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Del espacio a la resurrección: David Bowie en doce canciones perfectas

Belén Remacha

Space Oddity

Space Oddity

Era 1969 y Estados Unidos y la URSS se disputan la carrera espacial. Un año antes, Stanley Kubrick estrena 2001: Una odisea en el espacio. Bowie crea entonces otro emblema del imaginario popular: aquel astronauta llamado Major Tom. Space Oddity formaba parte del disco del mismo título, fue empleado por la BBC para ilustrar el alunizaje del Apollo 11 y actualmente no hay persona sobre la tierra que no haya terminado una noche de fiesta cantándola.

Una cuenta atrás marcaba el inicio de un viaje en cohete que terminaría con Major Tom perdido en su “nave de hojalata” sin poder responder a la llamada de la base (“can you hear me, Major Tom?”). Hoy Bowie se ha ido y todos sus fans lo proclaman más que nunca: “The stars look very different today”.

The man who sold the world

The man who sold the world

“Estás cara a cara con el hombre que vendió el mundo”. Esa frase lapidaria se convirtió en otro clásico. The man who sold the world estaba incluida en un álbum con el mismo título, el tercero de su discografía, editado en 1970. No tuvo un gran éxito comercial, pero es clave en su carrera. Sobre todo, por tratarse de su primera colaboración con los Spiders from Mars, su banda de apoyo.

La crisis de identidad que vivía Bowie la reflejó en este hombre que vendió el mundo, un hombre que no se reconoce a sí mismo en el espejo. Más tarde, David explicó que quiso hacer con ella un homenaje a esa juventud de la que entonces formaba parte. Una canción que vivió un resurgir para las nuevas generaciones: Nirvana incluyó una versión en su MTV unplugged que marcó otra época, el grunge de los 90.

Changes

Changes

Changes formaba parte de su cuarto disco de estudio, Hunky Dory, de 1971. Fue lanzado como single en enero de 1972. Este alegato a la ambigüedad y la facilidad para reinventarse y camaleonizarse se convirtió con los años en un imprescindible de las bandas sonoras (aparece en Los Simpson o Shrek), los karaokes e incluso los anuncios publicitarios. Cultura popular hecha canción. Ese característico toque tartamudo corre a cargo de los arreglos en la composición, saxofón y teclados de Rick Wakeman y Mick Ronson.

Starman

Starman

En 1972 David Bowie, nacido como David Robert Jones en el barrio londinense de Brixton, tenía 25 años, y su último éxito, Space Oddity, ya tenía 3 años. Sus otros temas ya mencionados, hoy legendarios, no consiguieron en su momento hacerse con las listas de ventas. Pero de nuevo la temática cósmica le brindó un clásico: por algo muchos defendían que aquel genio con heterocromía no podía ser de este mundo.

Starman presentaba el mítico y ambicioso disco The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars. David tomaba en este corte la voz de un extraterrestre, Starman, enviado a la tierra por el andrógino ser sideral Ziggy para propagar un mensaje de esperanza.

Hacía sólo cinco años que la homosexualidad era legal en Inglaterra, y Bowie declaraba promocionando el álbum que “era gay y siempre lo había sido”. Ziggy fue la explosión del Glam Rock, del mito y de las grandes audiencias. Hoy muchos recuerdan a aquel Starman que desde el 10 de enero de 2016 está “esperando en el cielo”.

Life on Mars?

Life on Mars?

Life On Mars? Es uno de los más enigmáticos y alabados temas de David. Irónicamente, tuvo muchas vidas. Fue editado en 1971 como parte de Hunky Dory, pero no fue hasta 1973, cuando fue lanzado como sencillo tras el boom del marciano Ziggy Stardust, cuando se convirtió en lo que hoy es. La letra conforma una serie de imágenes surrealistas, y la melodía ha sido siempre comparada con el My Way de Frank Sinatra. Todavía tuvo otro renacimiento para las nuevas generaciones al formar parte (no podía ser de otro modo) de la banda sonora de la serie británica Life on mars.

The Jean Genie

The Jean Genie

En el imaginario colectivo, cuando se menciona a Bowie aparecen muchas imágenes. Sin duda, una de las más repetidas es aquel rayo dibujado sobre su ojo dañado de la portada de Aladdin Sane. Aquel álbum llegó de la mano del productor Ken Scott y con toda la presión del éxito de Ziggy a sus espaldas. Bowie ya era entonces una estrella internacional. El protagonista de esta canción, una mezcla entre Iggy Pop y el poeta francés Jean Genet, mereció un videoclip dirigido por el fotógrafo Mick Rock. Realmente, no puede ser más setentero: desborda a la esencia de Andy Warhol y la Velvet Underground.

