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“Perdí mi casa, mi trabajo, me divorcié y ahora lo he recuperado todo”: el impacto de los Servicios Sociales en personas con problemas de salud mental

Salud Mental

Andrea Menéndez Faya

“En 2015 perdí mi casa, mi trabajo, me divorcié… en aquel momento no tenía motivos para vivir. Hoy que vuelvo a tenerlo todo pienso en lo importante que es”. Son palabras de Marina M.L., usuaria del Centro de Rehabilitación Laboral Fuencarral que Grupo 5 gestiona para la Comunidad de Madrid. En este centro se trata a personas con problemas de salud mental que conllevan un grado variable de discapacidad para conseguir que vuelvan a su vida habitual de la forma más completa posible, como es el caso de Marina. 

Más bienestar y mejor estado de salud (80%), menos visitas médicas al año (-1,3%), mayor capacidad de empleabilidad y más contactos sociales habituales (74,3%), son algunos de los factores que ponen de especial relevancia el valor social que generan los servicios que gestiona Grupo 5 y que presentan en el estudio pionero sobre el Impacto de los Servicios Sociales encargado a Afi, consultoría financiera, económica y tecnológica. Este estudio analiza el valor social que genera la actividad de Grupo 5 en las personas con trastorno mental grave que son usuarias de sus servicios y en sus familiares, de los que un 70,2% considera que ha reducido el tiempo de atención, apoyo, supervisión y cuidado a su familiar, reduciendo de media 13 horas 23 minutos el tiempo semanal dedicado al cuidado pudiendo invertirlo en horas de trabajo, ocio o formación.

“Este estudio ha sido un reto para Afi ya que no existen estudios ni indicadores previos y supone un punto de partida para seguir investigando en esta línea” ha declarado Rosa Oliveros, miembro del equipo de Afi. Por su parte, Miguel Simón, director de innovación y relaciones institucionales de Grupo 5 destaca que “este estudio supone una innovación dentro del sector social y dentro de Grupo 5, porque nos ayuda a medir el impacto que tienen nuestras actuaciones en la mejora de la calidad de vida de las personas, que es nuestro objetivo diario. Además de poder ofrecer datos que apoyen la inversión en el sector”.

Una vida independiente y plena

El estudio, que centra sus datos en el área de personas sin hogar y salud mental, ofrece unos resultados generales que subrayan la importancia del desarrollo de la actividad de servicios sociales sobre la calidad de vida de las personas que acceden a los centros de Grupo 5. La independencia diaria y el tiempo de estudio, dos de los factores analizados por Afi, muestran que un 80% de los usuarios afirma ser más independiente y haber incrementado el número de personas con las que mantiene contacto social habitual (74,3%). Mientras, cada persona usuaria ha declarado aumentar el tiempo que dedica semanalmente al estudio (tanto de forma reglada como de manera informal) en 1 hora 33 minutos. Por último, casi la mitad (47,5%) de las personas sin hogar usuarias de los centros que gestiona Grupo 5 afirma que han mejorado sus oportunidades de acceso a empleo mediante la participación en procesos de selección, y uno de cada diez (10,9%) señala haber obtenido un empleo durante el último año como consecuencia de los apoyos recibidos.

“Marina lleva en situación de alta un año, y trabajó con nosotros otros tres para conseguir su vuelta al mercado laboral. Con ella establecimos un plan individual y la evolución fue muy positiva porque tenía formación previa y ya había trabajado en el pasado. Era solo cuestión de reactivar sus herramientas”, las herramientas a las que Francisco Ballesteros (Madrid, 40 años), gerente del área de salud mental de Grupo 5, hace referencia son un trabajo específico que se realiza con cada persona para entender la vuelta a la actividad laboral: currículum, cursos laborales, preparación a la actividad y entrevistas “muchas entrevistas —explica Marina— preparábamos entrevistas casi cada día”. 

El impacto económico de la inclusión social

Analizando la atención que se presta en los centros de salud mental y de atención a personas sin hogar que gestiona Grupo 5, podemos estimar el valor social y cuantificarlo en términos como la mejoría de la calidad de vida de las personas usuarias y sus familiares, el consumo de fármacos, el número de visitas médicas, y variables como el tiempo que cada persona usuaria dedica al estudio o los contactos sociales. 

En los dos ámbitos analizados en el estudio de Afi, salud mental y personas sin hogar, los datos arrojan una mejoría significativa en la calidad de vida de los usuarios que ronda el 80%, en cuanto a su estado de salud. En cuanto a las visitas médicas no programadas o de urgencia, casi cuatro de cada diez encuestados afirman haber reducido su recurrencia a ellas. De forma agregada se han reducido 1,3 visitas menos de media por persona y año, lo que supone, según el análisis de Afi, una reducción del gasto dedicado a sufragar el coste de estos servicios que supera los 825.400€ al año.

Las rutinas, tener una hora a la que levantarse, tomar la medicación, ir y volver del trabajo, son fundamentales a la hora de recuperar también la salud física. “Lo trabajamos en el centro durante tres años y ahora es algo mecánico para mí, pero antes era incapaz de imaginar cuánto me hacía falta”, añade Marina. Y es que dentro de la normalidad, tener activados los mecanismos para cuidarse es una herramienta más para seguir día a día buscando la mejora física y mental. 

En el caso de Marina, aprovechó su paso por Grupo 5 para formarse como administrativa, trabajo que desempeña hoy en día y en el que ha encontrado una nueva red de apoyo, con compañeros en su misma situación: “Gracias a volver a trabajar he vuelto a vivir. Tengo pareja, amigos, mis compañeros de trabajo son mi grupo de apoyo. Antes si tenía un problema en el trabajo me encerraba en el baño a llorar, ahora lo comento con gente que me entiende, que me aconseja desde su experiencia”. 

La actividad que realiza Grupo 5 es clave para afrontar muchos de los principales retos socioeconómicos del siglo XXI, como son la inclusión social, los cuidados, la longevidad y la promoción de la autonomía personal y atención a la dependencia. Y es que poder relacionarse con normalidad y dejar atrás el estigma es clave en la recuperación de la salud mental y física de los usuarios. “Sentirte una persona normal, con tus problemas y tus cosas, pero normal. Tener unas rutinas, gente con la que hablar y compartir, todo eso lo tengo gracias a lo que hemos trabajado aquí”, concluye Marina.

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