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Tiempo crucial para la Enseñanza Pública vasca
El pasado 10 de septiembre, el consejero Bildarratz anunció a los cuatro vientos que se abría una nueva etapa de colaboración institucional que esperaba reportara beneficios al sistema educativo vasco. Uno que ya pone en cuarentena este tipo de declaraciones grandilocuentes, prefirió comenzar a esbozar la oportunidad que para la Escuela Pública vasca podía significar tal comentario. Quizás este nuevo tiempo suponga devolver la Escuela Pública al lugar que le corresponde; quizás sirva para confirmar definitivamente su importancia en el entramado educativo general, para reconocer su enorme esfuerzo en la democratización de la Escuela, en la oferta de igualdad de oportunidades, en el trabajo sosegado de miles de trabajadoras y trabajadores empeñados en revitalizar la importancia de esta red educativa.
¿Puede ser? ¿Se dan las condiciones políticas y sociales parta ello? ¿Es este tiempo de pandemia el mejor para obtener resultados satisfactorios para el sempiterno “patito feo” de la Educación? Interrogantes sin respuesta definitiva, que no deben servir para aumentar nuestra decepción, sino para seguir dignificando el papel social, económico e incluso político que esta red soporta y que en tan escasa ocasiones le es reconocido.
Empecemos por enumerar cuestiones que hoy en día mantienen en un clima de cierta inseguridad, cuando no de decepción a la mayoría de los agentes que intervenimos en la Escuela Pública Vasca. Únicamente ideas que deben sí o sí formar parte de esas negociaciones que el Departamento de Educación del Gobierno Vasco se ha ofrecido a mantener.
Consolidación de empleo seguro y definitivo en la red pública. Concretamente, el futuro de la OPE de Secundaria y FP, iniciada en la primera fase de la pandemia y activada en contra de la opinión mayoritaria. Finalizados los plazos administrativos de presentación de memorias y unidades didácticas, y a punto de ser elegidos los tribunales necesarios, faltan por dirimir asuntos aún muy importantes que intranquilizan al conjunto de opositores y opositoras: fechas de las pruebas escritas, condiciones de presentación en plena situación pandémica, son algunas dudas razonables que, dado el tiempo en el que estamos, convienen aclararse ya.
Funcionamiento del sistema de gestión de las sustituciones, Ordezkagunea. El sistema, implantado el curso pasado, sigue generando confusión entre las direcciones de centros solicitantes y el personal sustituto. El problema se agudiza cuando desde el mismo momento de su instalación, los sindicatos quedaron sin la información puntual (semanal) que, hasta entonces, con el sistema anterior habían tenido; se produjo un absoluto oscurecimiento de los resultados obtenidos con este nuevo modelo. Denunciada esta situación en varias ocasiones (Mesa de Planificación, Mesa Seguimiento del acuerdo de mayo 2018) el Departamento aún no ha encontrado la fórmula (¿la ha buscado?) de atender estas demandas de información. No es aceptable a estas alturas que los datos escasos y esporádicos que ofrece en estas reuniones sean la única fuente de información.
Reorganización de las aulas: Ratios y provisión de plazas. Es una reclamación constante que en estos tiempos de pandemia se ha convertido en prioritaria. Sigue siendo absolutamente inaceptable que un Departamento que debe velar por la seguridad sanitaria de sus miembros (alumnado, profesorado, personal de cocina y limpieza…) sea tan remiso a la hora de desdoblar grupos, aumentar plantillas y organizar debidamente la vida de los centros. Las últimas y novísimas contrataciones que se ha obligado a hacer, indican claramente cuál era la parte confusa que no entendía -o no quería entender- de la realidad en la que nos encontramos. Se advirtió con tiempo suficiente para hacer un nuevo ejercicio de racionalización de las aulas antes del comienzo de curso; no se atendió y ahora tenemos las consecuencias de tal obcecación: precipitación, indignación de las direcciones de centros que no daban abasto, menosprecio a los planes de contingencia realizados contrarreloj… Ahora, se felicita el Consejero Bildarratz de la buena acogida de las nuevas contrataciones. ¿Nos sorprenderíamos del agradecimiento de un “sintecho” cuando se le ofrece calderilla para paliar su hambre permanente?