Rebel Rebel

Rebel Rebel

Su octavo disco de estudio, Diamond Dogs, incluía todo un himno: Rebel Rebel. Bowie fue en esta ocasión (era 1974) el artífice de todo el proceso, sin productor detrás. Supuso su despedida de la etapa Glam (que inició con Ziggy y continuó con Aladdin), y lo hizo con un riff que ya es historia del rock. Se trata, además, de su canción más versionada (y eso es mucho decir).

Heroes

Heroes

“We can be heroes just for one day”. Bowie también compuso lemas que han dado para varias generaciones. Formaba parte del segundo disco, del mismo nombre, de la conocida como “trilogía de Berlín”. Un ciclo de experimentación electrónica y cierta influencia del krautrock precedido por Low y concluido con Lodger. Brian Eno colaboró en el disco a los sintetizadores y fue coautor de este tema.

Quizá no todo el mundo sabe que la letra habla de dos amantes que se juran amor eterno bajo el Muro de Berlín. Aún menos conocido es que los auténticos héroes, los que inspiraron la canción, eran el productor Tony Visconti y la corista Antonia Maaß. O mejor dicho, sus besos clandestinos durante su estancia en los Hansa Studios (Visconti estaba casado por entonces, así que esta historia fue un secreto durante mucho tiempo). Otra inspiración para Bowie fue el grupo Neu! Y su canción Hero.

Ashes to Ashes

Ashes to Ashes

Fue el primer sencillo del disco Scary Monsters (and Super Creeps), el primero tras la trilogía de Berlín y su final con la discográfica RCA. Deja de lado una etapa menos mainstream pero alabada por la crítica, para volver a conquistar a las grandes audiencias (sin renunciar nunca a la calidad). De nuevo Bowie sorprende con letras muy lejos de los convencionalismos. Y recupera a un mito, Major Tom.

Incluso más famoso que la canción fue su videoclip, en su día el más caro de la historia. Bowie vuelve a hacer gala de sus múltiples personalidades interpretando en él a diferentes personajes

Let's Dance

Let's Dance

Es difícil decir cuál fue la canción más exitosa de Bowie, pero Let's Dance es una seria candidata al título. Fue fruto de la alianza con Nile Rodgers de Chic y de su primer contrato con EMI, y llegó al número uno en ventas en Gran Bretaña y Estados Unidos. Bowie se abrió a los 80, a una nueva generación, a un nuevo mercado y a una nueva etapa. Con Stevie Ray Vaughan como guitarrista principal, confesaba que James Brown era su referencia principal. Aquel disco, también llamado Let's Dance, incluye otro tema para la historia: China Girl, co-escrita por Bowie e Iggy Pop en los años de Berlín.

Magic dance

Magic dance

Porque el icono Bowie no se acaba con los 70. Este extraterrestre, con sus greñas y enfundado en aquellos pantalones ajustados en Dentro del Laberinto, es la imagen de los años 80. Era el rey Jareth, rey de los goblins. Y aquel Magic Dance, la banda sonora de la infancia (y la vida) de muchas personas. Aunque muy al margen de su discografía, no se puede repasar la carrera del británico sin rememorarlo. Bowie ha fallecido el mismo año que el film celebra su 30 aniversario.

Lazarus

Lazarus

Si la vida es paradójica, muchas veces el mundo de las estrellas del rock lo es todavía más. Si el fin de semana comenzaba en todo el planeta con la buena noticia (siempre lo fue) de que David Bowie sacaba disco celebrando su 69 cumpleaños, el lunes nos despertábamos sabiendo que había fallecido por un cáncer que ocultó a casi todos los que le admiraban. Su último tema fue Lazarus, dentro de Blackstar, el vigesimoquinto disco de su carrera. Quizá no llegue a alcanzar el estatus de otros clásicos, pero merece un bonus track en este listado por haberse convertido en la última ocasión en la que pudimos disfrutar de la esencia de Bowie. De un músico que siguió regalándonos su singular genio hasta, literalmente, su último día. Guste más o menos, hoy toda la humanidad está de acuerdo: no volverá a nacer ni a morir otro David Bowie.

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