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Tecnología contra los tumores: así es el novedoso equipo que evita que el cáncer ‘se esconda’

La resonancia magnética intraoperatoria de alto campo permite observar si quedan restos tumorales y extraerlos sin que sea necesaria una segunda intervención.

P. Camacho

La historia con final feliz que narramos a continuación comienza con un paciente que padecía un glioma –un tumor cerebral– de bajo grado localizado en el lóbulo frontal. Acudió a la Fundación Jiménez Díaz de Madrid para ser intervenido y que se lo pudiesen extirpar. La operación, llevada a cabo por los médicos de los servicios de Neurocirugía, Radiología y Anestesiología, fue exitosa, pero la extracción podría haber resultado incompleta. Los facultativos pudieron darse cuenta a tiempo de ello gracias al empleo de una nueva tecnología: una resonancia magnética intraoperatoria de alto campo que les confirmó que aún quedaban algunos restos del tumor.

El uso de dicha técnica les permitió, por un lado, extirpar el remanente del glioma durante la misma intervención y, por otro, evitar que el paciente tuviera que regresar de nuevo al hospital para ser operado por segunda vez. Así, tras confirmar 24 horas después que no quedaba nada del tumor con otra resonancia, el enfermo, ya totalmente curado, pudo marcharse a casa. Sólo estuvo tres días ingresado.

Este caso ilustra a la perfección los beneficios que ofrece un equipamiento, la resonancia magnética intraoperatoria de alto campo, que desde hace unos meses se encuentra a disposición de los galenos en la Fundación Jiménez Díaz. Es la única que permite observar si quedan restos tumorales y que se extraigan sin que sea necesaria una segunda intervención, evitando además que el tumor pueda reproducirse. Hasta ahora este equipo sólo está disponible en la sanidad pública española en este hospital madrileño.

Como señala el doctor Julio Albisua, jefe del Servicio de Neurocirugía de este centro hospitalario, esta tecnología “mejora mucho nuestra capacidad de eliminar completamente la neoplasia, así como de acercarnos todo lo necesario para ello a las áreas afectadas, optimizando los resultados para el paciente, pero respetando al máximo los límites, sin dañar otras que puedan dejar secuelas en el enfermo”. Además de planificar a partir de esta tecnología toda la intervención, también se realiza con ella el control postoperatorio, por lo que “disponer de esta información en tiempo real, durante la operación, supone una mejora crucial”, apostilla el facultativo. Tener un quirófano comunicado con la resonancia magnética intraoperatoria de esta definición puede marcar una diferencia vital en términos de resultado y perspectiva para el paciente.

Otras de las mejoras son que se reducen las complicaciones tras la operación, los posibles efectos secundarios que puedan existir y las reintervenciones. Por ese motivo, este paciente operado en la Fundación Jiménez Díaz pudo ser dado de alta a los tres días y con la confianza de que ya no había ningún resto tumoral.

Todo este novedoso aparataje se enmarca dentro del proceso de innovación tecnológica que está desarrollando el hospital. El objetivo no es otro que incorporar a sus servicios los mejores avances en técnicas de diagnóstico e intervención para poder hacer frente a cirugías cada vez más complejas. Es por ello que la Fundación Jiménez Díaz habilitó hace unos meses un nuevo bloque quirúrgico que integra también dos quirófanos híbridos, uno con robot quirúrgico da Vinci y cuatro quirófanos polivalentes. Tres de estos últimos están dedicados prioritariamente a intervenciones de traumatología y uno a las urológicas. En total son más de 1.000 metros cuadrados repartidos en ocho salas de intervención, cuya construcción total quedará finalizada este año con una segunda zona con otros tantos quirófanos.

Los quirófanos denominados híbridos son los que están equipados con sistemas avanzados de imagen de radiodiagnóstico que ayudan a los cirujanos a realizar procedimientos complejos de forma más sencilla y rápida, y de forma mínimamente invasiva. Y eso es lo que también posibilita operar columnas cervicales o lumbares fusionando imágenes de referencia de tomografía computerizada con imágenes radiológicas para asegurar una correcta colocación de los dispositivos implantables.

Es decir, como ocurrió con el paciente que tenía el tumor cerebral, lo que se consigue con estas tecnologías es que los médicos tengan un mayor control durante la intervención y se evite que, en estos casos, si la colocación no es del todo correcta, tenga que volver a operarse a los pacientes. Por otro lado, en el caso de los neumólogos, los especialistas en las enfermedades del aparato respiratorio, pueden realizar en estos quirófanos punciones de nódulos pulmonares utilizando dos tipos de imágenes fusionadas en procedimientos muy seguros.

En definitiva, nuevos quirófanos que utilizan la tecnología de última generación para ponerla al servicio de los pacientes de la Fundación Jiménez Díaz y que facilitan que, incluso en las intervenciones más complicadas, ni haya efectos secundarios para ellos, ni se tengan que volver a programar nuevas operaciones y, sobre todo, que consigan el alta lo antes posible con los mejores resultados posibles.

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