Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Hoy mi nombre es Euskarians
Pretendía, una vez más, hacer un análisis del nombre de marca que han adoptado los desarrolladores del proyecto proyecto Euskarians con un titular incisivo y, aunque lo presentaré en estas líneas mas abajo, confieso que he decidido cambiarlo, porque al indagar más para conocer mejor la iniciativa, me ha cautivado de tal forma que sólo me cabe aplaudirla.
La iniciativa procede de Baskonia Iparra y se trata de lanzar un equipo invitacional en el mundo del rugby, algo habitual en esta disciplina. Por tanto, no es una selección oficial, sino que, acude a los campeonatos por invitación, al estilo de los Barbarians del Reino Unido.
Gestionan las invitaciones a través de la Federación Vasca de Rugby, con quien tiene una muy buena sintonía, y se nutre de jugadores de los tres territorios administrativos que forman parte de Euskalherria/Baskonia, la Comunidad Foral de Navarra, la Comunidad Autónoma de Euskadi y la Communauté d´aglomeration Pays Basque.
Aquí tiene antecedentes desde 1980, cuando la selección, en ese entonces denominada Euskadi se enfrentó a Irish Wolfhounds, jugando en años posteriores otros partidos. Pero fue en 1997 cuando surgió el proyecto Euskarians manteniendo la actividad con altibajos a lo largo del tiempo. Tras seis años de inactividad, ha resurgido con fuerza y ha ganado aceptación social, habiéndose enfrentado a selecciones destacadas como Cataluña o Bélgica y participando en el campeonato internacional a siete, Seven, celebrado recientemente en Dubai. Su idea es participar en campeonatos internacionales de Seven y organizar amistosos de quince jugadores.
Inicialmente centrado en el rugby masculino tiene planes de expansión al femenino. A pesar de los desafíos logísticos y de calendario, Euskarians busca colaborar con los clubes existentes, con los que mantiene una relación excelente, y crear un ambiente de trabajo conjunto. El proyecto está enfocado en desarrollar la calidad y el potencial de los jugadores baskos, permitirles participar en competiciones internacionales y promover la formación y el empleo.
Los nuevos directivos destacan como guía dos palabras clave “humildad y ambición” y solicitan colaboración de empresas patrocinadoras e instituciones para un mejor desarrollo. Ante la dificultad de que Euskalherria/Baskonia disponga de selecciones propias, sugieren que su idea organizativa y participativa pueda extenderse al resto de disciplinas deportivas.
Y aquí es donde me gustaría comentar el tema del nombre. El título con que pensaba iniciar este artículo era “El euskanglish llega al deporte”. Y el texto arrancaba así: “Hoy toca llamar al equipo para representar a nuestro país Euskarians. ¡Otro nombre más al buche!”, por lo que he optado por “echar el freno” y explicar qué es lo que observo en este denominativo, máxime cuando me parece un modelo que bien puede expandirse a otras modalidades.
Empiezo por señalar los aspectos negativos que percibo en este nombre desde la perspectiva del país en su conjunto. Como mencioné anteriormente, se trata de una denominación novedosa que fusiona el euskara y el inglés, generando un híbrido inédito que se suma a nuestra ya extensa colección de nombres. Además, se percibe como algo poco auténtico y forzado, a pesar de que inicialmente pueda tener una sonoridad agradable.
Otro aspecto a considerar es que al adoptar esta denominación, contribuyen escasamente al reconocimiento internacional del país. En todos los idiomas, excepto el basko, nuestro nombre país se completa con el prefijo constante “bask”, escrito también en algunos idiomas con “v” y “c”, y en otros con “b” y “qu”, de donde además derivan tanto el gentilicio como el nombre del idioma, lo que hace que no concuerden entre ellos, el equipo es Euskarians, pero su gentilicio es basko, así como el idioma. En otras palabras, esto puede llevar a que en el ámbito del rugby, la identificación del equipo denominado Euskarians se vuelva confusa, haciendo que la gente no tenga claridad sobre la procedencia geográfica de este equipo.
También se puede criticar que añade otro nombre más a la vasta colección de denominaciones que se le han otorgado a nuestro país, como Euskadi, Euzkadi, Nabarra, Nafarroa, Euskal Herria, País Vasco, Pays Basque, País Vasconavarro, Baskonabarra, Vasconia o Baskonia. Como he destacado en varias ocasiones, deberíamos considerar la posibilidad de adoptar una estructura denominativa más coherente y menos dispersa en lugar de sumar continuamente nuevas opciones.
Propongo que abordemos de manera más rigurosa la cuestión del nombre, especialmente si buscamos una expansión. La alternativa debe ser cuidadosamente fundamentada, superando las ideologías de diferentes corrientes políticas, basándonos en el uso histórico del nombre, evitando la creación constante de denominaciones nuevas para cada ocasión o época, según la influencia de una u otra ideología. Un esfuerzo, por favor, el país de los baskos lo necesita.
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