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“Hay una diferencia fundamental en estas municipales, y es que Podemos se presenta a las elecciones y en 2015 no lo hizo”

Fernando Navarro en las Corts Valencianes

Fernando Navarro es el candidato de la militancia para liderar la lista electoral de Podem para el Ayuntamiento de Castelló en las elecciones municipales de 2019. Periodista de profesión, cuenta con experiencia en la política reciente tanto en el activismo social como en Podem, donde ha desarrollado su trabajo los últimos años. Entre las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 y las del 26 de junio de 2016, trabajó asesorando a la Secretaría de Coordinación Ejecutiva de Podemos cuando la ocupaba Ángela Ballester. Navarro da ahora un paso adelante para encabezar una candidatura que busca sumar fuerzas a través de confluencias progresistas.

Se presenta a la alcaldía siendo el candidato más joven y hay para quien eso es un inconveniente. ¿Cree que hay desconfianza entorno a las nuevas generaciones?

Sí. Creo que hay una crisis generacional abierta en este país. Básicamente es la idea de que los jóvenes somos culpables de los problemas de esta generación, que somos culpables de tenernos que exiliar, de asumir condiciones de precariedad… Parece que nos tenemos que abstener de ocupar posiciones en la esfera pública a la espera de que nos llegue el momento, pero creo que eso es un arma de doble filo. Creo que la política debe representar a la mayoría de la ciudadanía y la gente joven somos parte importante de esa mayoría. Cuento en mi equipo con gente de diversas edades y tengo cierta trayectoria. Creo que la juventud puede ser una virtud principal.

El paro juvenil es de los más altos y la burbuja del alquiler unida a la precariedad laboral hace casi imposible iniciar un proyecto de vida. ¿Está la juventud siendo uno de los sectores de la población que más ha pagado las consecuencias de la crisis económica?

La frase que lo resume todo es la que pronunció en su día el gobierno de Rajoy en referencia a que el casi millón de jóvenes exiliados era fruto de su espíritu aventurero. Yo creo que se nos está cerrando la puerta a una generación a la que se nos acusa de no haber sufrido, de que no nos gusta trabajar… se nos ha acusado de estar mal acostumbrados simplemente por querer tener un sueldo que nos permita pagar un alquiler razonable y tener una vida decente. No creo que eso sea aspirar a demasiado. La crisis generacional no se va a resolver delegando responsabilidades sino que la gente joven debemos asumir un papel más activo en la disputa de responsabilidades.

Hablemos de su candidatura. ¿Cómo va la negociación para presentar una lista conjunta con Izquierda Unida?

Estamos teniendo reuniones a tres bandas entre Castelló en Moviment, Izquierda Unida y Podemos. Es un poco complicado porque hay que encajar dos estructuras de partido con una estructura asamblearia y en ese sentido está costando un poco. Estamos buscando llegar a una candidatura que sea plural pero a la vez cohesionada, que sea eficiente y recoja toda la experiencia del asamblearismo municipalista y en ello estamos. Después de una primera etapa con más tensión, creo que ahora todos hemos levantado el pie del acelerador y ahora somos conscientes de que el acuerdo es necesario. Hay un diferencia fundamental en estas municipales y es que Podemos se presenta a las elecciones y en 2015 no lo hizo. Pero vamos a ser generosos y queremos que todo el mundo se sienta representado.

Visto el resultado de Adelante Andalucía y otros resultados obtenidos previamente por candidaturas conjuntas. ¿Cree que esta confluencia será distinta a la hora de sumar votos?

Lo que suma es la gente. La unidad de los partidos de izquierdas puede sumar o no. Yo creo que lo fundamental es construir una candidatura que multiplique y por tanto debemos solucionar cuanto antes las negociaciones y tratar de dar una respuesta a la gente que siente que el gobierno municipal no ha cumplido todas las expectativas que se esperaban de él. En ese sentido creo que es positivo sumar fuerzas en Castelló, pero también asumiendo que no está todo hecho por la simple confluencia de tres actores.

En las últimas elecciones firmasteis el Pacte del Grau, pero no entrasteis a gobernar al Ayuntamiento de Castellón. ¿De cara a 2019 la estrategia se mantiene o planeáis entrar esta vez?

En 2015 tanto Castelló en Moviment como Podemos éramos fuerzas con un gran empuje social, pero también con inexperiencia institucional. Creo que fue acertado no entrar a formar parte ni del gobierno municipal ni del gobierno de la Generalitat. Pero ahora tenemos un proyecto y en ese sentido nuestra voluntad es gobernar.

¿Ya tenéis cuadros formados?

Ya tenemos la organización preparada para asumir delegaciones importantes del Ayuntamiento. Tenemos personas que han trabajado en asuntos de obra pública, que saben mucho de movilidad, de educación. Estamos preparados.

Su programa se articula en torno a cuatro ejes. Empleo, transparencia política, vivienda y memoria histórica. Vayamos por partes. ¿Cómo se ataca la problemática del empleo y, sobre todo, el empleo temporal y con malas o inexistentes condiciones laborales?

La ciudad de Castellón reúne las condiciones para apostar por un modelo productivo más innovador. Hay mucho margen de crecimiento en la recuperación de nuestro término municipal y convertirlo en una potencia agrícola, con propuestas como la puesta en marcha de un parque agrario. También hay que apostar por un turismo de baja intensidad más desestacionalizado. Hemos de apostar por un urbanismo verde y sostenible, que no solo afecta a la movilidad sino que afecta a asuntos de transición ecológica en la ciudad. Hay que poner en valor la economía sumergida de los cuidados que en el momento aflore puede generar muchos empleos.

