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Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Érase una vez… historias de disfraces

Investigadora.

Marta Macho

Érase una vez una mujer nacida en un pequeño pueblo de Borgoña (Francia) que, en 1767, emprendió un viaje a las Tierras Australes participando en la primera circunnavegación francesa, liderada por Louis Antoine de Bougainville. Ella era Jeanne Baret (1740-1807), y acompañaba a su amante –el botánico Philibert Commerson– como su ayudante, disfrazada de hombre, ya que la Marine Royale prohibía embarcar a las mujeres en sus naves. En 1776, esta exploradora y botánica regresó a Francia –Commerson había fallecido en la isla Maurice en 1773– con más de 30 cajas selladas conteniendo 5.000 especies de plantas recolectadas durante sus viajes alrededor del mundo; 3.000 de ellas eran desconocidas en su país. Este amplio muestrario custodiado por Jeanne Baret se unió a las colecciones del Muséum d’Histoire Naturelle. El naturalista Georges Louis Leclerc, conde de Buffon, se encargó de realizar el inventario y, posteriormente, el botánico Joseph de Jussieu y el naturalista Jean-Baptiste Lamarck analizaron la amplia colección.

Érase una vez una matemática autodidacta, Sophie Germain (1776-1831), una científica de talento excepcional que no pudo acceder a una educación formal por ser mujer. Trabajó en solitario durante gran parte de su vida, aunque mantuvo correspondencia con eminentes matemáticos de su época, como Joseph-Louis Lagrange, Adrien-Marie Legendre o Carl Friedrich Gauss. En sus misivas científicas ocultaba su identidad bajo el seudónimo de Antoine Auguste Le Blanc, en otro caso, estos matemáticos no habrían prestado ninguna atención a las palabras de una ‘simple mujer’. Sophie realizó importantes contribuciones a la teoría de números y a la teoría de la elasticidad, aunque en su certificado de defunción figuró como una simple rentista, no como científica.

Antoine Auguste Le Blanc

Érase una vez un cirujano militar de la Armada británica, James Miranda Barry (1789-1865), que vivió su vida adulta como un hombre aunque se le asignó el género femenino al nacer. Fue educado como una niña, su nombre era Margaret Ann Bulkley. Con unos veinte años, Margaret eligió vivir –o se vio forzada como un hombre para poder estudiar la carrera de cirujano. La medicina le llevó a diferentes destinos en los que mejoró sensiblemente la salud de las tropas y los indígenas. Coincidió con la afamada enfermera Florence Nightingale en Crimea, que en una de sus cartas comentaba: “Tras su muerte me dijeron que (Barry) era una mujer… Yo diría que era la criatura más endurecida que haya encontrado nunca.”. Probablemente, la vida de Barry no fue nada fácil, disfrazada y manteniendo su secreto concienzudamente para lograr sobrevivir…

Érase una vez una mujer nacida en el seno de una familia burguesa de Lausana (Suiza): Enriqueta Favez (1791-1856). Con 15 años se casó con un oficial del Regimiento de Cazadores de las tropas de Napoleón, enviudando pocos años más tarde. Con la vestimenta y bajo la identidad de un oficial del ejército francés, Enriqueta pasó a ser Enrique y comenzó a estudiar medicina en la Sorbona. Desde 1819, Enrique Favez ejerció la medicina en Cuba, incluso se casó con una mujer de Baracoa, siendo encarcelado cuando se descubrió su engaño. Tras cumplir una condena de cuatro años, su familia la obligó a ingresar en un convento para preservar ‘su buen nombre’. Como hermana Magdalena procuró asistencia médica a personas necesitadas, hasta su fallecimiento. ¿Se sentía Favez realmente un hombre? ¿O sólo se ocultó bajo esta apariencia para poder estudiar y ejercer la profesión de medicina?

Muchas otras mujeres se han camuflado tras identidades masculinas para poder estudiar, no tener que casarse, huir de una suerte incierta o participar en las numerosas actividades que les estaban vetadas.

Érase una vez una neurobióloga, Barbara Barres, que con 40 años se sometió a una operación de cambio de sexo. En 2006, Ben Barres –antes Barbara– publicó el artículo Does gender matter? ¿Importa el género?en la conocida revista Nature. En su texto, y como experto en neurobiología, argumentaba que la ausencia de mujeres en la ciencia se debía a la discriminación y no a motivos biológicos. Además, refiriéndose a su ámbito laboral y a su paso de Barbara a Ben, comentaba: “La principal diferencia que he notado es que la gente que no sabe que soy transgénero me trata con mucho más respeto: puedo incluso completar una frase sin ser interrumpido por un hombre”. Ben Barres, que ya no va ‘disfrazado’ de Barbara, fue discriminado cuando era una mujer dedicada a la ciencia. Sin embargo, y sin ninguna duda, Ben y Barbara, Barbara y Ben, poseen exactamente la misma inteligencia e idénticos conocimientos…

Este año que finaliza ha sido un año de intensas actividades en defensa de las mujeres y las niñas en la ciencia. Han abundado las iniciativas para hacer visibles a muchas mujeres en la historia de la ciencia, para rescatar a las pioneras y para incentivar las carreras de ciencias entre niñas y jóvenes. Queda mucho por hacer; los estereotipos dirigen nuestro comportamiento y es necesario realizar un profundo cambio social para que la situación mejore.

Aunque no debemos dejarnos engañar por el espejismo de la igualdad –en el que muchas personas se escudan–, ojalá muy pronto los ‘disfraces’ desaparezcan definitivamente. Las historias que deberíamos empezar a escribir tendrían que comenzar de esta manera:

 Érase una vez una niña que jugaba con juguetes no sexistas. Animada por su entorno que valoraba su talento y su inteligencia, decidió estudiar ingeniería informática…

*Marta Macho es doctora en Matemáticas y profesora de la UPV/EHU. Dirige la edición del blog Mujeres con ciencia, promovido por la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU. Ha recibido el premio Emakunde a la Igualdad 2016 por su trayectoria científica orientada a divulgar y promover el conocimiento del área de ciencias entre las mujeres

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