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Euskadi anuncia 200 millones en ayudas como respuesta al terremoto económico por la guerra en Ucrania

Azpiazu y Urkullu, a su llegada al Parlamento, este viernes

Iker Rioja Andueza

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El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha anunciado este viernes en el Parlamento Vasco un paquete de medidas económicas “complementarias” contra la sacudida generada por la guerra en Ucrania dotado con 200 millones de euros y que serán presentadas este martes en el Consejo de Gobierno. El plan tiene tres patas, un “fondo de rescate social” de 15 millones de euros, un “fondo de rescate económico” de 143 millones de euros y unas “medidas complementarias de liquidez”, con 40 millones de euros. Estas partidas se suman a otros planes ya anunciados, aunque en su mayoría eran programas ordinarios que han sido lanzados como extraordinarios coincidiendo con la invasión de Rusia, como el fondo de 528 millones en inversiones o los 150 millones de euros para eficiencia energética. No se descartan nuevos anuncios, básicamente por la incertidumbre de la duración de este contexto.

“Vamos a seguir evaluando la situación, analizando el grado de eficacia de las medidas adoptadas y, si fuera preciso, seguir ampliándolas. Contamos con recursos para poder hacerlo [...]. En esta crisis, el Gobierno vasco ha estado donde le corresponde y ha atendido su responsabilidad [...]”, ha señalado en su intervención Urkullu en una sesión extraordinaria que ha celebrado la Cámara autonómica a instancias de EH Bildu para debatir y votar propuestas económicas. Días atrás, la oposición en pleno había remarcado que Euskadi tiene un remanente de casi 1.900 millones de euros y le habían emplazado a movilizar esos recursos. “No es prudente gastar todo el ahorro. Gestionemos los remanentes de forma responsable”, ha respondido el lehendakari. El Ejecutivo ya explicó que, técnicamente, no es posible romper todo el cerdito de ahorros de golpe.

“Nuestro compromiso es seguir gestionando los recursos con responsabilidad. El destino de los remanentes nos permitirá amortizar deuda, hacer frente a las necesidades extraordinarias, dar respuestas a medidas complementarias de rescate social y económico como las que planteamos hoy. También, si fuera preciso en el futuro, para poder ampliar estas medidas. Contamos con recursos para hacerlo. Nuestras cuentas nos garantizan un colchón para abordar situaciones impredecibles como la prolongación de la actual crisis económica, la aparición de nuevas variantes del coronavirus, posibles reducciones en la recaudación o una normativa financiera más estricta por parte de la Unión Europea en los próximos años. Tengamos templanza y tengamos confianza”, ha explicado un lehendakari que no se ha desprovisto de la mascarilla aunque el Parlamento ya lo permite desde esta semana a todos los oradores.

1.200 ucranianos han pedido protección

Urkullu ha destacado que los 200 millones de euros son medidas “complementarias” a las “inmediatas” ya adoptadas, entre ellas los planes de contingencia para la acogida de refugiados o 10 millones de euros para empresas implantadas en Rusia, Ucrania o Bielorrusia. “Desde el primer momento, Euskadi, las instituciones y el Gobierno vasco nos hemos empleado a fondo para garantizar una acogida a la medida de la dignidad humana y la garantía de la cohesión social. Desde el 24 de febrero más de 1.200 personas han solicitado en Euskadi la Protección Internacional Temporal. De estas personas 554 están en primera acogida en el sistema estatal y los albergues de Oñati y Berriz. En total, 1.184 personas han solicitado la tarjeta sanitaria en los centros de salud de Euskadi y 386 menores de edad han solicitado matriculación en nuestros centros educativos”, ha explicado Urkullu.

El “fondo de rescate social” estará dotado con 15 millones. Según ha explicado Urkullu, son, por un lado, “ayudas sociales a las personas vulnerables, Ayudas de Emergencia Social (AES) y para paliar la pobreza energética, ayudas para la integración de personas sin hogar, recursos para jóvenes sin apoyo familiar, redes locales de apoyo a personas mayores vulnerables; y la red Azken sarea indartzen”. Por otro lado, ha mencionado “ayudas sociales para la acogida a personas refugiadas ucranianas” como el “programa de primera acogida, la red Azken sarea indartzen Ukraina, Loturak (redes locales de acogida a personas migrantes), programa de apoyo psicológico a personas refugiadas, y Aukerak suspertzen, refuerzo educativo de jóvenes de Ucrania”.

El denominado “fondo de rescate económico” estará dotado “con 143 millones de euros”, ha explicado. “Planteamos ampliar los programas de ayuda dirigidos a empresas y micropymes con 63 millones de euros. Estas ayudas se canalizarán a través de los siguientes ámbitos de actuación: ampliación del Programa Bilakatu, para proyectos de transformación de empresas, programa de ayudas a empresas, ayudas a industrias gas-intensivas, aplazamiento de alquileres en parques tecnológicos y polígonos, ayudas en asesoramiento legal, y programas de apoyo a la economía social”. Otros 60 millones irán a “ampliar” las “ayudas complementarias a empresas del primer sector”. “Se orientarán a programas de ayudas directas al sector agroganadero, ayudas directas al sector pesquero y al programa Handitu para impulsar inversiones de expansión de las empresas del primer sector”, ha indicado. Finalmente, habrá 20 millones para el “sector comercial” con un “programa de incentivo del consumo” y otro “programa de apoyo al sector comercial minorista”.

