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Un parque arqueológico como herramienta contra la despoblación de la Sierra de Gata

Imágenes de la excavación de un dolmen dentro del proyecto arqueológico “Pradocastaño”

Jesús Conde

Están empeñados en que la cultura y la arqueología sean un motor de desarrollo para la Sierra de Gata gracias al conjunto arqueológico que custodia el municipio de Hernán-Pérez. La antigüedad del yacimiento se sitúa entre el Neolítico y el final de la edad del Bronce.

El proyecto “Pradocastaño” apuesta por la llegada de arqueólogos y universitarios que repueblen de manera constante el municipio y la comarca. Hacen un llamamiento a expertos voluntarios, a quienes ofrece alojamiento y manutención a cambio trabajar en un conjunto de dólmenes y túmulos con una antigüedad de más de 5.000 años.

La idea es contar con el apoyo de medio centenar de estudiantes que acudan como población flotante y que colaboren todo el año en este proyecto autogestionado, que cuenta con la colaboración de varias instituciones y asociaciones.

La Asociación Cultural Vetones propone llenar de vida esta pequeña localidad de 470 habitantes de la Alta Extremadura. A las excavaciones de elementos prehistóricos se suma la recreación del modo de vida de estas sociedades a través de un parque arqueológico.

En 2015 arrancó un proyecto que desea rescatar todo el patrimonio olvidado que conserva la comarca. Hernán-Pérez es conocido desde hace décadas en el mundo de la arqueología por una importante colección de estelas diademadas, ídolos de piedra con forma y rasgos humanos, que custodia el Museo Arqueológico Nacional (MAN).

Tras más de 40 años sin intervenciones el municipio ha retomado los trabajos para seguir indagando en los tesoros ocultos que esconden sus tierras. Las prospecciones previas y los estudios constatan la presencia de al menos ocho túmulos que podrían esconder nuevos dólmenes y nuevos datos sobre los antiguos pobladores. Son unos elementos que aportarán una información de primer nivel para el conocimiento de la prehistoria en el suroeste peninsular.

Trabajos y voluntariado

Este verano comenzó el trabajo de excavación de un nuevo dolmen del que se ha recuperado la mitad del túmulo gracias a la financiación de la Diputación de Cáceres. Han participado estudiantes y arqueólogos de universidades como la de Extremadura, UNED, Salamanca o la Universidad Complutense de Madrid, dirigidos por el Dr. Francisco José Vicente.

Otra de las partes del proyecto, que también necesita voluntarios, es la difusión del patrimonio desde un laboratorio permanente que acoja la llegada de estudiantes de España y Portugal.

Una vez concluida la campaña académica de excavación se preparan para ejecutar la adecuación de un parque arqueológico en el que se recreará una serie de enterramientos prehistóricos y un horno metalúrgico, acompañado de los correspondientes paneles informativos. Para esta nueva fase esperan contar con una docena de voluntarios.

“Nos interesa dar una perspectiva en torno a la interpretación de lo que puede ver el público, para que entienda cómo han evolucionado las sociedades”. Así lo explica Pablo Iglesias Ordóñez, uno de los impulsores del proyecto.

Cuentan con la colaboración del ayuntamiento, encargado de facilitar el alojamiento, y con el respaldo de la Dirección General de Patrimonio de la Junta, que les ha dado los permisos para poder llevar a cabo las excavaciones. Se suma el asesoramiento de un sociólogo experto en desarrollo territorial, Jorge Casas Cuadrado, que ofrece una perspectiva externa y busca generar nuevas actividades y vinculaciones.

¿Qué aporta el parque?

La aparición de las estelas y la gran cantidad de dólmenes muestran que en este lugar debió existir una sociedad de cierto tamaño. Sobre el origen de las estelas hay diferentes teorías, con autores que hablan de una evolución en el arte que va desde el Neolítico hasta el Bronce pleno, y que abarcaría un periodo aproximado de 2.000 años. Hay otros que dicen que están vinculadas al periodo del bronce final.

El representante de la asociación cultural aclara que son teorías, porque estudiar la prehistoria resulta un proceso complejo debido al mal estado en que se conservan algunos monumentos y el paso de tiempo.

De hecho el dolmen en el que han estado trabajando ha sido reutilizado a lo largo de la historia y en su interior se ha encontrado la presencia de un hogar con fuego.

Contexto histórico

La recreación del horno metalúrgico, al que le acompañarán diferentes tipos de enterramientos, resulta un elemento esencial para comprender el contexto de las sociedades instaladas en Sierra de Gata en esa época.

La evolución principal desde el Neolítico hasta la edad de los Metales es precisamente el dominio del conocimiento de la forja. De modo que la musealización mostrará cómo las herramientas de mayor calidad permitieron a estas sociedades acelerar el proceso productivo.

“Eso genera grandes cambios, comienza a establecerse nuevos oficios, nuevas cadenas de trabajo. Socialmente aparecen nuevas cadenas de trabajo, comienza a producirse la acumulación y a jerarquizarse la propiedad. Es muy interesante analizar esa evolución, ver cómo lo material termina fundando nuevas sociedades”.

Se trata de una sociedad que vive en pequeños poblados, que en un principio se desarrolla gracias a las actividades de la caza y la recolección. Con el Neolítico incorpora el fenómeno de la ganadería y el cultivo. A partir de ahí es cuando comienza a crecer la sociedad. También es cuando aparece el trabajo de la minería.

El trabajo del parque arqueológico puede aportar mucha información y ser un punto de referencia determinante para una zona en la que no existían hasta el momento estudios sistemáticos.

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