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Un gigante naviero vinculado a la vieja derecha chilena abre filiales en Madrid para eludir impuestos

Ilustración con el dictador Pinochet, el patriarca de la chilena Grupo de Empresas Navieras y una imagen de la compañía.

Antonio M. Vélez

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Nuevo nombre en la lista de grandes fortunas latinoamericanas que han elegido Madrid para reducir su factura fiscal. Una de las últimas en hacerlo es Grupo Empresas Navieras (Gen), una de las principales empresas de ese sector en Chile y cuyos principales accionistas, la familia Urenda, han estado históricamente vinculados a la derecha chilena y al fallecido dictador Augusto Pinochet. 

El grupo está tejiendo una red de sociedades en España para eludir impuestos a través de las denominadas ETVE, entidades de tenencia de valores extranjeros, una herramienta fiscalmente ventajosa para atraer multinacionales a España.

Gen es un conglomerado de más de cien empresas cuyo origen se remonta a hace casi un siglo. Presente en logística, transporte marítimo, industria armadora y operación de puertos y aeropuertos, opera en más de veinte países, España entre ellos. Tiene más de 7.000 empleados y a cierre de 2022 manejaba activos de 1.287 millones de dólares, con 962 millones de ingresos, un beneficio bruto operativo (Ebitda) de 184 millones y un beneficio de 73,5 millones, según sus últimas cuentas consolidadas. 

La compañía chilena, con la que elDiario.es contactó sin obtener respuesta a través de su oficina en Barcelona, ha acogido al régimen ETVE a al menos tres sociedades en España, todas domiciliadas en Madrid. La primera, Agunsa Internacional ETVE, ha venido desde Panamá y es la única que ha presentado cuentas hasta ahora. Se acogió a este régimen especial el 9 de mayo de 2022. En Panamá figuraba inscrita desde abril de 1993 bajo la denominación de Inversiones Marítimas Universales. 

Allí tenía un capital de 57 millones de dólares estadounidenses y activos de 66,6 millones de dólares. En 2020 declaró 44,4 millones de ventas y beneficios de 3,2 millones. Ya como ETVE en España, cerró 2022 con un empleado, activos de 60,6 millones de euros y beneficios de 2,44 millones, tras facturar algo menos de 2,5 millones en concepto de ingresos financieros, según sus cuentas. 

Cerca de la mitad de esa cifra fueron dividendos de sus participadas. Entre ellas, sociedades en Hong Kong, Colombia, Perú, México o El Salvador y, desde enero de 2023, Ecuador. Allí la Autoridad Portuaria de Manta (APM) advirtió a finales del año pasado de que el traspaso a esa ETVE de las acciones que la concesionaria de su filial Agunsa en ese puerto podría haber infringido el liego del contrato, al no haber sido comunicada previamente la operación a ese organismo público ecuatoriano.

En España, esta ETVE figura como propietaria del 70% de la filial europea de la naviera del grupo Gen, Agunsa Europa. Para 2023, esa sociedad esperaba “el fortalecimiento de los negocios de las sociedades dependientes actuales y se valorará la posible expansión de nuestra cartera en función de las condiciones del mercado”, dice en sus cuentas firmadas en marzo.

Gen tiene al menos otras dos ETVE, Froward Internacional ETVE, creada también en mayo de 2022, y la más reciente, Agunsa Puertos ETVE SL, de mayo de 2023. Por ahora no han presentado cuentas.

Heredero de la Compañía Chilena de Navegación Interoceánica (CCNI), que llegó a estar entre las 40 mayores de su sector a escala mundial, Gen es uno de los principales grupos de su sector en Latinoamérica. Fue la primera naviera de la región en establecerse en Corea del Sur. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) situaba en mayo de 2022 a una de sus filiales, Compañía Marítima Chilena (CMC), entre las mayores navieras del subcontinente.

