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Otegi emplaza al PNV a que tome partido por una solución que vaya más allá del Plan Ibarretxe

Miren Larrion y Arnaldo Otegi en el mitin de Llodio.

Iñigo Sáenz de Ugarte

Arnaldo Otegi no es candidato, pero está en campaña. La izquierda abertzale se quedó sin candidato a lehendakari por decisión del Tribunal Constitucional, lo que probablemente entraba dentro de sus previsiones, y ha mantenido a su líder más carismático de la última década en la carretera compartiendo cartel con tres mujeres que son el nuevo rostro de EH Bildu al frente de las listas. En la tarde del sábado, Otegi estuvo en Llodio con una de ellas, Miren Larrion, cabeza de lista por Álava y la persona que le sustituyó en el debate de ETB2.

No es un nuevo Otegi, aunque sí alguien que ha variado algo las prioridades de su mensaje. En su intervención, dedicó un espacio muy importante a la denuncia de la imposición de una política económica de recortes y pérdida de derechos cuya paternidad adjudicó a la troika, pero que en realidad es la posición por defecto de toda la Unión Europea en estos momentos. Fue un mensaje que podrían compartir muchos dirigentes de Podemos o Izquierda Unida.

“Hay quien se empeña en ocultarnos el futuro que se avecina”, dijo en tono sombrío. “Y lo que se avecina es un escenario de nuevos recortes porque la troika impondrá al Estado español recortes por 21.000 millones”. Otegi no fue nada optimista al decir, como han dicho otros muchos en las campañas de las dos últimas elecciones generales, que “las próximas generaciones van a vivir peor que las actuales” y que “las normas del juego las están imponiendo las élites financieras”.

Sin embargo, a la hora de plantear los retos inmediatos de la nueva legislatura, Otegi se dirigió al PNV para exigirle que se defina ante esta situación, cuando el partido de Iñigo Urkullu en absoluto comparte esas críticas económicas. Ahí, predominó el discurso nacionalista en el que EH Bildu plantea al PNV que rompa amarras con España, como ha hecho la antigua Convergència, sin que de eso se pueda deducir que habrá un cambio modelo económico.

La calculadora de Otegi

Eso quedó aún más claro cuando Otegi hizo cuentas con el posible resultado electoral. “Habrá una mayoría clara en el Parlamento vasco que dice que somos una nación que debe decidir su futuro democráticamente”, refiriéndose a una suma de los parlamentarios de PNV, EH Bildu y Elkarrekin Podemos. “El problema es que puede haber una mayoría de 55 sobre 75 para luchar contra los recortes y por la soberanía, o puede haber una mayoría de 44 sobre 75 con el PNV, PP y PSOE manteniendo a este país ante un futuro de miseria económica”.

En la calculadora de Otegi, el factor que no controla es el del PNV, lo que sirve para lanzar críticas rotundas en campaña, pero no como estrategia para el día después de las elecciones en la medida de que lo deja todo al albur de la decisión de uno de sus grandes rivales. Bildu ha propuesto un acuerdo con PNV y Podemos, y los de Urkullu no parecen muy interesados en la alternativa. Miren Larrion lo tiene claro: “Está claro que lo que quiere (el PNV) es pactar con los que hacen vídeos contra el euskera” (por el PSOE).

Otegi no pronunció el nombre de Ibarretxe. Sí lo hizo antes Larrion, como lo han hecho en otras ocasiones otros dirigentes de Bildu. “Urkullu le confesó a un periodista que tenía que hacer un acto de fe para mantenerse unido al plan de Ibarretxe”, dijo la candidata por Álava. Por lo ocurrido en la anterior legislatura, pocos creen que el candidato del PNV a la reelección tenga la intención de repetir un desafío de esas características.

Por lo demás, Bildu da por hecho que fracasaría y que sería el momento de una iniciativa unilateral: “El debate es cómo vamos a superar el veto de Madrid. Bildu está dispuesta a ir a Madrid, pero pedimos que nos aclare, cuando Madrid diga que no porque nos va a decir que no, qué postura vamos a adoptar para continuar con la voluntad de nuestro pueblo”, dijo Larrion.

La pelea por la segunda plaza

Ni Otegi ni Larrion mencionaron a Elkarrekin Podemos –más allá de la oferta de pacto–, a pesar de que son sus principales rivales para ser la segunda fuerza política en la Cámara, según los sondeos. La victoria del partido de Pablo Iglesias en las dos últimas elecciones generales en Euskadi sólo se puede entender con el trasvase de antiguos votantes de Bildu. Eso dejó a los dirigentes de la izquierda abertzale en una cierta perplejidad y el temor de que muchos jóvenes prefieran a Podemos antes que a Bildu para lanzar un mensaje claro contra el sistema político y económico.

La solución que ha ideado Bildu para después del 25S es proponer una entente con la candidatura que encabeza Pili Zabala. En el camino hacia el futuro puede haber similitudes entre ambas fuerzas, pero el punto de destino no parece ser el mismo.

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