Bangladesh traslada a refugiados rohingya a una isla remota pese a las preocupaciones de derechos humanos
Bangladesh ha comenzado a trasladar a un segundo grupo de refugiados rohingya desde los abarrotados campos de Cox Bazar hasta una isla remota en la Bahía de Bengala. Lo ha hecho a pesar de la preocupación en materia de seguridad mostrada por defensores de derechos humanos internacionales.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han pedido al Gobierno de Bangladesh que detenga la reubicación de los rohingya a Bhashan Char, que se encuentra a varias horas en barco del continente, una zona propensa a sufrir inundaciones y ciclones frecuentes y que, en caso de darse mareas altas, podría quedar totalmente hundida.
También preocupa que los rohingya, ya desplazados de Myanmar tras un proceso de limpieza étnica, pueden haber sido sobornados para aceptar su nueva ubicación en la isla o que quizá hayan sufrido amenazas o chantajes para aceptarlo.
Las organizaciones internacionales de derechos humanos sospechan que los refugiados pueden haber sido incluidos en las listas de personas a desplazar sin dar su consentimiento y piden que Bangladesh permita una inspección independiente de la isla.
El primer grupo de 1.642 refugiados llegó a la isla a principios de diciembre. Abdullah Al Mamun Chowdhury, mando policial y director del proyecto Bhashan Char, declaró a The Daily Star, un periódico local, que entre el 28 y el 29 de diciembre llegarían entre 700 y 1.000 rohingyas y que el lugar ya está listo para recibir a sus nuevos habitantes.
Saad Hammadi, responsable de campañas de Amnistía Internacional para el Sur de Asia, señala que la preocupación por el desplazamiento a Bhashan Char parte de “la falta de comprensión sobre los mecanismos de salvaguarda de los derechos humanos que se aplican sobre el terreno en cuestiones como acceso a la salud y libertad de movimientos entre la isla y Cox Bazar”.
Este mes, HRW hizo público un comunicado en el que afirmaba que la información sobre las condiciones de la isla es muy limitada “y hay acusaciones de que las autoridades podrían haber ofrecido información falsa e incentivos [a los refugiados] para que acepten mudarse allí”.
El Gobierno del país ha negado que haya motivo alguno de preocupación. Mostafizur Rahman, representante permanente y embajador de Bangladesh ante las Naciones Unidas en Ginebra, sostiene que los rohingya se han trasladado allí de manera voluntaria y que el Gobierno ha adoptado las medidas necesarias para mejorar su calidad y medios de vida, así como su seguridad.
Mohammed Shamsud Douza, segundo al mando en la gestión de los refugiados, señala que se ha construido un dique de 12 kilómetros para proteger la isla ante inundaciones y viviendas para 100.000 personas. También que el desplazamiento ha sido voluntario. “No obligamos a nadie a ir allí”, explica antes de añadir que pueden vivir mejor y con más acceso a derechos como salud y educación.
Traducido por Alberto Arce
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