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Las mentiras de Màxim Huerta sobre su fraude fiscal

Ignacio Escolar

Màxim Huerta: “Fue un cambio de criterio fiscal”

Falso. El ministro de Cultura, en sus años como presentador de Telecinco, defraudó a Hacienda, fue cazado y tuvo que pagar. Más tarde recurrió a la Justicia y allí los tribunales no le dieron la razón y sentenciaron que no: que Huerta defraudó al fisco.

Hacienda no cambió de criterio. Solo puso en marcha mayores inspecciones fiscales contra un tipo de fraude, una infracción leve, que durante años fue habitual: tributar a través de una empresa para ahorrarse impuestos, cargando gastos personales a esa sociedad.

Màxim Huerta: “No defraudé”

Falso. El hoy ministro, según la sentencia, sí defraudó. Ganaba alrededor de 300.000 euros al año, la mayor parte de Mediaset. Para no pagar por estos ingresos en su declaración de la renta, Huerta creó una sociedad interpuesta a la que, como persona física, facturaba entre 43.000 y 60.000 euros anuales. De esa forma evitaba el tipo máximo del IRPF –el 48%–, porque las rentas del capital y el impuesto de sociedades tributan a un tipo inferior al que lo hacen las rentas del trabajo. En esos años, el tipo medio efectivo en Sociedades estaba alrededor del 20%.

Además, Màxim Huerta se desgravó con esta empresa la compra y los gastos de un apartamento en la playa, una inversión personal que no tenía absolutamente nada que ver con la actividad de su sociedad.

Màxim Huerta: “Cotizaba con una sociedad y Hacienda revocó esta manera”

Falso. Hacienda no ha revocado la opción de facturar y tributar a través de una sociedad unipersonal. Sigue siendo perfectamente legal. El problema es otro: que tanto Hacienda como la Justicia aseguran que Huerta utilizó esta opción para defraudar 218.332 euros en tres años.

“No se trata de desincentivar el ejercicio de actividades económicas profesionales a través de una sociedad, sino de la creación de estas sociedades con el único fin de eludir los impuestos”, recoge la sentencia citando los argumentos de la Abogacía del Estado. Más claro no puede ser.

Màxim Huerta: “No hubo mala fe”

La sentencia acredita justo lo contrario. “La conducta del obligado tributario no puede ser calificada sino de voluntaria y culpable, en el sentido que se entiende que le era exigible otra conducta distinta, no pudiéndose apreciar buena fe en su actuación”, asegura el tribunal. Es posible que Huerta fuera poco consciente de lo que estaba haciendo –eran muchos los asesores fiscales que recomendaban a sus clientes esta opción, que estaba muy extendida en su sector profesional–, pero no es eso lo que dice el tribunal.

La inspección también califica la infracción como leve al considerar que no hubo ocultación. Es decir, que Huerta y su empresa no escondieron datos al fisco. Es un atenuante pero no un eximente de lo que hizo.

Màxim Huerta: “Cuando cambió el criterio lo regularicé y pagué todo”

Falso. Huerta pagó todo cuando fue cazado en una inspección, y lo hizo porque no le quedó otra opción mejor.

Màxim Huerta: “Afectó a cientos de creadores: muchos compañeros de profesión, autores, locutores, actores, presentadores…”

Cierto, pero esto no sirve para eludir su responsabilidad. Es verdad que esta práctica fue durante años común y que Hacienda no la combatió. “Lo habitual era que en las empresas que les contrataban les dieran el producto casi hecho”, explicamos en esta interesante información. Es probable que Huerta no fuera del todo consciente del fraude, pero la responsabilidad ante el fisco no se puede subcontratar en tu asesor.

Con la crisis económica y la bajada en la recaudación, Hacienda empezó a mirar este tipo de trampas y aumentó las inspecciones sobre las empresas unipersonales. Al igual que Huerta, muchos otros presentadores, periodistas, locutores, artistas… fueron inspeccionados. Pasó con profesionales muy conocidos de todas las sensibilidades políticas. No en todos los casos se acreditó una infracción fiscal.

Màxim Huerta: “Yo pague lo correspondiente y asunto cerrado”

No es del todo cierto. Después de pagar, Huerta recurrió la decisión en los tribunales, que no le dieron la razón. Primero fue al TEAR y después al Tribunal Superior de Justicia de Madrid. En ambos casos perdió y en el TSJ tuvo que pagar las costas. No tuvo una condena penal por delito fiscal; no es ese el caso, entre otros motivos porque las cantidades defraudadas estaban por debajo de los 120.000 euros anuales, que es la cifra a partir de la cual se puede cometer un delito. Pero sí quedó acreditado un fraude, que ha quedado certificado en la sentencia conocida hoy por la exclusiva de El Confidencial.

De hecho, todo esto se ha sabido no por una filtración de Hacienda sino porque las sentencias son públicas y aparecen en las bases de datos de jurisprudencia. Por protección de datos, en esas sentencias se elimina el nombre del afectado –en las dos que rechazan su recurso, en vez de Màxim Huerta, se le menciona como “Luis Carlos” y “Adolfo”–. Pero el nombre de las empresas no se cambia, y allí figura su sociedad: “Almaximo Profesionales de la Imagen SL”.

Màxim Huerta: “Es un asunto de hace diez años como Màxim Huerta, no como ministro”

La sentencia del TSJ es de mayo de 2017, aunque es cierto que el fraude se produjo entre 2006 y 2008. Hacienda puso en marcha la inspección de sus declaraciones de la Renta entre 2010 y 2011.

Màxim Huerta: “Es un asunto que está caducado y resuelto”

Falso. La ejemplaridad de quienes administran el dinero de todos es una exigencia fundamental que no prescribe ni caduca. Por eso debería dimitir.

ACTUALIZACIÓN, 18:31. Màxim Huerta presenta su dimisión seis días después de prometer el cargo.

Màxim Huerta (en su discurso de dimisión): “En aquel momento se llegó a decir que aquellas inspecciones retroactivas, porque así lo fueron, era una caza de brujas contra críticos con aquel Gobierno”.

Todas las inspecciones fiscales son retroactivas; no hay inspecciones que busquen el fraude fiscal del futuro. Y es falso que en esos años fuese legal desgravarse los gastos del apartamento de la playa como actividad empresarial.

La sentencia recoge también que Hacienda documentó el fraude fiscal de Huerta el 5 de julio de 2011 –la inspección llevaba en marcha desde el año anterior–.

En aquel momento, en España gobernaba el PSOE de Zapatero, no el PP de Rajoy. Ángeles González Sinde –que ha culpado a Cristóbal Montoro de esas inspecciones para defender a Huerta– era la ministra de Cultura.

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