Puede dar la impresión de no ser “el momento de mentar la bicha”. Todo lo contrario; lo es por necesidad
El entramado imprescindible para que la red pública funcione bien: Los Servicios de Apoyo a la Educación vasca. Puede dar la impresión de no ser “el momento de mentar la bicha”. Todo lo contrario; lo es por necesidad, por abandono de responsabilidad y por propia impericia de los y las gestoras del Departamento. Que la mayoría de los servicios tengan porcentaje de interinidad por encima del 50%, que se lleven décadas sin propiciar procesos de conversión en plazas definitivas, que se paralicen proyectos que han demostrado eficacia en su funcionamiento (IRALE, por ejemplo) sin previa explicación, que no se adapten medidas provisionales de adaptación horaria en tiempos tan inciertos como los actuales (Inspección, sin ir más lejos) o que no se refuercen convenientemente unos Servicios de Prevención educativos durante la pandemia inicial, ni tan siquiera ahora, son síntomas evidentes de un abandono rayano en la desconsideración y la falta de respeto hacia el personal trabajador. Berritzegunes, Inspección, IVAC, ISEI-IVEI, Irale, Prevención de Riesgos Laborales… se encuentran al límite de saturación y el Departamento debe ya iniciar procesos de normalización que rebajen adecuadamente estas bombas de relojería en las que se han convertido los Servicios de Apoyo educativos.
Rejuvenecimiento generacional del sistema educativo: Jubilación a los 60 años. Esta reclamación seguirá en el punto de mira por justicia e igualdad. La profesión docente tiene ciertas limitaciones a partir de edades avanzadas, que no pasan exclusivamente por el desgaste físico, como parece entender la Consejería. Es por ello que habrá que seguir planteando que allí donde las competencias autonómicas lo permitan, apoyen tal reivindicación para acabar con una situación que está envenenando la vida de los claustros educativos. El ámbito de intervención del cambio que se propone es normativa estatal, pero sí hay elementos -y, sobre todo, actitudes- que pueden ayudar a entender la posición que adopte el Gobierno vasco. Por ejemplo, modificar las condiciones impuestas al personal mayor de 60 años, que hoy por hoy no puede jubilarse por pertenecer a la Seguridad Social. En este asunto, aprobado en el acuerdo de mayo de 2018, el Departamento siempre ha sido renuente y esquivo: excluyendo al personal de MUFACE, no incluyendo al interino, sin definir las funciones del tercio de jornada no lectiva. Hay que clarificar cuanto ante este proceso y conocer las verdaderas intenciones que al respecto tiene la Consejería.
Funciones y competencias del personal COVID de los centros. Lo que pudo considerarse una medida acertada y necesaria (el/la intermediario/a entre los centros de salud y el escolar de la situación sanitaria) se ha convertido en la práctica en una encerrona para quienes mayoritariamente aceptaron esta responsabilidad de forma voluntaria. A día de hoy -y más allá de la voluntad de las direcciones de aplicarles alguna reducción horaria- el Departamento ha desoído cualquier propuesta en clave de reducción o liberación de actividades no docentes. Ante una situación de posible desbordamiento de contagios en un centro, deberán improvisarse las funciones a las cuales deba dedicarse el personal responsable de COVID-19.
Futuro clarificador: Calendario pormenorizado de negociación de nuevos Acuerdos laborales para el personal educativo y laboral dependiente de la Administración. No es de recibo que con lo que está cambiando la sociedad, las relaciones laborales y la propia educación, el Departamento no se plantee una negociación seria para abrir todo el articulado de los convenios, alguno de los cuales acumula ya más de 15 años (ninguno, menos de 10): acortar el currículo educativo, generar un nuevo mapa escolar, coordinar el trabajo de los “aledaños” de la educación, actualizar condiciones sociolaborales… todo debe estar dentro de una revisión ordenada, que no deje ningún punto sin discutir.
Muchos asuntos y muy importantes a tratar en las próximas Mesas Sectoriales para dignificar una Escuela Pública necesitada de incentivos permanentes. Lo que hace falta ahora es arrancar y mantener la dinámica de reuniones que posibiliten intercambios de documentos, exposición de motivos y búsqueda, si es posible, de acuerdos. Arduo trabajo por delante que la mayoría de los agentes educativos de la Escuela Pública vasca estamos dispuesto/as a iniciar. El tiempo, en este caso, indicará la voluntad real de negociación de la Consejería de Educación. Porque ya lo expresó de forma contundente Francisco Luna , “La escuela pública debe ser el eje vertebrador del sistema y reflejo clave del derecho a la educación, por eso sería positivo disponer de una estructura propia que defienda los intereses de la red pública, promueva planes estratégicos, que promueva el pluralismo social, lingüístico y cultural que caracteriza nuestro país e impulse de manera conjunta sus características educativas como servicio público.” ¿Lo piensa también el Departamento? ¿Lo defiende el Sr. Bildarratz?
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