La tercera línea son 40 millones para “liquidez”. “Se añadirán a las que están en marcha a través de avales y líneas de financiación, con una dotación adicional de 40 millones de euros”, ha concluido. Aunque no lo ha precisado, fuentes del Gobierno explican que se amplía un año la carencia de los préstamos COVID. Urkullu ha hecho suyo que “el 28 de marzo las diputaciones forales presentaron las medidas de ayuda de carácter fiscal, cuantificadas en 165 millones de euros”.

Urkullu ha dejado la puerta abierta a presentar en el futuro nuevas medidas “transformadoras”. Ha citado la “gestión de compras de materias primas en el mercado internacional”, un “programa de compra centralizada de energía”, el “impulso a proyectos estratégicos de transformación económica”, un nuevo “Observatorio de precios de la cadena alimentaria”, “proyectos de I+D y captación de talento en centros tecnológicos, ”seguimiento de la mesa de trabajo en el sector del transporte“, ”ejecución de proyectos de energía renovable cuya tramitación se inicie antes de 2024“, la plataforma Supply Chain Resilience ”para fortalecer las cadenas de suministro ante el riesgo de ruptura“, realizar ”seguimiento de las condiciones de las empresas para acogerse a ERTE de fuerza mayor“ y ”ayudas al autoconsumo energético“.

El lehendakari, en todo caso, ha torcido el morro con otros planteamientos de la oposición. En euskera, ha señalado: “Si lo que se plantea es rebajar la fiscalidad, seamos prudentes. No hay equilibro social ni servicios públicos de calidad sin una fiscalidad equitativa”. Tampoco ha apoyado las subidas salariales lineales para compensar la fuerte subida de los precios, ya que cree que podrían poner en riesgo a las empresas: “Si lo que se plantea es subir los salarios, seamos responsables. El bien más preciado es el empleo. No pongamos el empleo en riesgo con decisiones unilaterales. Los pactos de rentas los tienen que acordar los agentes económicos y sociales. En esos pactos puede coadyuvar el Gobierno, pero no puede suplantar a los agentes de la negociación colectiva. Estamos en una economía abierta y, recordemos, si no hay empresas no hay empleo”.

“En todo caso, es necesario aplicar una dosis de cautela. De hecho, hemos modulado las expectativas de crecimiento para este año y el siguiente. La previsión es crecer por encima del 4% y reducir el paro por debajo del 10%. Más empleo y de mejor calidad. Desde el punto de vista social, este prolongado tiempo de incertidumbre, que une pandemia y guerra, genera cansancio, desánimo y malestar en la sociedad. Ante este desasosiego social, es preciso seguir actuando con perspectiva, serenidad y confianza en nuestro modelo. Nuestro objetivo compartido debe ser ofrecer certidumbre y confianza a la sociedad vasca”, ha añadido Urkullu.

Ni “catastrofismos” ni “alarmismos”

Y ha apostillado: “Frente a catastrofismos y alarmismos, comparto cinco datos. Riqueza: tras la pandemia, nuestro PIB per cápita se sitúa por encima de la media europea y es un 25% superior a la media del Estado. Innovación: hemos sido calificados por la Unión Europea como polo de excelencia en innovación. Formación: lideramos el ranking europeo de población entre 25 y 34 años que ha completado estudios terciarios. Equilibrio social: Euskadi está entre los tres países europeos con tasas de pobreza más bajas. Solvencia: tenemos una deuda pública del 16,3% de nuestro PIB, frente al 120% del Estado español y el 90% de media en Europa”.

Desde la oposición, EH Bildu ha pedido a Urkullu que “este Gobierno tiene que dejar de ser reactivo, como hizo en la pandemia” y ha lamentado que hayan transcurrido seis semanas hasta la celebración de una sesión monográfica sobre la situación económica. “Además de medidas socioeconómicas de emergencia, se requiere diseñar actuaciones estructurales. No podemos salir de aquí ni con las políticas que nos han dejado en esta situación de vulnerabilidad ni con parches temporales que, aunque necesarios, no se van a poder sostener indefinidamente en el tiempo”, ha señalado Maddalen Iriarte. PP+Cs y Vox han coincidido en aprovechar la situación para demandar al Ejecutivo que elimine “duplicidades” y organismos y gastos que consideran superfluos. “Antes de la guerra de Ucrania ya estábamos en Euskadi en crisis”, ha lamentado Elkarrekin Podemos-IU, que ha implorado un “escudo social” para hacer frente a la situación.

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