos. Ya no habrá nada que podamos hacer.

Quedan tres grados más; el final del libro hace que el antiguo testamento parezca la Superbowl. En 2006, Marl Lynas fue elegido Explorador Emergente por National Geographic y en 2008 recibió el premio de la Royal Society a la Divulgación Científica por Seis Grados. Un libro de impacto.

La sexta extinción: Una historia nada naturalElizabeth Kolbert

La sexta extinción: Una historia nada natural

El tiempo de la tierra no es nuestro tiempo. “Un tercio del total de los corales que forman arrecifes, un tercio de todos los moluscos de agua dulce, un tercio de los tiburones y mantas, la cuarta parte del total de los mamíferos, la quinta de los reptiles y la sexta parte de todos los pájaros del planeta están condenados a la desaparición”. Y esa ola de extinción masiva es la sexta del planeta Tierra en los últimos 500.000 años.

Hubo una hace 66 millones de años, cuando los asteroides acabaron con los dinosaurios.  Hace 252 millones, los niveles de dióxido de carbono subieron tanto las temperaturas que acabaron con el 96% de las especies marinas y el 70% de los vertebrados terrestres. La diferencia es que ahora la culpa no la tiene un volcán en erupción ni el impacto de un pedrusco interestelar, sino la deforestación, la introducción de especies invasivas, las emisiones y las derramas tóxicas. Esta vez el asteroide somos nosotros. Con la particularidad de que, provocando la extinción no natural de otras especies, también condenamos la nuestra.

El ensayo de Kolbert ganó el Pulitzer de no ficción y cita geólogos que exploran el fondo marino, botánicos que trabajan con las hasta ahora eternas especies andinas, biólogos marinos que investigan arrecifes. También cuenta la historia de una docena de especies que acaban de extinguirse y de otras que están a punto de hacerlo. Imprescindible y devastador.

Carta Encíclica Laudato Sii del Santo Padre sobre el Cuidado de la Casa Común

Carta Encíclica Laudato Sii del Santo Padre sobre el Cuidado de la Casa ComúnLa primera encíclica del Papa es histórica y necesaria, aunque solo sea porque es el primer texto sobre el medioambiente publicado por un pontífice. Laudato sii (Alabado seas) son las dos primeras palabras del primer texto ecologista de la historia, el Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís, santo patrón de los animales, los veterinarios y la causa medioambiental. En su encíclica, publicada la primavera pasada, el papa Francisco ofrece por primera vez argumentos teológicos, científicos y morales contra el cambio climático y exige medidas “urgentes e imperiosas” para frenarlo.

De acuerdo en casi todo con Naomi Klein, Francisco considera que el desprecio por la naturaleza es inseparable del desprecio por los desfavorecidos y el consumismo enloquecido que caracteriza nuestra sociedad. Además -y esto es munición de la buena- dice el papa que contaminar es pecado, aunque lo diga citando al Patriarca Bartolomé: “Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todos estos son pecados». Especialmente ”aquellos que tienen la mayor parte de los recursos y el poder económico o político [, que] parecen principalmente preocupados por enmascarar los problemas u ocultar los síntomas“.

El mismo director de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, ha destacado “valiosa intervención del papa Francisco en la lucha común de la humanidad para evitar un cambio climático catastrófico”.

 

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