El futuro de una colección de belenes, el problema para poner en marcha el memorial del 3 de marzo de 1976 en la iglesia del barrio de Zaramaga de Vitoria donde se produjo la matanza de la Policía Armada, “vuelve a la casilla de salida” a prácticamente no más de cien días del quincuagésimo aniversario de unos sucesos trascendentales en la transición de la dictadura a la democracia en España. Según explican diferentes fuentes institucionales, ni se puede dar por resuelto el traslado de los pesebres que ahora ocupan la mayor parte del espacio en el templo de San Francisco de Asís, como se dio por hecho hace unos días, ni hay un acuerdo entre la diócesis y las instituciones concernidas, Gobierno vasco, Diputación alavesa y Ayuntamiento de Vitoria. Todo viene después de que, siempre según las fuentes consultadas, la última petición del obispo, Juan Carlos Elizalde, “multiplique por seis” el coste previsto inicialmente para la operación, unos 20.000 euros.
En 2021, cuando se cumplieron 45 años de la masacre en una asamblea obrera en Vitoria, que dejó cinco fallecidos, decenas de heridos y ecos en otros lugares tan dispares como Basauri, Tarragona o Roma, las cuatro partes presentaron en el propio templo un proyecto para reconvertirlo en un centro memorial. Hasta la llegada de la COVID-19, el espacio, ya sin culto, era utilizado para una exposición permanente de belenes de Navidad que, de hecho, estaban montados en aquel acto. Desde entonces, la exhibición -de la que se destaca su calidad artística- nunca ha estado abierta al público pero, a la vez, ha ejercido de tapón para poder acometer las obras urgentes que precisa un edificio con goteras, problemas en la cubierta y otros males y, además, para ir diseñando el proyecto museográfico. El ideal de que la inauguración del espacio fuese en 2026, cuando se cumpla medio siglo, se ha desvanecido ya y ahora el objetivo es poder al menos “vaciar y limpiar” el espacio y acometer las reformas urgentes para poder hacer un acto el 3 de marzo próximo.
El último contacto entre las instituciones fue este lunes, una reunión en la Diputación de Álava que sentó al diputado general, Ramiro González, del PNV, a la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria y a la consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, socialistas, y al propio Elizalde. Las asociaciones de víctimas, que forman parte del patronato del futuro memorial, se han quejado públicamente de que desconocían la existencia del encuentro, como también vienen lamentando en los últimos meses que este asunto esté retrasando todo el proyecto.
En la reunión, Elizalde planteó la necesidad de obtener unos 50.000 euros solamente para el traslado de los belenes desde Zaramaga hasta el centro de Vitoria -una distancia relativamente corta- más otra cantidad superior para la adecuación del nuevo espacio como centro expositivo para esa colección de nacimientos. En total, más de 120.000 euros. Algunos de los presentes consideraron exagerada la petición e inaceptable que las arcas públicas tengan que costear la reforma de un espacio privado, que es adonde van a ir los belenes después de meses de búsqueda de una nueva ubicación.
El bloqueo no es nuevo, pero ahora llega después de que algunas informaciones apuntasen a un acuerdo para dar salida al enredo. En estos meses ya ha habido importantes tensiones con el Obispado, que llegó a remarcar que tenía el respaldo del Vaticano para poner en valor el belenismo. “Ahora mismo no hay acuerdo y no hay visos de desbloqueo. Quien diga que hay un acuerdo, miente”, insisten dos fuentes diferentes cercanas a los participantes en la reunión.
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