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Nacho Vidal niega practicar chamanismo, pero en 2017 tras probar el alucinógeno dijo: “Yo había visto a Dios y quería que todo el mundo lo viera”

Nacho Vidal, a la entrada de los juzgados de Xàtiva, acompañado de la Guardia Civil

Europa Press

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El actor de cine porno Nacho Vidal se encuentra “muy afectado y afligido” por la muerte de un fotógrafo tras inhalar vapores de veneno de sapo, por la que está acusado de homicidio imprudente. Vidal lo considera un “lamentable accidente” y niega que practique “chamanismo”.

Así lo asegura el letrado de Vidal, Daniel Salvador, de Vosseler Abogados, que remarca la “colaboración total” de su cliente con las fuerzas de seguridad y la justicia.

El actor porno se encuentra actualmente en libertad provisional “sin ninguna medida cautelar” -apunta el abogado- tras comparecer el pasado viernes en un juzgado de Xàtiva por su presunta implicación, junto a dos personas más, en un homicidio imprudente durante la celebración de un ritual basado en la inhalación de vapores de veneno de sapo ocurrido en julio de 2019 en la localidad valenciana de Enguera.

El abogado explica, en declaraciones a Europa Press, que Nacho Vidal se encuentra “profundamente afligido” por lo que fue “un lamentable accidente”, ya que “absolutamente nadie cree que no fuera un acto voluntario” de la persona fallecida, por la que ha mostrado “el mayor de los respetos tanto para él como para su familia”.

El fotógrafo fallecido habría buscado un lugar para consumir la sustancia, según el abogado de Vidal, que ha negado su cliente ejerza “como chamán” o “venda rituales”. “No hay ninguna contraprestación económica”, señala.

“Yo había visto a Dios y quería que todo el mundo lo viera”

No obstante, pese a desvincularse de su presunta persuasión para realizar el rito, Vidal relataba dos años antes su experiencia con esta sustancia en un video en Youtube: “Yo había visto a Dios, tenía el Santo Grial y quería que todo el mundo lo viera”. En su alocución, recomendaba su uso “a todo el mundo” para volver a “conectar con la tierra y la madre naturaleza”.

“Cuando tomé el sapo me morí; vi mi muerte y no tengo miedo a la muerte”, describe. Una vez regresó de ese “viaje”, se dio cuenta de que estaba “aquí” y de que no iba a estar “ni una hora sin hacer algo que quiera hacer”. “El tiempo es el único oro y soy multimillonario en tiempo”, concluía.

Tras una investigación de once meses de la Guardia Civil, se pudo constatar la existencia de un supuesto delito de homicidio por imprudencia y un delito contra la salud pública, cometido por quienes organizaron y dirigieron el ritual.

Se trataba de una actividad habitual con fines terapéuticos o medicinales que, en sí misma, suponía un “serio riesgo” para la salud pública, pero que quedaba “enmascarada ante lo que parecía un ritual ancestral aparentemente inofensivo, que captaba personas fuertemente sugestionadas, bajo el especial estado de vulnerabilidad o necesidad de sanar determinadas dolencias o adicciones, empleando métodos alternativos”, según la Guardia Civil.

“Humilde experiencia”

En el vídeo, el actor porno explicaba su “humilde experiencia con el sapo”, que le llegó a través de un amigo y un hermano de este último “enganchados” a la base y a la heroína desde hacía años y que estaban recuperados. Se decidió, relataba, porque se veía “en una mierda muy grande” de la que no podía salir y porque vivía “en un bucle con adicciones y apegos”.

La primera vez que lo probó fue en Ibiza, con una pipa de cristal, abriendo los ojos y mirando al sol, y fumando de ella. “Desconecté de una manera que no entendí lo que pasó, ni el tiempo que estuve ni nada”, explicaba. Y pensó que había experimentado algo “superior a ti”. “No existe la palabra para describir lo que pasó, habría que inventársela”, añadió.

“Mi cuerpo era luz”

Una segunda toma le hizo “revolverse, morir” y que su alma se fuera del cuerpo completamente. “No tenía límite, mi cuerpo era luz, formaba parte del suelo, del cielo, de las plantas, yo era el universo, era todo”, describía, para asegurar que volvió de ese “viaje” fuerte y con energía.

“He estado toda mi vida con los ojos cerrados y de repente me he fumado un sapo y los he abierto y he dicho: ¡hostia esto me he estado perdiendo durante 42 años de mi vida!”, proseguía, para afirmar que el 'sapo' le había dado “una de las bendiciones más grandes”.

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