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Ningún subsahariano ha podido solicitar asilo en la frontera de Melilla desde que es posible hacerlo

Imagen de archivo de la frontera de Melilla/ Efe

Gabriela Sánchez

Aunque las nuevas oficinas de asilo de los puestos fronterizos de Ceuta y Melilla se inaugurarán el próximo mes de marzo, en septiembre se comenzaron a admitir solicitudes de protección internacional en estos puntos. Desde entonces se han formalizado cerca de 400 peticiones, según cifras provisionales de Acnur a las que ha tenido acceso eldiario.es. Todas ellas excepto una proceden de Siria. El dato refuerza las advertencias de las ONG que trabajan sobre el terreno, que lo interpretan como un presagio del funcionamiento de los centros anunciados por el Ministerio del Interior: las personas que huyen de países subsaharianos no están teniendo acceso por el momento a esta nueva vía legal de entrada, a pesar de que cerca del 60% de aquellos que saltan la valla son potenciales refugiados, según la agencia de la ONU.

Las ONG celebraron el anuncio de la construcción de las oficinas de asilo en los puestos fronterizos de las ciudades autónomas, pero pidieron cautela. Estos centros, según el Ministerio del Interior, “estarán claramente identificados como lugares para de formalización de solicitudes protección internacional, que se realizará siempre con asistencia de abogado e intérprete”. Se trataría de una vía de entrada para personas que huyen de sus países de origen, sin verse obligados a acudir a los métodos irregulares de entrada.

Sin embargo, después de dos meses, el Gobierno aún no ha aclarado cómo podrán acceder a estas salas las personas que lo requieran -antes deben enfrentarse al control de seguridad marroquí- y si van a verse obligadas igualmente a recurrir a grupos organizados para adquirir pasaportes falsos, como suele ocurrir en el caso de los sirios que han pedido asilo en Ceuta y Melilla. Por otro lado, tampoco ha especificado si las personas de origen subsahariano podrán solicitar protección internacional en ellas. En la actualidad Marruecos les prohíbe cualquier tipo de acercamiento a la línea fronteriza.

Atendiendo a las cifras de Acnur, desde que el Gobierno ha empezado a admitir solicitudes de asilo en los puestos de las ciudades autónomas -septiembre según la Agencia de la ONU- no se ha recibido ninguna petición de asilo de personas de origen subsahariano, mientras que el 60% de las que saltan la valla -principal vía de acceso a Melilla para inmigrantes procedentes de estas zonas de África debido a las escasas alternativas- son potenciales de refugiados, según sus cálculos. En Ceuta no se ha formalizado ninguna petición a través en su frontera del Tarajal. Ni el Ministerio del Interior ni la Policía Nacional han accedido a explicar a eldiario.es los motivos de la inexistencia de solicitudes de asilo de personas procedentes de estas zonas.

“Estamos trabajando para que mejore el procedimiento de asilo en general. En la actualidad están llegando más refugiados procedentes de Siria que de África Subsahariana, pero cualquier persona debería acceder a estos puestos fronterizos para solicitar asilo”, explican fuentes de la delegación española de Acnur a este periódico, que valoran de forma positiva el ascenso de la formalización de peticiones de sirios y la “agilización” de los trámites en su proceso de asilo.

El pasado jueves la representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados mantuvo una reunión con el ministro del Interior en la que solicitó que “considerase alternativas” a la legalización de las devoluciones en caliente. El Ministerio ignoró la petición de Acnur y centró sus informaciones públicas sobre el encuentro en la próxima creación de oficinas de asilo, con las que, según asegura, pretende “reforzar las garantías del sistema de protección internacional” y “permitirá un mejor cumplimiento de las exigencias del Sistema Europeo Común de Asilo”. Fernández Díaz, enorgullecido con este nuevo proyecto, ha invitado al comisario europeo de Inmigración a su inauguración.

El sistema de asilo que, según el ministro de Interior, se reforzará a través de las nuevas oficinas fronterizas se asienta sobre el “principio de no devolución”, que impide a las autoridades europeas expulsar a una persona que pudiese correr peligro en su país de origen, es decir, un posible solicitante de protección internacional. Las expulsiones en caliente, cuya legalización en España está pendiente de la aprobación del Senado, incumple la normativa europea que asume y protege este precepto: las personas que son entregadas de forma inmediata a Marruecos tras superar de forma irregular las vallas de Ceuta y Melilla, en el caso de que lo necesitasen, no tienen la oportunidad de solicitar refugio.

“Cualquier persona debería poder solicitar asilo en frontera”

“Estamos trabajando para que mejore el procedimiento de asilo en general. En la actualidad están llegando más refugiados procedentes de Siria que de África Subsahariana, pero cualquier persona debería acceder a estos puestos fronterizos para solicitar asilo”, explican fuentes de la delegación española de Acnur a eldiario.es.

Desde la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR), recuerdan que, por el momento, la policía es quien está efectuando las entrevistas requeridas a la hora de solicitar asilo y, según denuncian, “no han recibido formación especializada y los abogados que están asistiendo al turno de asilo tampoco son especialistas al turno de oficio”.

Sin embargo, el Ministerio del Interior asegura que, tras la inauguración de las nuevas oficinas, los encargados de esta labor pertenecerán a la Oficina de Asilo y Refugio. Fuentes especializadas insisten en la necesidad de que se trate de personal especializado, debido a la delicada situación en la que suelen encontrarse los solicitantes.

Según CEAR, la admisión de peticiones de asilo de sirios en los puestos fronterizos no ha acabado con el uso de técnicas irregulares por parte de estos, al menos por el momento. “Muchos de ellos reconocen que no quieren solicitar protección en España, sino en otro país europeo, porque consideran que aquí las condiciones son peores”, dicen desde la organización.

“El perfil de los que formalizan la petición en frontera es mayoritariamente el de un hombre soltero. Esto se debe a que muchas mujeres entran como porteadoras pagando a cambio de documentación falsa. Muchos niños sirios cruzan la frontera de la mano de marroquíes, como si fueran sus hijos, a cambio también de dinero”, explican desde CEAR, organización especializada que está aportando asistencia jurídica a solicitantes de asilo sobre el terreno.

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