El Parlamento europeo propondrá que el BCE destine parte de sus beneficios al presupuesto comunitario
El miércoles que viene el Parlamento europeo votará el nuevo marco financiero que determina el presupuesto europeo para el próximo periodo que se inicia en 2021 y puede durar entre siete y diez años más. La eurodiputada socialista Eider Gardiazabal explicó este martes en Madrid que la Eurocámara se ha propuesto como objetivo incrementar las vías de ingresos de las cuentas europeas para alcanzar un 1,3% del PIB mediante medidas como impuestos a las multinacionales y empresas digitales, aranceles a los productos de países terceros que no cumplan las cuotas de emisiones de carbono, una tasa a las transacciones financieras y que el Banco Central Europeo destine parte de sus beneficios al presupuesto europeo en lugar de devolverlo a los respectivos Estados o sus bancos centrales, además de apoyar el impuesto al plástico que propuso la Comisión Europea.
El debate está servido ya que los países del norte quieren mantener el presupuesto en el 1% del PIB mientas que la Comisión Europea pretende, según señaló el Comisario Europeo de Presupuestos y Recursos Humanos, Gunther Oettinger, la semana pasada que se discuta una banda de subidas que oscila entre el 1,1% y el 1,19%.
Gardiazabal puntualizó que la propuesta de incremento del presupuesto parte del consenso de los principales grupos europeos en el Parlamento de Estrasburgo: Populares, Socialistas, Liberales y Verdes. “Estamos hablando de impuestos e ingresos que los Estados por si solos no iban a conseguir poner en marcha. Estos ingresos benefician a los presupuestos nacionales porque pueden rebajar la contribución de cada país y benefician a la Unión Europea, pero es cierto que los Estados no muestran demasiado interés por este debate”, explicó.
La eurodiputada socialista remarcó que en la Eurocámara el leit motiv ha sido “si hay políticas nuevas se debe poner más dinero, no recortar las partidas ya existentes. No se puede ampliar la partida de Seguridad recortando en seguridad alimentaria”, aunque desde la Comisión se apuntó que era necesario un recorte en la Política Agraria Común y en los fondos de cohesión. Tras la aprobación del presupuesto por parte de la Eurocámara, la Comisión presentará su propio plan el 2 de mayo para el que Consejo Europeo tome una decisión que debe ser ratificada finalmente por el Parlamento europeo.
La Unión Europea ya acordó destinar más fondos al combate a la inmigración ilegal, el control de fronteras y la defensa. Gardiazabal recordó que con el Brexit, que supondrá un agujero de entre 12.000 y 15.000 millones de euros con la salida del Reino Unido de la UE, es imposible abordar las nuevas política. El gasto solo en la gestión e fronteras supondría unos 150.000 millones de euros durante siete años con una plantilla de 100.000 personas, un gasto similar al que afronta Estados Unidos en el control fronterizo.
Además del incremento hasta el 1,3% del PIB europeo en las cuentas de la Unión y las nuevas fórmulas para conseguir ingresos, Gardiazabal comentó que la Eurocámara pretende que el marco financiero pase de tener un calendario de siete años a uno de cinco más cinco años para evitar “el déficit democrático” que supone la elección de un parlamento que no tiene capacidad de actuar sobre las cuentas, lo que permitirá que en la campaña electoral se debata sobre el presupuesto.
Otro elemento que la eurodiputada socialista apuntó que planteará el Europarlamento es la inclusión de sanciones cuando los países no cumplan con los compromisos adquiridos. Los países del norte de Europa siempre han propuesto la condicionalidad de las ayudas, ya que hay países que piden solidaridad pero luego no cumplen con las cuotas de inmigrantes, puso como ejemplo Gardiazabal. Ahora el planteamiento que se propondrá es que “si hay países que no cumplen se les pondrá una multa y si siguen sin cumplir se les congelará las transferencias de dinero”.
Papel de España
Sobre el papel de España ante el nuevo marco financiero europeo, la eurodiputada socialista subrayó que se sigue “viendo el presupuesto como hace veinte o veinticinco años, y nuestras prioridades son agricultura y cohesión”.
“España necesita los fondos agrícolas y, desgraciadamente, muchas de nuestras regiones necesitan todavía el apoyo de la política de cohesión, pero da pena que no pasemos más allá. Aunque sean básicas debemos salirnos del cliché de la agricultura y la cohesión, tenemos que jugar a ser mayores y pedir más fondos de innovación y de infraestructuras respetuosas con el medioambiente”, subrayó Gardiazabal.