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Nostálgico “breakfast in Barcelona” 40 años después de “Breakfast in America”

Nostálgico "breakfast in Barcelona" 40 años después de "Breakfast in America"

EFE

Barcelona —

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“Si hubiera conocido Barcelona hace 40 años, quizás el disco se hubiera llamado 'Breakfast in Barcelona'”, ha dicho esta noche Roger Hodgson, en la primera parada española de la gira del 40 aniversario del mítico disco de Supertramp “Breakfast in América”.

Hodgson es un adulador, pero sobretodo es el autor de unas canciones que marcaron a toda una generación, que hoy ha vuelto a la más tierna juventud arrastrada por la más poderosa de las máquinas del tiempo: la música.

“¿Quién es todavía un soñador?”, ha preguntado Hodgson a su cincuentona audiencia, antes de tocar los primeros acordes de “Dreamer”, en un concierto en el que nadie ha escondido su deseo de viajar al pasado: ni el público reunido en los Jardines de Pedralbes de Barcelona, ni el cofundador de Supertramp, banda de la que se alejó en 1983.

El paseo por la nostalgia y la buena música ha empezado con Hodgson de pie ante el teclado tocando “Take the long way home” y, antes de que sonara su voz aguda e inconfundible, el público ya había volado a 1979, año de edición de “Breakfast in America”, el disco de mayor éxito comercial de Supertramp.

Durante aquel año y los siguientes, aquel álbum giró sin descanso en los tocadiscos de miles de jóvenes que no tenían spotify y escuchaba una y mil veces el vinilo que habían logrado comprar o el casete que habían grabado.

Esta generación tiene ahora más de cincuenta años, pero mantiene el alma joven e inocente, o por lo menos así ha sido durante las dos horas que ha durado el concierto que ha ofrecido este martes en Barcelona el que fuera vocalista y uno de los dos compositores de Supertramp.

“Voy a iniciar un viaje por mi vida -ha anunciado Hodgson tras la primera canción-, espero que os traiga buenos recuerdos. Vivimos un mundo loco, pero en las próximas dos horas, olvidad los problemas. La música puede ser una buena medicina, lo es para mí”.

Realmente la medicina funciona, en vista del buen aspecto de Hodgson, que aparentemente se mantiene estupendamente, tanto física como espiritualmente, y desprende buen rollo por los cuatro costados.

El viaje al pasado ha seguido por la escuela con “School”, un tema que no es de “Breakfast in America” pero que pertenece a un disco de poco antes “Crime of the Century” (1974), cuyas canciones encajan perfectamente en esta gira llena de grandes éxitos.

Si en “Take the long way home” ha sido la armónica la encargada del hacer volar a los espectadores, en “School” ha sido el piano, y lo ha conseguido con la misma eficacia.

Luego ha llegado la canción que en su día dio título al álbum y hoy a la gira, “Breakfast in America”, que Hodgson compuso con 19 años, cuando “era joven y quería ir a California a ver aquellas chicas guapas”.

Aquí es donde ha añadido que “no conocía todavía Barcelona, sino, el disco se hubiera llamado ”Breakfast en Barcelona“.

“¡Era bueno!”, ha dicho Hodgson de si mismo tras acabar de interpretar la canción, y a nadie le ha parecido vanidoso, porque realmente era bueno y sigue siéndolo.

El concierto ha seguido con “Easy does it”, “Sister Moonshine”, “Lovers in the wind” y “The logical song”, que ha sido recibida con aplausos y ha empujado a Hodgson a decir “es increíble que os guste tanto sin entender bien la letra, creo que se debe a que las canciones salen de mi corazón y tocan el vuestro”.

Con el corazón claramente tocado, el púbico ha seguido viajando desde su silla con “Even in the quietest moments”, “Death & a Zoo”, “Don't leave me now” y “Fool's Overture”, y cuando han visto que la aventura llegaba a su fin, ha empezado a patear al suelo y a silbar, pidiendo bises.

“Give a little bit” y “It's raining again” han cerrado una noche mágica, en la que ha faltado Rick Davies, la otra mitad de Supetramp, pero en la que Hodgson ha logrado transmitir la esencia de Supertramp, con la ayuda de cuatro músicos excelentes y el escenario privilegiado de los Jardines de Pedralbes.

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