Este PISA 12 ha puesto de manifiesto que nuestros alumnos aún obtienen mejores resultados si las pruebas son en papel que con el ordenador tanto en matemáticas como en competencia lectora, con un descenso preocupante con respecto a 2009. Pero lo significativo es que los 496,3 puntos obtenidos por Euskadi en la resolución de problemas de la vida cotidiana son casi 20 puntos superiores a la media de España y con el margen de error (+-3) se colocan en la media de los países de la OCDE (500). En resumen, sus resultados son mejores que la media de España y se acercan a la media de la OCDE. La puntuación media obtenida por España se corresponde con el Nivel 2 de competencias mientras Euskadi se sitúa en el 3 sobre un total de 6 niveles.
Lo dicen los responsables de la OCDE, “mejorar el currículo y la enseñanza con el fin de promover un aprendizaje útil es uno de los retos pendientes en varios países, entre los que se encuentra España” . Los datos muestran que los estudiantes con buenos resultados en matemáticas, lectura o ciencias también tienen buenos resultados en resolución de problemas, de manera que mejorar la calidad de la enseñanza de materias instrumentales proporciona a los estudiantes mejores capacidades para enfrentarse a situaciones desconocidas en contextos reales fuera del ámbito escolar.
La señora Gomendio, que ha sustituido a Wert en las laborales ministeriales, se empeña en cargar en las espaldas de los docentes y en las reformas socialistas la responsabilidad de los resultados; en lugar de abrir un período de reflexión con el conjunto de la comunidad educativa y las CCAAs, se limita a exigir al profesorado “un cambio pedagógico radical en la docencia” de la mano de su denostada Lomce. Todos los sindicatos le han contestado.
Que nadie piense que con la aplicación de esta innecesaria ley se curan nuestros males; los rankings entre colegios, las reválidas, más horas de religión, la selección previa…etc, incluídas en la contrarreforma del PP, no van en la dirección de la mejora de nuestros niveles de excelencia. No hay ni se espera una modificación de los contenidos currículares que vaya en la dirección de su actualización y mejora en los términos que nos aconseja PISA; ninguna medida pedagógica que apunte en la dirección de preparar a nuestro alumnado para la vida cotidiana, entre otras por ejemplo, como ha hecho Euskadi, la de retomar el programa escuela 2.0, cofinanciar su implementación para que la brecha digital no se siga abriendo en determinados subsistemas autonómicos o por ejemplo, incrementar horas en las instrumentales (troncales), o establecer medidas de apoyo y refuerzo, o permitir desdobles etc...
Supongo que si nos sometemos a estas evaluaciones internacionales es para que saquemos conclusiones y compartamos un diagnóstico y unas medidas; para revisar los currículos de la educación básica, de los bachilleratos y ciclos formativos se requiere un parón en la aplicación de la contrarreforma y la puesta en marcha de unos grupos de trabajo con expertos internacionales, si fuera preciso, que nos permitan dotarnos de los nuevos currículos actualizados a las necesidades de nuestra sociedad en este siglo; es criterio extendido entre el profesorado que tenemos currículos de mediados del siglo pasado en algunas disciplinas y niveles y por eso muchos programas no se siguen ni de lejos.
Creo que para abordar una metodología pedagógica radicalmente diferente –como demanda Gomendio- se precisa previamente acordar y ponerse a la tarea de la elaboración del perfil ideal del profesorado del siglo XXI para la educación de este siglo; abordar además de su formación inicial su forma de ingreso (el PIR), sus prácticas, su formación continua, su incentivación… una tarea ingente que precisa de grandes complicidades y sinergias. Complicidades con quien tiene las competencias, con las CCAAs, con el profesorado, con sus representantes, pero también con las universidades, con sus rectores, con sus escuelas de magisterio etc… No lo puede hacer este gobierno que se ha pegado hasta con su sombra; ¡pero si ni Eugenio Nasarre avala lo que se hizo con la Filosofía!
Este gobierno debe dar un giro radical de 180 grados a su política educativa, suspender el calendario de aplicación de la Lomce, y sentarse con los responsables educativos de las CCAAs para elaborar un diagnóstico compartido de la situación. Sin ese diagnóstico compartido (Nuevo Libro Blanco de la Educación 2020) no será posible acordar las medidas que se pueden implementar con carácter de urgencia y abrirse a la posibilidad de alcanzar acuerdos de estado en educación. No tengo esperanza alguna de que lo hagan, pues entiendo que la competencia de este gobierno en la resolución de los problemas de la educación en España está incluso por debajo de la media obtenida por los estudiantes de 15 años en la resolución de los problemas de la vida cotidiana. Son unos incompetentes.
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