El grupo tiene una histórica relación con la derecha chilena y la dictadura de Pinochet. El patriarca ya fallecido, Beltrán Urenda Zegers, abogado, académico, empresario y político, fue acérrimo opositor del presidente socialista Salvador Allende y apoyó decididamente el golpe de Estado de 1973. “Fue un político muy conservador, pinochetista de la primera hora”, que “en sus años de mayor militancia se ubicó en el ala más extrema de la derecha”, explica a elDiario.es el politólogo argentino Gabriel Negretto.

Urenda fue cercano a Pinochet durante toda la dictadura, que se prolongó hasta 1990. Tras el terremoto de Chile de 1985, encabezó a petición del dictador el Consejo Económico Social, que reunía a empresarios y representantes de los trabajadores para definir las políticas económicas del país, conocido por ser uno de los grandes laboratorios neoliberales del siglo XX.

Urenda acabó dando el salto a la política activa. En las elecciones parlamentarias de 1989 fue elegido senador por el pacto de centroderecha Democracia y Progreso. En 1991 ingresó en la muy conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), en la que permaneció hasta su fallecimiento en 2013.

Con ella su sobrino Edmundo Eluchans Urenda llegó a presidir el Congreso de Chile hace una década, como recuerda el politólogo chileno Carlos Huneuus, que sin embargo “no los vincularía con la extrema derecha”. Este analista recuerda que esta corriente la encarna actualmente el Partido Republicano, escisión de la UDI surgida en 2019.

Como señala el economista chileno Alejandro Corvalán, cuando vivía Urenda “no existía la extrema derecha” como tal en Chile. “Ocurre que la derecha chilena siempre fue extrema, violenta, racista, etc”. Pero es diferente a la actual “extrema derecha”, que es “libertaria” y “aparece fuerte” a partir de 2017, con los republicanos de José Antonio Kast, histórico ex de la UDI. 

En la hemeroteca está el legado político de Urenda. En 1991, recurrió junto a otros senadores conservadores al Tribunal Constitucional el cierre de la Colonia Dignidad, el asentamiento de colonos alemanes fundado en 1961 por el exmilitar nazi Paul Schäfer que se utilizó como centro de detención y tortura durante la dictadura, y que durante décadas fue una secta religiosa regida por un sistema de encierro, adoctrinamiento y esclavitud en el que se abusó sexualmente de decenas de menores.

Años después, en 1997, el diario español El Mundo definía a Urenda como “jefe de la bancada del partido de extrema derecha UDI” en una pieza sobre la polémica por el nombramiento de Pinochet como primer senador “vitalicio” de la historia de Chile. Y recogía estas palabras suyas: “El país no tiene que someterse a lo que vociferan algunos políticos de izquierdas o personas que le tienen una animosidad especial al general Pinochet”, que “jura como senador y se acabó el asunto”. 

Pinochet no llegó a pisar demasiado las Cortes chilenas luego. En 1999, Beltrán Urenda fue uno de los responsables de la UDI que invocó razones “humanitarias” para que se permitiera al dictador volver a Chile y abandonar Londres, donde estaba en arresto domiciliario a petición del juez español Baltasar Garzón, en el marco de su acusación por delitos de genocidio, terrorismo internacional, torturas y desaparición de personas durante la dictadura militar. 

Demandas y una estafa

Tras la muerte de Urenda, que tuvo ocho hijos, su sucesión en el emporio familiar no fue pacífica. Dos hijas del magnate, Elena y Carolina Urenda Salamanca, llegaron a enfrentarse en los tribunales por la multimillonaria herencia a sus hermanos Beltrán y José Manuel. Este último es el presidente del grupo Gen.

Otro hermano, Gabriel Urenda, está acusado por la Fiscalía chilena de perpetrar una estafa piramidal que causó perjuicios de más de 10.000 millones de pesos chilenos (unos 10 millones de euros) a 87 víctimas a través de la firma financiera que fundó, Intervalores. Enfrenta esta acusación desde 2018. Ingresó por última vez en prisión a finales del año pasado.