Estamos asistiendo en la Comunidad Valenciana, pero también en toda España, a la formación de una burbuja del alquiler. En ciudades como Castellón también se deja notar y es casi imposible para la gente joven independizarse. ¿Cómo se combate esta burbuja?

Es un asunto complejo que desde lo municipal se debe atacar desde varias escalas. Hay una escala fundamental que pasa por la ley de arrendamientos urbanos, que consiste en dotar a los ayuntamientos de más poder para controlar lo que pasa en el mercado de vivienda de las ciudades. También se ha de completar con propuestas como ampliar el parque público de vivienda para compensar el precio del alquiler disparado con un precio público más estable. Generar bolsas de alquiler que puede ser vía ayudas a rehabilitación, que se está planteando en Zaragoza y está funcionando bien. Evitar que el suelo se convierta en un tablero de Monopoly. En resumen: ley de arrendamientos urbanos, parque público de vivienda, alquiler social y control sobre el precio del suelo.

El PGOU de Castellón se encuentra ahora en fase de revisión de alegaciones. Castelló en Moviment está bastante implicado en su desarrollo, ¿cuál ha sido ha sido su papel en el desarrollo del Plan General?

Desde el principio ha sido uno de los grandes retos de esta legislatura y nuestros concejales han estado trabajando muy duro en ello. Desde el trabajo de Castelló en Moviment se ha puesto cierta huella social, medioambiental y de un nuevo urbanismo en el Plan General. Había cierta tensión en la negociación debido a ciertas resistencias por parte del equipo de gobierno a la incorporación de un plan de vivienda. Para Castelló en Moviment era una prioridad y en ese sentido creo que si el plan general nace sin plan de vivienda municipal, nacerá un poco cojo.

Hablemos ahora en clave nacional. Los resultados de las elecciones andaluzas parecen haber dado un vuelco a la situación política. ¿Puede la ultraderecha conseguir en Valencia unos resultados similares a los de Andalucía?

Creo que no, no es extrapolable. En Andalucía vienen de una situación donde es muy fácil canalizar cierta idea de cambio desde la derecha después de casi cuatro décadas del PSOE. La vía susanista de gobierno con Ciudadanos de muleta creo que desmoviliza una parte del voto progresista y las fuerzas del cambio no hemos sabido satisfacer las expectativas de la ciudadanía. No creo que hayamos fracasado, hemos obtenido una buena nota y en ese sentido pienso que se ha sobredimensionado un poco el resultado de Vox.

¿Qué cree que ha llevado a 400.000 personas a votar a la ultraderecha?

Creo que hay varios factores a tener en cuenta. Hay un pacto social que se rompe con la crisis de 2008 y que tiene muchas aristas –nacional, provincial…-. Ese pacto se rompe y a día de hoy no se ha vuelto a refundar. Creo que el Gobierno central encabezado por Mariano Rajoy ahondaba en esa fractura social, pero también creo que desde el bloque progresista en su conjunto no hemos sido capaces de poner sobre la mesa un proyecto de futuro para la ciudadanía que demuestre que la gente va a vivir mejor los próximos 10 o 20 años. En ese sentido y ante esa ruptura, hay alguien que aprovecha una nueva propuesta de pacto social, un pacto completo, muy retrógrado, xenófobo, machista y desigual…pero una propuesta de salida al fin y al cabo. Eso nos obliga a repensar cual es nuestro proyecto de país para la mayoría. Creo también que es sintomático que haya coincidido el auge de Vox con la crisis de los Chalecos Amarillos en Francia, porque pone de manifiesto que los nuevos prohombres de social liberalismo europeo son incapaces de proponer un nuevo pacto social que asegure los derechos para ciudadanía a futuro. Ese es el reto, demostrarle a la ciudadanía que nuestro proyecto de país es mejor que el de la ultraderecha.

 Desde la izquierda parece momento de hacer autocrítica. De alguna forma Vox ha conseguido dos cosas fundamentales: dotar a la gente de una identidad común y darle respuestas sencillas a problemas fundamentales. En este sentido la izquierda no puede dar recetas mágicas, pero, además, su discurso ha tendido a la fragmentación social. ¿Cree que la izquierda no está sabiendo responder a cómo afrontar la crisis social?

La fragmentación de las identidades no es algo que se pueda cuestionar. Vivimos en una sociedad mucho más compleja en comparación con cómo era en la primera mitad del siglo XX y eso es algo que hay que asumir y operar políticamente en el siglo XXI. No podemos pretender volver a identidades hegemónicas que, aunque sean recuerdos bonitos, no van a regresar. Esa identificación mayoritaria con el sindicato, con el partido, con la clase…eso no sucede hoy y es difícil que vuelva a suceder a corto plazo. Creo que es fundamental lo que señalas, ya que la izquierda no se ha planteado desde la transición una propuesta concreta y seria sobre qué hacer con España. Siempre nos ha costado mucho plantearnos a nosotros mismo como una fuerza estatalista, en gran parte debido a pasado más reciente, pero creo que si tenemos voluntad de encabezar un proceso transformador, emancipador y que mejore la vida de la gente, eso pasa por diseñar un proyecto para todo el país. Con respecto a las respuestas simples para la ciudadanía, ese es uno de los retos que tenemos ahora. Podemos nace como una fuerza impugnadora con un discurso sencillo pero muy potente de “el pueblo frente a la oligarquía”. Completando esa idea populista ahora tenemos que incorporar una idea republicana de que nosotros somos capaces de ampliar derechos muy concretos como el derecho a la vivienda. Debemos demostrar ser capaces de conquistarlos.

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