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La falta de brigadas desprotege los montes valencianos frente a la procesionaria y el Tomicus

Bolsón de procesionaria en un pinar de Castellón.

Roger Lorgeoux

Los montes de la Comunidad Valenciana se encuentran desprotegidos frente al avance descontrolado de la procesionaria y la amenaza del Tomicus. La Conselleria de Medio Ambiente descarta por el momento recuperar las brigadas de gestión de plagas y limita las actuaciones de lucha a inspecciones rutinarias de los técnicos forestales. Según los sindicatos, la solución resulta insuficiente, por lo que vaticinan un verano complicado a consecuencia de las elevadas temperaturas.

Actualmente la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) sigue su colonización, desde las cotas más elevadas, hasta haber alcanzado el nivel del mar. De hecho, se ha convertido en un quebradero de cabeza, incluso para los propietarios de terrenos privados en la costa. Su ataque afecta a la totalidad de parques naturales de la Comunidad Valenciana, sin realizar distinciones respecto al tipo de conífera hospedante. Así, desde el pino carrasco (Pinus halepensis), pasando por el pino rodeno (Pinus pinaster) o pino silvestre (Pinus sylvestris), hasta el pino negral (Pinus nigra) presentan en sus copas nidos de seda con orugas, conocidos como bolsones.

Aunque el lepidóptero defoliador no mata al árbol, sí que lo debilita y es aquí donde puede entrar en escena el Tomicus destruens. Es más, los sindicatos alertan que “se están produciendo las condiciones idóneas para que la plaga vuelva a rebrotar”. Y es que el barrenillo del pino, como comúnmente se le conoce, acabó con miles de coníferas entre 2014 y 2015, cuando su población se disparó debido al fuerte calor y ausencia de lluvias.

El daño ecológico fue tal que Medio Ambiente tuvo que triplicar las brigadas de gestión de plagas, llegando a actuar conjuntamente hasta 16 en las tres provincias. Una vez controlado el Tomicus, que aniquiló más de un 0,5% de los 285 millones de árboles contabilizados por Conselleria en la Comunidad, la cifra descendió hasta tres unidades de prevención y lucha, desmantelándose por completo en diciembre del pasado año. Desde entonces, por falta de enmienda (el presupuesto rondaba los 350.000 euros anules), ya no existen, siendo las cuadrillas fijas de los parques y Natura 2000 las que asumen las competencias.

Para los sindicatos, “esto es un parche. Estas brigadas han visto incrementadas sus funciones y no pueden combatir solas la procesionaria o cualquier otra plaga. No sabemos qué hará Conselleria, pero podemos tener un verano como el de 2014 teniendo en cuenta la situación de los montes, con los pinos muy debilitados, y las condiciones climatológicas”.

Desde Medio Ambiente no se contempla ningún tipo de medida a corto plazo, toda vez que “basamos la gestión integrada de plagas en inspecciones y prospecciones de los técnicos de sanidad forestal”, precisan fuentes de Conselleria.

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