La familia ha insistido en desvincularle de los negocios de la naviera, cuya relación con el poder político chileno no acaba en el patriarca fallecido. Otra hermana, Macarena Urenda, fue concejala y candidata a la alcaldía de Viña del Mar con la UDI. El grupo sienta en el consejo de su matriz a Blas Tomic, presidente del Metro de Santiago con la socialista Michelle Bachelet.

En su filial Agunsa fue consejero hasta 2018 el actual embajador de Chile ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Felipe Morandé, ex ministro de Estado con el fallecido Sebastián Piñera, quien por cierto declaró importantes inversiones en varias empresas del grupo Gen, dentro de su multimillonaria cartera de activos, antes de optar a su segundo mandato en 2018.

Por último, el CEO de Gen hasta 2023 fue Felipe Irarrazával, que entonces y ahora es concejal en el municipio de Vitacura por otro partido conservador, Renovación Nacional. 

Cotizado en la Bolsa de Chile, Gen, que tiene entre sus principales directivos a Fernando Rodríguez Pinochet, es socio estratégico a través de Agunsa de la española Sacyr, con la que ya se ha adjudicado la concesión de tres terminales aeroportuarias en Chile. La última, la ampliación del Aeropuerto El Loa, en Calama, el tercero más transitado del país, y cuya operación comenzó el pasado octubre, con una inversión prevista de unos 100 millones de euros y un plazo de explotación de 15 años.

El grupo formó parte de un cartel en el transporte de automóviles desmantelado en 2015 y al que la Corte Suprema de Chile impuso multas de más de 30 millones de dólares en agosto de 2020. Pocos meses después de caer ese cártel, CCNI vendió las operaciones de transporte de contenedores de CCNI a la alemana Hamburg Süd.

Gen obtiene de España el 10% de sus ingresos ordinarios, según sus cuentas. Aquí canaliza su presencia en Europa a través de Agunsa Europa, domiciliada en Madrid y constituida en 2005. En 2022 esta sociedad disparó su facturación hasta casi 50 millones, según sus cuentas individuales, accesibles a través de Insight View. 

Con oficinas propias en la capital y en los principales puertos españoles (Bilbao, Vigo, Barcelona, Valencia), según su web, Agunsa “se ha convertido en poco tiempo en una de las empresas de referencia en el transporte marítimo español, gracias al fuerte respaldo del grupo al que pertenece, líderes en el sector marítimo y logístico en Sudamérica”. En 2020 Agunsa compró una empresa de logística terrestre en Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Dir Mensajería y Transporte SL, que en 2022 tenía 51 empleados y facturó 9,5 millones, según sus cuentas. Y a finales de 2023 anunció la adquisición de otra logística catalana, ESBO Logistics. La primera de esas filiales está controlada por la ETVE de Gen que ha presentado cuentas.

El régimen ETVE data de 1995. Está reservado a sociedades con sede en España que mantienen inversiones en el extranjero. Deja exentas las ganancias con origen tanto en dividendos, como en plusvalías generadas por la transmisión de acciones en sociedades extranjeras. Aunque parece haber quedado en desuso en los últimos años, estos vehículos atrajeron a España una inversión extranjera neta de más de 1.000 millones en 2022 y de 510 millones hasta junio de 2023, según la Secretaría de Estado de Comercio, que no contabiliza esta cifra como inversión “productiva”. 

Los ETVE son una figura un tanto opaca y polémica, que recuerda al famoso “sandwich holandés”, instrumentales en Países Bajos controladas desde sociedades en territorios de baja tributación. Lo han utilizado durante años multinacionales como Pepsi, Walmart, Pemex o Vodafone para ahorrarse cientos de millones en impuestos en otros países (especialmente latinoamericanos) utilizando como plataforma España. 

A esa lista se ha sumado recientemente el empresario ultraliberal Ricardo Salinas Pliego, tercera fortuna de México, que ha recurrido a las ETVE para canalizar inversiones en América mientras su país le reclama miles de millones en impuestos. La diferencia es que Gen, a diferencia de Salinas, tiene presencia relevante en España desde hace décadas.

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