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Sufrir cáncer colorrectal con menos de 50 años, una afección cada vez más frecuente que preocupa a los médicos

La incidencia del cáncer colorrectal en personas menores de 50 años cada vez es mayor.

Marta Gastón

Es el tumor maligno más frecuente en España y la segunda causa de muerte por cáncer. Hablamos del cáncer colorrectal (CCR), una enfermedad que, si bien es frecuente que haga su aparición a edades avanzadas (a partir de los 50), en los últimos años ha incrementado su incidencia en adultos jóvenes (personas menores de 50 e, incluso, por debajo de la treintena). ¿A qué se debe? Aunque de momento no hay demasiados estudios sobre la materia, se cree que la mayoría de estos nuevos casos beben directamente de dos factores: el ambiental y el genético, causante este último del surgimiento del 20% de las afecciones.

Algunos facultativos también han especulado con que el incremento del consumo de ultraprocesados, los microplásticos (como inductores de inflamación), e incluso que el aumento de la radiación ambiental en algunas áreas, pueden haber provocado esta acentuación, pero hasta el momento no hay pruebas concluyentes que así lo confirmen.

La ciencia tampoco ha desvelado todavía cuáles son los principales factores de riesgo asociados a dicha enfermedad en edades tempranas. Si bien es cierto que la obesidad y el tener antecedentes familiares son casuísticas que juegan en contra, hay pocos estudios sobre la materia. “El problema cuando se estudia el CCR que aparece en edades tempranas es que actualmente la mayoría no está ligado a la herencia genética, de forma que los clásicos factores de riesgo no funcionan bien para predecir”, asegura el doctor Damián García Olmo, jefe del Departamento de Cirugía en la Fundación Jimenez Díaz-Quirónsalud y catedrático de Cirugía de la Universidad Autónoma de Madrid.

30.000 diagnósticos al año

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, cada año se detectan en España unos 30.000 nuevos casos de CCR, lo que supone el 15% del total de cánceres (el de próstata se sitúa en el 13%, el de pulmón en el 12% y el de mama en el 11%). En números absolutos no hay grandes diferencias por sexo, aunque el masculino prepondera un poco por encima del femenino.

El CCR es un tumor agresivo, pero que al mismo tiempo ofrece al paciente oportunidades de tratamiento. Así, en conjunto, la tasa de supervivencia global se acerca al 50%, aunque con grandes variaciones según la extensión tumoral en el momento del diagnóstico. En cánceres poco evolucionados, esta tasa se eleva hasta el 75% e incluso al 90% en casos en los que el diagnóstico ha sido precoz.

Parece claro, por tanto, que una de las claves del CCR es detectarlo a tiempo. “Cuando aparecen los primeros síntomas de la enfermedad (dolor abdominal, sangrado digestivo, cambios del hábito intestinal…) el tumor puede estar ya bastante avanzado. Por eso, tenemos que insistir en el valor de los estudios para el diagnóstico precoz en poblaciones asintomáticas, como la búsqueda de sangre oculta en heces o las colonoscopias en las poblaciones de riesgo”, asegura el facultativo.

El principal problema para las personas jóvenes es que este tumor, al inicio, suele manifestarse de forma leve, lo que provoca que no sea la primera opción de los facultativos a la hora de ofrecer su valoración al paciente.

“Ante síntomas sutiles en pacientes jóvenes, nos cuesta pensar en la posibilidad de que lo padezcan salvo en aquellos casos que presentan antecedentes familiares de cáncer. Se trata de una enfermedad donde la incidencia siempre se ha asociado con la población de más edad.  Sin embargo, la tendencia está cambiando y la incidencia en menores de 50 años aumenta con claridad en los controles epidemiológicos. Esto es un gran problema porque normalmente no se hacen campañas de prevención en menores de esta edad”, continúa el doctor Olmo.

El incremento del número de casos en personas jóvenes ha provocado que en países como Estados Unidos algunos facultativos ya hayan sugerido la necesidad de adelantar la edad de inicio de las pruebas de cribado a la población general, de los 50 a los 45 años.

En España, mientras tanto, la Fundación Jiménez Díaz y la Universidad Autónoma de Madrid han creado un observatorio internacional para analizar el problema del cáncer colorrectal en jóvenes, con el objetivo de seguir avanzando en el conocimiento de sus características clínicas y genéticas. “Queremos entender el fenómeno y emitir recomendaciones que ayuden a los pacientes y a la comunidad científica. De hecho, en junio de este año reunimos en nuestro hospital a los expertos internacionales en este problema (en el 1st Early-Onset Colorectal Cancer International Symposium) y volveremos a reunirlos de nuevo próximamente”, asegura José Perea, cirujano Colorrectal de la Fundación Jiménez Díaz y director del Observatorio Universitario (UAM-FJD) para el estudio del Cáncer Colorrectal en Jóvenes.

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