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“Las mujeres sufrimos violencia simbólica y física, al igual que nuestras compañeras brujas de la Edad Media”

Marcha de las brujas por las calles de Cáceres / Foto: Julián Rocha Borrega

Jesús Conde

Las brujas fueron perseguidas en la Edad Media. Asesinadas y desprestigiadas. La tradición oral las presenta como seres malvados y oscuros. Pero la Marcha de las Brujas las define como mujeres sanadoras, con conocimientos científicos, capaces de curar con plantas naturales “frente a una medicina que se basaba en la fe como principal arma curativa”.

Hacen un símil entre aquellas brujas y las mujeres del siglo XXI. Denuncian que ellas siguen siendo perseguidas, maltratadas y desprestigiadas por la 'sombra del patriarcado'.

Esta es la voz de la Marcha de las Brujas, una convocatoria mundial a la que también se sumaron el pasado 1 de noviembre mujeres de Cáceres. De manera espontánea, y convocadas a través de las redes, hicieron visible su reivindicación por las calles de la capital cacereña caracterizadas con gorros de bruja.

En torno a un centenar de 'brujas' ocuparon las calles de manera silenciosa en repulsa a las desigualdades que sufren ellas por el simple hecho de ser mujeres. “Nosotras, las mujeres del mundo, estamos absolutamente hartas, indignadas, asqueadas y cansadas”, según reza el manifiesto de convocatoria. Porque siglos más tarde “se nos sigue exterminando simbólica y físicamente”.

“Se nos viola y acosa sin tregua. Se nos representa como criaturas ridículas, incapaces, sumisas y subordinadas. Se nos abusa estableciendo una jerarquía que nos somete por nuestro sexo. Se nos trata siempre peor que a los hombres, se nos discrimina y se construyen infinidad de obstáculos para nosotras”, denuncia el manifiesto de la marcha de las brujas.

Las brujas del presente y del pasado

Una de las 'brujas' presente en el acto de Cáceres, María José Garrido, explica que en la actualidad, en tres cuartas partes del mundo, ellas siguen sin tener derechos. Lamenta que incluso hay mujeres en África a las que se sigue condenando por brujería, solo por el hecho de que un hombre ha soñado con ellas. A las que se sigue rociando con ácido en India...

Anima a hacer una mirada aún más cercana, y analizar qué pasa en nuestro entorno más cercano. Porque en Europa y en España “las mujeres siguen siendo violadas y siguen siendo asesinadas”.

La violencia simbólica

La marcha de las brujas anima a la reflexión y advierte que sigue existiendo una violencia simbólica en todos los aspectos. “Crecemos entre maltrato, humillaciones, acoso callejero, ataques, opresión, indefensión y miedo”.

“En ciudades que nunca piensan en nosotras, en un sistema que nos explota tanto como nos ignora. Con nuestros derechos humanos, reducidos, limitados o ignorados. Y estamos hartas, verdaderamente hartas de tanta injusticia, de ser siempre víctimas. Y de volver a ser las brujas cuando intentamos recuperar nuestro poder y autonomía”.

Más violencia simbólica, por ejemplo la de disfraces de carnaval donde triunfan las niñas ‘sexis’. Incluso desde la infancia normalizando la necesidad de “satisfacer las fantasías del hombre”, explica María José Garrido. Cree que la violencia machista es un grado más dentro de toda esa violencia simbólica, que sufren ellas solo por el hecho de ser mujeres.

Para la marcha mundial de las brujas es necesario ocupar las plazas, los pueblos y las ciudades de todo el mundo ante “este sistema social construido sobre nuestro silencio y sufrimiento”. “En nombre de las brujas asesinadas, en nombre de todas las niñas y mujeres maltratadas, violadas y asesinadas que así lo fueron simplemente por ser mujeres. Por todas ellas y por las que vendrán”.

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