Unidades neonatales de puertas abiertas para las madres
Tras el nacimiento de un bebé, el alta hospitalaria es una de las mejores noticias que recibe la familia. Es un momento esperado lleno de alegría. Sin embargo, esto no siempre es posible. En algunos casos, el bebé debe permanecer ingresado unos días más en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal (UCI Neonatal).
Los motivos pueden ser varios: bien porque nacen antes de tiempo (se calcula que un 10% de los niños que nacen en el mundo lo hacen de forma prematura; en España, la tasa de prematuridad se sitúa en torno a un 7,5%); bien porque tienen algún problema de salud o porque han tenido un parto difícil.
Unidades neonatales más humanizadas
Cualquier padre o madre de un bebé que haya pasado un tiempo en una unidad neonatal convencional sabe que una de las partes más difíciles de esta experiencia es tener que regresar a casa sin su bebé. Pero esto ya está cambiando. Los hospitales avanzan y están cambiando el enfoque hacia unas unidades neonatales más humanizadas que hacen que este momento angustioso empiece a ser cosa del pasado.
Estas unidades han pasado de prestar una atención focalizada de forma exclusiva en el recién nacido a permitir que los padres puedan involucrarse en el proceso posterior al parto.
Una exhaustiva revisión sobre el papel de los padres en la recuperación de los bebés que requieren hospitalización tras nacer destaca la necesidad de humanizar los cuidados diarios del recién nacido con la ayuda de la participación familiar. Por ello, son importantes iniciativas como la que ha emprendido el Hospital Universitario General de Villalba, integrado en la red sanitaria pública madrileña, que incorpora, en su Unidad Neonatal, dos habitaciones de ingreso conjunto madre-hijo para enfermedades leves.
El objetivo es, admite la doctora Ana Villalba, especialista del Servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital, “continuar mejorando la humanización del seguimiento del embarazo y atención al parto característica de nuestro centro”. Por ello, ofrecen a la madre, si lo necesita, poder ingresar junto a su hijo.
Los beneficios de estas unidades neonatales
Un equipo multidisciplinar de pediatras, ginecólogos, matronas, enfermeras y auxiliares de Enfermería atiende tanto a la madre como al recién nacido. En estas unidades también cuentan con todo el material necesario de una unidad neonatal. “Las mamás o papás y los bebés podrán compartir esas primeras horas, fomentar el vínculo, y lo harán en las mejores instalaciones y los mejores cuidados”, reconoce la doctora Villalba.
Algo fundamental si se tiene en cuenta los resultados de un estudio que dice que las madres experimentan un nivel moderado de estrés y ansiedad durante la hospitalización de su recién nacido, con un mayor riesgo de depresión posparto y ansiedad.
Y es que los padres necesitan poder ver, abrazar y tocar a su recién nacido por varios motivos. Primero, porque el contacto directo facilita el apego y la vinculación temprana. Por ello, el hecho de que puedan dejar de ser meros visitantes y pasen a ser miembros del equipo de atención es primordial, tanto para los bebés como para los padres.
Cada vez hay más pruebas que apuntan a la importancia de la presencia de los padres al lado de la cuna o la participación en el cuidado para el desarrollo de los recién nacidos que tienen que permanecer en una unidad neonatal. De ahí que se aliente a los padres a ser miembros activos del equipo que cuida a su bebé mientras está en la unidad.
Otro beneficio de este tipo de habitación es que “se promueve que la lactancia materna no se paralice en ningún momento, que sea exitosa y feliz” porque cuando el bebé reclama una toma, “su madre está con él”, admite Loreto García, especialista en Neonatología de esta unidad.
También es tranquilizador para los padres ver en todo momento las técnicas que se realizan, aspecto que “aporta más tranquilidad a la familia y ayuda a calmar al bebé en los procedimientos”, reconoce García.
¿Para quién están pensadas estas habitaciones madre-hijo?
Se trata de unidades pensadas tanto para la madre como para el bebé, con una cama materna y un baño, así como una incubadora o cuna. Respiradores, monitorización continua, medicación necesaria, bombas de infusión y un capacitado equipo de enfermería tanto para el recién nacido como para la madre completan estas habitaciones.
Como puntualiza García, “la indicación será en todos los casos médica”, en función de la necesidad de ingreso del recién nacido acorde con los protocolos del centro sanitario. Está previsto destinarlas a aquellos bebés que requieran más tiempo de ingreso, como prematuros, que tengan infecciones neonatales o presenten dificultad respiratoria.
Hasta el momento, y pese a que este servicio acaba de empezar, “el tiempo medio de ingreso está en los 3-5 días, en función del motivo de ingreso”, admite García. Tiempo durante el cual el equipo médico brinda la mejor atención posible no solo al bebé sino también a la madre.