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#Cuéntalo y el lado silenciado (hasta hoy) de las sesiones fotográficas

Sheila Gómez Pastor

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Como en cualquier disciplina, hay de todo. Y con todo me refiero a hombres o mujeres, profesionales o no profesionales, con buenas o con malas intenciones. Prueba de ello, la avalancha de denuncias en redes sociales bajo el hastag #cuéntalo con el que mujeres de todos los ámbitos vienen revelando abusos sexuales en diferentes ámbitos a raíz de la sentencia de la manada.

La historia que viene a continuación es una más que está teniendo lugar en el ámbito de las sesiones fotográficas a mujeres. Todo comienza este domingo, en Instagram, cuando Margalida María (@margalidamariax), modelo y activista feminista con más de 45 mil seguidores, comparte en un Insta Stories una conversación con una adolescente que desea ser modelo y le cuenta su mala experiencia con una persona residente en Madrid, modelo de profesión, que colabora con marcas distintivas como Puma y que, además, se autoproclama fotógrafo de la marca Kappa. Para la sorpresa de Margalida María, al compartir dicha publicación, comienza a recibir más de cien mensajes de mujeres modelos que también le relataban desde el anonimato su desgraciada experiencia con esta misma persona. Ante esta situación, decida publicar todos ellos en Insta Stories que ha marcado como “Destacados” en su perfil de Instagram para visibilizar tal situación. Testimonios como: “¿nunca has estado con un black boy? ¿No te gustaría?”; “no sabes lo que es follar hasta que te ha follado un negro”; “Se acercaba demasiado a mí, rozándome el culo como el que no quiere”; “Insistía en ayudarme a colocarme el tanga”. Al mismo tiempo, cobraba más de trescientos euros por sesiones que realizaba a mujeres que respondían al canon idílico de esta sociedad heteropatrialcal, y ya pasados más de seis meses, no han recibido aún las fotografías realizadas.

Tal es el impacto que otras influencers como Paula de Gran Hermano 15 (@cleopawtra), con 480 mil seguidores, deciden contar su propia experiencia. Ella misma, publica audios de una conversación con él en el que declara que hay que “aprovechar el buen cuerpo que tienes y darle caña” o “hazte fotos con sujetador o sin él directamente para verte”. Estas mismas palabras las podría trasladar a mí propia experiencia como modelo de fotografía sufrido en Alicante. Como Paula, yo tampoco cedí. Volviendo al asunto en cuestión, son testimonios que en Madrid eran silenciados desde hace varios años pero que ahora, gracias a la iniciativa de Margalida María, sin valerse de pruebas más que la voz que les une a todas, le señalan públicamente porque “ya está bien”.

Él, por su parte, decide este lunes manifestarse diciendo que “van a hablar modelos a las que he tratado bien”. Ante lo cual, yo como mujer, me pregunto: ¿Y si un asesino argumentase que no asesina nombrando a las personas que no ha matado? Su respuesta ante la acusación, lejos de disculparse por la cosificación y manipulación, se reduce en que se victimiza al argumentar que “todo esto viene porque él es negro”. ¿No era justamente aquello de lo que él alardeaba? Kappa (@kappasport_es) también se pronuncia vía Twitter y lo deja claro: “Kappa reivindica la igualdad de sexos. Únicamente mantuvimos una relación profesional de manera puntual como modelo, pero no fue contratado como fotógrafo”.

No me ha extrañado que, al compartir yo también este asunto, un fotógrafo de la provincia de Alicante me declara lo siguiente: “En un workshop de fotografía de moda celebrado Alicante varios asistentes empezaron a hablar de lo que molaba ser fotógrafo porque luego se las follaban a todas. Yo les aclaré que nunca me había pasado eso y lo siguiente fueron carcajadas y frases de: pues chico, ¿entonces para qué haces books?”. Me explica esta situación ante todo para visibilizar que también existen los fotógrafos verdaderamente buenos y profesionales que se ven afectados por este tipo de acciones de los “fotógrafo” entre comillas. Por otra parte, una modelo de la provincia, con más de 80 mil seguidores, me declara que un trabajador de una agencia de modelos de Elche “es un sinvergüenza. De parte de mí y de todas mis compañeras”.

Hay que reconocer que las redes sociales se están convirtiendo en una herramienta necesaria para la unificación sonora de todas aquellas voces que por miedo se silenciaban y, gracias a ello, la lucha en España está a la orden del día.

*Sheila Gómez Pastor, ensayista, poeta y escritora, feminista

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