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Deutsche Bank quiere dar la espalda a Donald Trump tras décadas haciendo negocios juntos

El presidente saliente de EE.UU., Donald Trump.

Aldo Mas

Berlín —

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Si Donald Trump y el banco alemán Deutsche Bank no son familia, poco les falta. No en vano, según ha señalado acertadamente el diario británico Financial Times, “la relación de Donald Trump con Deutsche Bank ha durado más que ninguno de los matrimonios” del político estadounidense.

Dos de los cinco hijos de Trump - Tiffany y Barron - no habían ni siquiera nacido cuando el magnate metido a político ya hacía negocios millonarios con dinero prestado de la entidad alemana con sede en Fráncfort. Desde que Trump comenzara su relación financiera con Deutsche Bank en la última década del siglo pasado, se ha estimado que la entidad germana habría puesto en manos del ahora presidente de Estados Unidos un total de 2.000 millones de dólares (unos 1.646 millones de euros).

Con ese dinero, Trump pudo financiar proyectos en el sector inmobiliario y turístico pese a que era “radioactivo para la mayoría de los bancos”, según han señalado desde el periódico estadounidense The New York Times. Antes de que Deutsche Bank hiciera posible las construcciones de Trump, éste ya había vivido suficientes fracasos empresariales que acabaron en impago de créditos.

Sin embargo, con Deutsche Bank, una entidad que para muchos se ha caracterizado por una agresividad en sus prácticas en muchos casos cuestionable e incluso castigada por las autoridades, el historial de Trump no fue un impedimento para hacer negocios con él.

El 'romance' entre Trump y Deutsche Bank – como la de cualquier matrimonio – está plagada de momentos buenos, malos y hasta de intercambio de denuncias. Pero según escribe David Enrich, periodista del The New York Times y autor de Dark Towers – “Torres oscuras” (Ed. Custom House, 2020), un volumen sobre la historia de Deutsche Bank, la relación entre Trump y Deutsche Bank “ha sido positiva para ambos, el banco leal y el preciado cliente”.

Ahora bien, la semana pasada, Trump parecía incitar a la rebelión en los incidentes que acabaron en la toma del Capitolio, donde murieron cinco personas, incluido un agente de policía. Esos hechos han derivado en un impleachment histórico. Es el segundo al que se enfrenta el todavía jefe de Estado en Estados Unidos.

Trump, de “preciado cliente” a problema de imagen

En este contexto, el “preciado cliente” parece que puede acabar convirtiéndose en parte importante de los problemas de imagen que acusa una entidad como Deutsche Bank, un banco que ha sido y es a menudo noticia por las sanciones, multas o acuerdos millonarios alcanzados para evitar juicios en casos que van desde presunto lavado de dinero al pago de sobornos o incluso enchufar a jóvenes chinos y rusos a cambio de negocios en esos países.

De ahí que sea noticia estos días el que se haya aireado el deseo de Deutsche Bank de poner fin a la relación que le une a Donald Trump, según han informado recientemente la agencia Bloomberg y el The New York Times.

En realidad, antes de la última elección presidencial, en la que Trump acabaría perdiendo ante el candidato del Partido Demócrata, Joe Biden, la agencia Reuters también había dado cuenta de que el banco alemán quería acabar con los millonarios lazos que aún le unen al presidente saliente de Estados Unidos.

Los hechos de la semana pasada han generado importantes gestos que hacen pensar en que la entidad alemana está dispuesta a terminar ya con el largo capítulo de su historia con Trump en Estados Unidos. No en vano, en unas declaraciones recogidas por Bloomberg, Christiana Riley, la responsable de Deutsche Bank America, señalaba a cuenta de los disturbios del Capitolio que lo ocurrido en Washington D.C. convirtió ese día en “una jornada negra para Estados Unidos y la democracia” estadounidense.

“Estamos orgullosos de nuestra Constitución y apoyamos a quienes quieren asegurar que se mantenga el poder del pueblo y que tenga lugar un traspaso de poder pacífico”, señalaba Riley. En esas palabras no parecía en modo alguno estar aludiendo a Trump.

Casi 300 millones de euros en préstamos

Así, no sorprende que la agencia Reuters citara hace unos días fuentes internas del banco germano al dar cuenta de que la entidad está buscando la manera de dar la espalda al presidente saliente de Estados Unidos.

Eso no será cosa fácil, en cualquier caso, porque The Trump Organization, el grupo empresarial que lleva los negocios del magnate – actualmente en manos de los hijos del jefe de Estado estadounidense –, aún tiene que devolver un préstamo de 340 millones de dólares (unos 280 millones de euros). Según ha trascendido, ese dinero, necesario en tres proyecto del magnate – un campo de golf en Miami y dos hoteles en Chicago y Washington –, ha de ser devuelto entre 2023 y 2024.

Se especula con que, dado que la crisis del coronavirus ha golpeado duramente los sectores en los que se apoyan las actividades económicas de los Trump, ese dinero no pueda ser devuelto en tiempo y forma. Antes de ser presidente, Trump se puso como garantía personal a la hora de pedir ese dinero. Esto quiere decir que, si Trump no pudiera devolver el préstamo, podría acabar embargado.

Eso sí, “parece impensable que los inmuebles de un expresidente puedan ser incautados”, según han recordado en Alemania las páginas económicas del diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung. Esa eventualidad es algo sin precedentes y, por tanto, resulta para muchos altamente improbable.

Antes de que ese extremo se produzca, hay otras opciones para Deutsche Bank. Por ejemplo, revender los préstamos de Trump, según han señalado a Reuters fuentes de la entidad alemana. Sea como fuere, “el divorcio” entre Deutsche Bank y Trump se presenta tan complicado como vieja es la historia que les une.

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