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Nunca diga “tragaperras” en una feria del juego

Máquinas tragaperras en la Feria Internacional del Juego de Madrid.

Víctor Honorato

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Incluso en una feria de los juegos de azar se puede encontrar a alguien crítico con los juegos de azar. “Entre tú y yo, bien no está”, confiesa una mujer, preocupada por la ludopatía, en uno de los puestos menos vistoso de los en torno a 60 que hay dispuestos en el recinto ferial para la Feria Internacional del Juego de Madrid (Fijma), que se celebra del martes al jueves. La trabajadora hereje, más versada en los pormenores de las apuestas por Internet que en las tradicionales tragaperras, pide que no se la identifique, pero considera que en el sector se “gana una pasta que no está escrita”.

Sí está escrita, en realidad, aunque las cantidades varían según la fuente. El Anuario de Juego en España 2022, elaborado por el Consejo Empresarial del Juego, un ente que aúna a varias de las más importantes empresas del sector, señala que en 2021 se jugaron en España más de 27.000 millones de euros, sumando las loterías del Estado y todas las apuestas privadas. Esto supone, descontando los premios, más de 9.000 millones de beneficios antes de impuestos. Las cifras no coinciden con el informe anual Datos del Mercado Español del Juego del Ministerio de Consumo, que emplea una metodología distinta y calcula el llamado “juego real” en 6.128 millones, sin contar las tragaperras.

I+D en el salón de juegos

En uno de los más grandes puestos del pabellón está situada la empresa Zitro, fabricante de máquinas tragaperras, multinacional con presencia en Europa y América Latina, sede central en Luxemburgo. “Preferimos llamarle videorrodillos o ‘videoslots”, explica una responsable de publicidad, que muestra una máquina de casi tres metros con una pantalla con resolución 4K, desde la que un personaje virtual con cara de vikingo mira al posible jugador con ojos inquisitivos. Hay dispuestas decenas como esta.

“Es un sector superregulado”, advierte la portavoz, que señala que la empresa, con oficinas en Barcelona, cuenta con un departamento de I+D en el que trabajan 300 ingenieros diseñando algoritmos, que después las autoridades habrán de validar. “No gana la banca, como siempre se dice”, asegura.

En la feria está también Cristina García, secretaria de la asociación de fabricantes “Club de Convergentes” y coordinadora del Proyecto Fes (Formación, Educación y Sensibilización), que consiste en dar charlas en institutos para concienciar a los adolescentes y evitar que se vuelvan adictos al juego. García emplea un argumento defensivo histórico del sector: las tragaperras no prometen hacerse millonario, así que no ‘engañan’ como lo hace la lotería nacional cuando sugiere grandes fortunas.

García habla de la investigación y desarrollo, de que hay muchos ingresos por impuestos, dice que el sector a veces “no se explica bien” e insiste en la importancia del trabajo de sensibilización, pero en la misma feria hay empresas que publicitan sus dispensadores de efectivo rápido para jugadores con el siguiente mensaje: “Facilita la fidelización del cliente aportándole comodidad en las retiradas”.

Adiós al crupier con la ruleta electrónica

Óscar Giralt, portavoz de Win Systems, muestra una ruleta electrónica que recuerda a un platillo volante, totalmente autónoma, en el que el crupier ha sido sustituido por una voz pregrabada. Si el sector estuvo de capa caída con el COVID, el fin de las restricciones ha tenido rápido efecto: “La recuperación es un hecho”, dice Giralt, que cree injusta la mala publicidad por la presencia de salones de juego en zonas de paso de jóvenes. Opina que el mundo del juego “es menos sórdido” de lo que parece al profano.

Quizás no entre en la categoría de sórdido, pero sorprende ver a las 10.30 de la mañana una actuación de bailarines descamisados y bailarinas en lentejuelas mientras suena una canción de una de las últimas películas de James Bond. Es en otro de los grandes ‘stands’ de la Feria, el del histórico Recreativos Franco, cuyos orígenes están en la Transición, cuando el gobierno de Adolfo Suárez legalizó el juego.

La actuación no es preludio de ninguna presentación, solo es reclamo para que los participantes se acerquen. Por más que los tiempos cambien, es posible observar la escena de un señor maduro y no muy alto haciendo comentarios risueños sobre su belleza a una pareja de jóvenes azafatas con traje rojo de variedades. Tardan pocos segundos en darle esquinazo, sin perder la sonrisa.

Competencia fiscal en el estrecho de Gibraltar

En el Reino Unido se celebra la mayor feria del juego de Europa, pero el Brexit ha abierto la carrera por atraer a las casas de apuestas online a las que el holgado régimen fiscal del territorio ya no conviene. Entran aquí en juego Melilla y Ceuta.

El ayuntamiento ceutí, por ejemplo, está presente en la feria del juego y a quien se acerque a preguntar le explican sin rodeos que el IRPF está bonificado al 50%, el Impuesto de Sociedades, otro tanto, y el de Solidaridad de las Grandes Fortunas, al 75%. A cambio, hay que establecerse allí y contratar personal. En el puesto indican que es una forma de retener población. En tres años yendo a la feria de Londres, ya han captado a 50 empresas, explican.

La presencia institucional es notable en la jornada inaugural. Como la competencia sobre juego está transferida a las Comunidades Autónomas, están invitados a la feria responsables del ramo de todo el país, que participan en la inauguración al mediodía, sin tiempo para declaraciones.

Hay también cargos de la policía nacional, a la que se ha provisto de un raquítico puesto en uno de los laterales del pabellón. Dentro, un cartel propone “no apuestes al deporte, disfruta el deporte”. Los presentes no le hacen mucho caso. También hay una vitrina donde se exponen billetes falsos, aparatos electrónicos para hacer trampas en salones de juego y casinos. “Esto está un poco obsoleto, ahora va todo con el móvil”, reconoce un oficial con uniforme de revista. Al rato se lo ve deambulando entre el brillo de las pantallas con una compañera, la mirada inexpresiva. 

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