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Paco Roca: “Antes no me dejaban dibujar ancianos y ahora no me piden otra cosa”

Paco Roca

Octavio Vellón

Arrugas marcó un antes y un después en la trayectoria de Paco Roca (Valencia, 1969). Su novela gráfica, que recibió entre muchos otros el Premio Nacional del Cómic en 2008, ha vendido más de 60.000 ejemplares y ha sido traducida a ocho idiomas. También existe una película homónima que fue galardona en 2012 con dos premios Goya. Uno de ellos fue el de mejor guión adaptado superando, entre otras, a La piel que habito de Pedro Almodóvar. Aun así, cuando se le pregunta al viñetista si cree que es su obra cumbre, deja entrever una mentalidad perfeccionista al responder tajantemente: “Nunca llegas a estar contento con nada. Arrugas es la obra más mediática, pero no es la más redonda”.

Desde luego esta obra también ha cambiado la forma en la que vemos un cómic en España. Ahonda con ternura un tema social, a menudo olvidado, como es la tercera edad a través de una historia de alzheimer en una residencia geriátrica. La base del éxito de su universo pictórico ha sido sacar el lado sensible esas historias corrientes. De hecho comenta: “No soy un virtuoso ni lo pretendo. El dibujo es una mera forma de expresar lo que cuento”.

Para escribir su famosa obra, Roca se había inspirado en la historia de Emilio, el padre de quien hoy es el comisario de su exposición, Mcdiego, diseñador gráfico y amigo del dibujante. Cuenta que el germen de Arrugas le surgió a su colega de profesión cuando trabajaba en publicidad: “Hizo un cartel para un evento automovilístico en el que había dibujada mucha gente. El cartel gustó, pero le dijeron que la pareja de viejecillos que salían la cambiase por una de jóvenes. Esto le hizo preguntarse por qué eran así las cosas con la gente mayor”. “Antes no me dejaban dibujar ancianos y ahora sólo me piden dibujar ancianos”. Paradójicamente, el hecho de que le cortasen las alas le permitió desarrollar uno de sus temas clave.

Un universo en torno a la memoria

En apariencia su temática es radicalmente distinta. Desde su reciente Andanzas de un hombre en pijama, la selección de sus mejores viñetas para El País Semanal, hasta el proyecto que le llevó a viajar al continente africano de la mano de Intermón Oxfam, Viñetas de vida, pasando por uno de sus proyectos más ambiciosos: Los surcos del azar donde narra la historia de La Nueve, la división del Ejército de la Francia Libre formada por españoles durante la Segunda Guerra Mundial. Una historia casi olvidada en España que la alcadesa de París, Anne Hidalgo, se encargó de prologar en la versión gala y recomendó días antes de la celebración del 70 aniversario de la liberación de la capital francesa.

“Me he ganado la etiqueta de ser sensible y buena persona. ¿Qué le vamos a hacer?”, comenta el autor, “ójala me llamase Hugh Hefner para diseñar una portada de su Playboy, pero no creo que vaya a pasar”. Y el comisario le comenta “bueno, tu empezaste dibujando erotismo”.

En lo relativo a su argumento, Roca cuenta que, al fin y al cabo, “dicen de los autores que hacen siempre el mismo personaje disfrazándolo con distintas historias” y comenta “al final parece que hablo del mismo tema. La memoria. Es la misma esencia recurrente en mis temas. Personajes que luchan estoicamente por su memoria”. De hecho, en su próximo trabajo, La Casa, habla sobre el recuerdo personal: “Es una historia en parte autobiográfica, que se desarrolla alrededor de la generación de mi padre. Una generación que creció en la austeridad de la posguerra. Ese tipo de gente que no permite que ningún albañil entre en su casa”.

Sobre el noveno arte, Mcdiego cuenta también que ahora “igual que se regala un vino cuando te invitan a cenar, también cabe la posibilidad de regalar un cómic. Y Paco tiene parte de culpa en eso”. Es cierto que el cómic ha pasado de ser algo minoritario a entrar en los grandes museos y según nos cuenta el autor, “es un buen momento para el cómic en España, quizá sea el mejor” sobre todo teniendo en cuenta cómo están otras disciplinas, como el cine por ejemplo. Según dice el comisario, “nunca ha habido tanto material ni tanta tienda especializada, lo mismo ocurre con los videojuegos. La oferta cultural es inmensa”.

Trabajar en pijama

Ante el proceso creativo, Roca dice que “es desesperante tener más ideas de las que puedes hacer. Al final escoges una, te comprometes con ella y durante dos años le vas dando forma juntando otras ideas”. Por ejemplo, la narración de Arrugas comenzó como un relato en el que unos ancianos se escapaban de su residencia y atracaban un casino. Pero al acercarse a la historia personal, al ir a tomar notas a con gente que padecía alzheimer y comprender ese mundo, el resultado final derivó en una novela mucho más profunda.

Él se levanta pronto y confirma el mito de que trabaja en pijama: “Es la tranquilidad. Esa rutina, saber que no tienes presión ni te van a molestar. Eso es el pijama”. De ahí surjen las más de 200 piezas como bocetos, apuntes, carteles, publicaciones o audiovisuales, que muestran desde la concepción de la idea hasta la plasmación en el soporte final.

Adyacentes a la muestra, se organizan cuatro coloquios en los que participará el propio autor, así como unos talleres educativos sobre storyboard y animación tal y como describe la página de la Fundación Telefónica. La fundación acoge esta muestra desde el 20 de noviembre hasta el 15 de febrero.

El jueves a las 19.30 tendrá lugar el coloquio abierto al público entre el dibujante, Borja Crespo, director y guionista, y Gregorio Belinchón, cineasta y crítico de cine.

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