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Estas son las 5 habilidades clave para ser feliz, según los científicos

Foto: Mojpe

Cristian Vázquez

La felicidad es uno de los mayores anhelos de la actualidad. Es cierto que lo ha sido desde hace mucho tiempo, pero quizá nunca como ahora ha habido manuales, guías e investigaciones científicas acerca de cómo ser feliz. Quizás esto se deba a que antes la felicidad se consideraba más como la consecuencia natural de otros logros -y por eso los consejos apuntaban a cómo tener éxito, ganar dinero, evitar el envejecimiento, etc.- y ahora se aprecia como un fin en sí misma. O, mejor aún, más que como un fin: como un estado vital.

Según los últimos datos de la ciencia, hay cinco habilidades que son claves para la felicidad a largo plazo: estabilidad emocional, optimismo, determinación, control y actitud consciente o meticulosidad (en inglés conscientiousness, que también puede traducirse como esmero o diligencia). Así lo reveló un estudio publicado en abril por Andrew Steptoe y Jane Wardle, investigadores de la University College de Londres, en la revista especializada Proceedings of National Academy of Sciences.

El trabajo analizó un grupo de 8.119 hombres y mujeres con una media de edad de 66 años y 8 meses (los más jóvenes tenían 52 años). Y halló que quienes tenían más desarrolladas las citadas habilidades también mostraban índices más altos en otras categorías, como ingresos y riqueza económica, bienestar subjetivo y vínculos más estrechos con otras personas, así como menores tasas de depresión, aislamiento social y sensación de soledad.

No fueron esos los únicos factores positivos asociados con esas cinco destrezas. Las personas que más disponían de ellas también experimentaban sensaciones más saludables, menos enfermedades crónicas y menor deterioro de las actividades cotidianas, mayor velocidad al caminar y mejores cifras en biomarcadores como el colesterol, vitamina D y obesidad. Steptoe y Wardle apuntan también en las conclusiones de su estudio que ninguna de estas habilidades fue por sí sola responsable de esta mayor calidad de vida, sino su desarrollo conjunto.

Las ventajas de ser optimistas

El optimismo, una de esas cinco destrezas consideradas necesarias para ser feliz, “atrae la buena suerte”. Así lo explicó el catedrático inglés Richard Wiseman en su libro The Luck Factor, traducido al español como 'Nadie nace con suerte' (Ed. Temas de Hoy, 2003). A partir de numerosas experiencias, Wiseman analiza cómo las personas optimistas aplican la llamada “mentalidad de inversión”: la capacidad de darse cuenta de que, aunque algo haya ido mal, podría haber ido peor, lo cual abre perspectivas positivas hacia el futuro. 

Esa forma de ver el mundo conduce también a la perseverancia. Después del fracaso de un proyecto, las personas pesimistas suelen darse por vencidas. Las optimistas, en cambio, creen que la próxima vez les irá mejor y, por el solo hecho de intentarlo, a menudo lo consiguen. De esta manera alcanzan metas que los primeros no. Considerarse una persona con buena suerte, quién podría negarlo, también hace a la felicidad.

La ciencia de la felicidad y sus claves

El hecho de que la ciencia dedica cada vez más espacio e investigación a lo que algunos llaman “la ciencia de la felicidad” lo demuestra el que, por ejemplo, la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, una de las más prestigiosas del mundo, cuenta con un Centro para la Investigación y la Educación de la Compasión y el Altruismo. Y que su directora, Emma Seppälä, haya publicado en 2016 el libro The Happiness Track: How to Apply the Science of Happiness to Accelerate Your Success ('La pista de la felicidad: cómo aplicar la ciencia de la felicidad para acelerar su éxito', no hay de momento traducción al español), donde incluye también algunas claves para ser feliz. 

Esas claves se pueden resumir en las siguientes pautas: vivir el presente sin pensar tanto en el futuro, vivir con más calma y menos estrés, dejarse tiempo de ocio y de no hacer nada, no ser tan autoexigentes y ser buenos y compasivos con los demás. Quizás el más sorprendente de estos consejos sea el que invita a dedicar tiempo para no hacer nada. El beneficio radica en que, cuando la mente se relaja y se dispersa, es mucho más probable que aflore la creatividad. A esa conclusión llegó un estudio realizado en 2011 por científicos del Albion College y la Universidad del Estado de Michigan, Estados Unidos.

La felicidad de los países y sus versiones

La felicidad, de todos modos, se trata de una condición subjetiva y difícil de cuantificar y mensurar. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) publica desde 2012 un Informe de la Felicidad Mundial, que establece cuáles son los países con mayor y menor felicidad en el mundo, según indicadores que van desde variables económicas -como los niveles de ingresos y la tasa de empleo- hasta factores sociales -como educación y la vida familiar- o la salud tanto física como mental. 

Según el ranking publicado este año, con datos de entre 2014 y 2016, el país más feliz es Noruega, seguido por Dinamarca, Islandia, Suiza y Finlandia. España, por su parte, ocupa el puesto número 34. Sin embargo, el Índice del Planeta Feliz, elaborado por la New Economics Foundation y que se propone algo parecido a la ONU, arroja resultado muy distintos. Los primeros cinco lugares son ocupados por Costa Rica (ubicado en el puesto 12 del ranking anterior), México (25), Colombia (36), Vanuatu (un país ubicado en el océano Pacífico ni siquiera incluido en el otro listado) y Vietnam (94).  

Una de las grandes diferencias de este índice es que, entre los indicadores en los que se basa su elaboración, se encuentra la huella ecológica que esos países dejan, y que es muy superior en las naciones desarrolladas. En este caso, España se encuentra en el puesto 15 y es el tercero de Europa, solo detrás de Noruega y Albania.

Otra clasificación, por su parte, el Índice de Satisfacción con la Vida -creado por Adrian G. White, psicólogo social de la Universidad de Leicester, Reino Unido-, se parece más a la de la ONU, ya que sus primeros cuatro lugares están ocupados por Dinamarca, Suiza, Austria e Islandia. Sin embargo, este ranking incluye más países, lo que hace que en el puesto 5 se encuentren las Bahamas, en el 8 Bután y en el 9 Brunéi, que no forman parte del primero. España ocupa el puesto 46.

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