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“Querido diario”: siete beneficios de escribir las propias vivencias

Foto: StockSnap

Cristian Vázquez

A menudo la idea de un diario personal o diario íntimo solo se relaciona con la infancia o la adolescencia, momentos de la vida en que muchas personas vuelcan en cuadernos sus vivencias, anhelos y sentimientos. Sin embargo, llevar un diario está lejos de ser una actividad exclusiva para jóvenes y niños. Los adultos no solo pueden hacerlo, sino que además se trata de una actividad que proporciona numerosos beneficios a quienes la practican.

Diversos estudios han corroborado que la escritura de las propias experiencias posee un poder terapéutico. Uno de los investigadores que más ha ahondado en la cuestión es el psicólogo social estadounidense James Pennebaker, quien encontró efectos positivos en escribir sobre diversas experiencias traumáticas, desde situaciones de angustia o estrés no demasiado graves hasta personas que habían sido víctimas de ataques sexuales o que padecían enfermedades terminales.

Un trabajo dentro de esa línea, realizado por dos expertas de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, concluyó que los efectos positivos abarcan tanto a la salud mental como física, tanto en pacientes clínicos como en quienes no lo son. Para esta investigación, se solicitó a dos grupos de personas que escribieran unos 15-20 minutos por día, durante tres, cuatro o cinco días.

El primer grupo debía escribir sobre situaciones traumáticas o estresantes, mientras que el segundo debía escribir sobre temas “neutros”. Los miembros del primer grupo obtuvieron “resultados físicos y psicológicos significativamente mejores” que los del primero.

Escribir un diario, un ejercicio saludable y terapéutico

“Escribir un diario es un compromiso con la realidad interna y con el fuero externo”, explica Silvia Adela Kohan, licenciada en filología hispánica e investigadora de técnicas de creatividad en literatura y lenguaje, en su libro La escritura terapéutica(Alba Editorial, 2013). “Es una buena herramienta de autoexploración -añade la autora- y un maravilloso o un doloroso recordatorio”. “Escribo un diario para luchar contra la cobardía, vaya si es un ejercicio saludable para mí”, sigue diciendo Kohan. “Soy mi propia interlocutora. Me atrevo a escucharme y tomo nota. Desato nudos. Deshago grumos. Me impulsa el deseo irrefrenable de dar un nuevo significado al mundo”.

La psicóloga Patricia Fagúndez, especialista en terapia narrativa, destaca que sobre todo existen, a grandes rasgos, dos tipos de diarios. Por un lado, el diario íntimo tradicional, que consiste sobre todo en contar los acontecimientos y las experiencias cotidianas y favorece sobre todo un proceso catártico. Un ejemplo célebre de ello es el diario de Ana Frank, una escritura “que trae un alivio al instante”, explica Fagúndez.

Por otro lado están los diarios personales terapéuticos, cuya principal diferencia con respecto a los anteriores radica en que, al relato y la descripción de los hechos, se incorpora una reflexión sobre lo vivido. Es decir, un tipo de escritura que, además de catarsis, incluye elaboración. No una elaboración en un sentido literario o artístico, sino a nivel psíquico, una elaboración psicológica.

Siete beneficios de escribir un diario

Entre los beneficios de escribir en un diario las propias experiencias, y también las emociones y las reflexiones, se pueden destacar los siguientes:

1. Ayuda a organizar el pensamiento

“Toda escritura es terapéutica, porque la escritura hace que el sujeto trabaje con su pensamiento”, apunta Mónica Bruder, también psicóloga, discípula de Pennebaker y también especialista en terapia narrativa. “El pensamiento va más lento que el habla -agrega-. Uno piensa y después escribe, y entonces tiene que hacer una síntesis de eso que pensó. La escritura organiza el pensamiento, y así el que escribe puede comprenderlos mejor”.

2. Favorece el autoconocimiento

Esto está muy relacionado con el punto anterior: organizar y comprender mejor los propios pensamientos posibilitan conocerse mejor. “La narración de lo que sientes activa la aparición de los pensamientos en paralelo”, destaca Silvia Adela Kohan en su citado libro. “Te da una mirada sobre tu propia situación. Te permite relativizar muchas de las cosas que estás viviendo, desbaratar relatos falsos que te cuentas”.

3. Dota de sentido la propia vida y el mundo

La relectura posterior de las notas en un diario permite, al ver los hechos con la perspectiva que da el tiempo, entenderlos de otro modo y darles un sentido, un “nuevo significado”, como dice Kohan. “Cuando leo lo que escribí en el pasado -anotó el escritor argentino Ricardo Piglia, en alusión a su propio diario- encuentro bloques de experiencia y solo la lectura permite reconstruir una historia que se desplaza a lo largo del tiempo. Lo que sucede se entiende después”.

4. Contribuye con la memoria

El diario se convierte en un repositorio de recuerdos, una especie de cápsula del tiempo, un baúl donde guardar historias para salvarlas del olvido. Es una manera de conservar la “primera versión” de los hechos. En muchas ocasiones, las memorias se distorsionan con el paso del tiempo, se olvidan unos elementos y se añaden otros que en realidad no estuvieron; el registro en el diario es un modo de evitarlo. Y también sucede algo que destaca Kohan: “Lo consignado, lo que está escrito, no lo reconozco, no lo recuerdo; lo evocado, lo que recuerdo nítidamente, no está”.

5. Estimula la creatividad

Todos estos procesos mentales también estimulan la creatividad, ya que narrar la propia vida y verla desde otras perspectivas hace que afloren ideas nuevas e inesperadas. Además, el diario ofrece muchas otras posibilidades: elaborar listas (gustos, deseos, temores, libros por leer, lugares adonde se desea viajar, etc.), dibujar en sus páginas, llevarlo encima para escribir ideas que surgen en el momento y que, si no se apuntan, se olvidan. Si el diario es digital -en forma de blog o en alguna red social- se pueden añadir fotos, vídeos, música y una multitud de otros recursos.

“Si me hubiera detenido a pensar, nunca lo habría escrito”, anotó la escritora británica Virginia Woolf en alusión a su diario. Sin embargo, añadió: “La ventaja del método es que propaga accidentalmente divagaciones que habría excluido de haberme parado, pero que son diamantes en medio del basurero”.

6. Mejora la salud emocional y física

Diversos estudios han demostrado que la escritura narrativa expresiva -que es la que predomina en un diario- proporciona beneficios para la salud tanto emocional como física de quien la practica. Permite, entre otras cosas, transitar mejor experiencias dolorosas o traumáticas. Menos estrés, menos perjuicios cardiovasculares después de un divorcio y menores síntomas en pacientes con asma y artritis reumatoidea son algunos de los efectos comprobados.

7. Es una herramienta para tomar mejores decisiones

Es una consecuencia casi lógica de lo enumerado hasta aquí: tras organizar el pensamiento, favorecer el conocimiento de uno mismo y la propia memoria, dotar de sentido el mundo y la propia vida y estimular la creatividad, es mucho más sencillo y probable que las decisiones que se tomen sean las más convenientes y acertadas para la propia vida. La escritora estadounidense Susan Sontag apuntó: “En el diario no solo me expreso de manera más abierta de lo que podría ante cualquier otra persona; me creo a mí misma”. Las decisiones que se toman, escritura del diario mediante, son parte precisamente de esa creación.

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