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OPINIÓN THE GUARDIAN

Biden está tratando a los migrantes solo un poco mejor que Trump y eso es vergonzoso

Un agente de la patrulla fronteriza estadounidense agarra la camisa de un migrante que intenta regresar a Estados Unidos por el río Grande.

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La mayoría de nosotros se estremeció y se horrorizó, y Estados Unidos se avergonzó con razón, por las imágenes de agentes de la patrulla fronteriza estadounidense a caballo atacando a solicitantes de asilo, entre ellos al menos un niño, en Texas. Afortunadamente, se ha puesto fin a esta situación y se está llevando a cabo una investigación. Sin embargo, necesitamos algo más que una investigación: necesitamos saber que una situación semejante no volverá a repetirse.

También necesitamos que el Gobierno de Estados Unidos deje de vulnerar los derechos humanos más básicos al deportar a los solicitantes de asilo a Haití. Apenas un mes después de que un catastrófico terremoto de magnitud de 7,2 y una destructiva tormenta tropical azotaran Haití, y apenas dos meses después del asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse en su domicilio, estas deportaciones son atroces e inhumanas. Es indudable que Haití no es un país seguro en este momento, y que las vidas de las personas que estamos deportando correrán un grave peligro.

El nivel de sufrimiento en Haití es difícil de abarcar. Por eso tantas familias haitianas han arriesgado sus vidas para salir y buscar asilo en Estados Unidos. Muchos llegaron con niños pequeños, desesperados por conseguir refugio y agua, comida, protección, atención médica y otros elementos básicos. Fue un viaje traicionero para la mayoría, y para algunos tuvo el final más trágico posible. Los migrantes haitianos no fueron recibidos con los brazos abiertos ni tratados con compasión y respeto cuando llegaron a Estados Unidos. Los deportamos a un país sumido en el caos y ni siquiera se les permitió solicitar asilo, que es un derecho contemplado tanto por las leyes de Estados Unidos como por la legislación internacional.

Es necesario poner fin a las deportaciones de inmediato. El Gobierno de Biden hizo bien en ampliar el estatus de protección temporal a los haitianos que viven en Estados Unidos hasta principios de 2023, pero las deportaciones de haitianos en la frontera también deben detenerse. En particular, debemos garantizar que ningún niño sea deportado en un contexto de inseguridad como el actual y que todas las familias que buscan asilo puedan permanecer juntas.

Hay soluciones

No basta con las buenas intenciones. Estamos ante un momento de valentía política para que todos, desde la comunidad local hasta los líderes nacionales, defiendan a los inmigrantes, que hacen más fuerte a Estados Unidos. Debemos resistirnos a los cínicos promotores del odio que avivan un sentimiento anti-inmigración y utilizan esta cuestión para dividirnos. Lo hacen ahora y siempre lo han hecho.

Es necesario dejar de utilizar el Título 42, una disposición de la ley sanitaria que se ha utilizado durante la pandemia para negar a los inmigrantes la oportunidad de buscar protección en Estados Unidos. Innumerables funcionarios públicos, incluidos los de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, han dicho que esta política carece de fundamento. En cambio, las medidas de salud pública, como las pruebas, la cuarentena y la vacunación, pueden prevenir eficazmente la propagación de la COVID-19.

Debemos aplicar medidas de salud pública basadas en el sentido común e invertir en el tratamiento comunitario y el apoyo legal. Los estudios constatan que la gran mayoría de las personas cumplen con los requisitos de inmigración y cuando comparecen ante el tribunal son puestos en libertad, especialmente si tienen un abogado que los asiste. El Congreso [de EEUU] puede satisfacer esta necesidad financiando la asistencia humanitaria y jurídica. Las soluciones existen.

Debemos recordar que la búsqueda de asilo es un derecho garantizado por nuestras leyes, y que nadie merece ser castigado por buscar protección.

Debemos liberar al sistema de inmigración de Estados Unidos del racismo que se hace evidente en su trato a los solicitantes de asilo racializados.

Debemos exigir a los gobernantes que creen un sistema de inmigración justo y humano, que incluya una vía de acceso a la ciudadanía para los inmigrantes, y un proceso de asilo seguro y justo para los haitianos y todas las demás personas que solicitan refugio en Estados Unidos. Debemos estar a la altura de nuestros compromisos en materia de derechos civiles y humanos como país.

Y, sobre todo, debemos garantizar que Estados Unidos trate por fin a todos los solicitantes de asilo y a todos los inmigrantes con compasión, dignidad y respeto.

* Xochitl Oseguera es vicepresidenta de MomsRising y de la comunidad en español, MamásConPoder

Traducido por Emma Reverter

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