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Euskadi vive la segunda huelga sanitaria en cuatro días en medio de la guerra entre Salud y sindicatos por el seguimiento

Sanitarios durante la manifestación este lunes en Bilbao

Maialen Ferreira / Francisco Rodríguez

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El personal de Osakidetza ha vuelto a salir a la calle este lunes para denunciar la precariedad en el Servicio Vasco de Salud. Tras la huelga en Atención Primaria el pasado viernes y la manifestación que recorrió las tres capitales vascas el sábado, este lunes todo el personal de Osakidetza ha sido convocado a una huelga que, según han informado Satse, ELA, LAB, ESK, CCOO y UGT, ha tenido un seguimiento del 100% en servicios como en Anatomía Patológica o traumatología en hospitales como el de Basurto o el de Cruces, mientras que en el de Zumarraga y en Txagorritxu (Vitoria) los quirófanos han permanecido cerrados. Sin embargo, desde el Departamento de Salud han detallado que durante el turno de mañana el seguimiento de la huelga ha sido del 9,14%. Como respuesta a esta “guerra de cifras” los sindicatos han denunciado que los datos aportados por el Departamento de Salud “no son reales”, puesto que en lugar de informar sobre las personas que secundan la huelga “de entre las que pueden hacerlo”, lo hacen desde el total de la plantilla, incluyendo a las personas que “se ven obligadas a cubrir los abusivos servicios mínimos”.

Según los datos aportados por el Departamento de Salud, la huelga ha sido respaldada en un 9,14%: 8,25% en Álava, 10,35% en Bizkaia y en un 7,80% en Gipuzkoa. Por categorías profesionales la incidencia ha sido de un 7,63% en el personal facultativo, un 8,61% del personal de enfermería y un 11,10% en el resto de categorías.

La huelga ha tenido lugar en el día en que se cumplen dos años de la llegada del coronavirus a Euskadi, la enfermedad que más casos al mismo tiempo ha dejado en la historia de Osakidetza. También es un momento de reorganización de servicios no exenta de polémicas, como la centralización de las Urgencias de Vitoria en Txagorritxu o de la cirugía cardíaca del gran Bilbao en Cruces, Barakaldo. Mientras, el Departamento de Salud responde recalcando su apuesta por las convocatorias públicas de plazas, insistiendo en que es la comunidad autónoma que más invierte en Sanidad pública y con la promesa de los 300 millones de la denominada “carrera profesional”.

Las protestas de los sanitarios han llegado hasta la Presidencia vasca, con una concentración frente a Lehendakaritza, en Vitoria. En Bilbao, miles de personas han participado en una manifestación que ha partido desde el Hospital de Basurto y ha recorrido el centro de la ciudad. Los sanitarios se han distribuido en bloques distintos y cada grupo ha portado su propia pancarta entre las que se leía “No al cierre de cirugía cardiaca”, haciendo referencia al traslado del servicio desde el Hospital de Basurto al de Cruces, “Equiparación ya” o “Salud mental, sin discriminación”. Tras esa última pancarta Mari Cruz Espinosa ha denunciado que el área de Salud Mental, en la que lleva trabajando 39 años, es “el hermano pobre” del resto. “Hay una merma salarial con respecto al resto de las personas que trabajan. Falta gente, faltan recursos y eso quienes lo notan son los pacientes”, lamenta Espinosa, que recalca que por “mucho que con la pandemia al principio parecía que la salud mental era más importante, en la realidad se está demostrando que no es así”.

Miguel Ángel Izquierdo lleva 18 años como enfermero eventual en Osakidetza. Al igual que miles de sanitarios, lo que pide es que se acabe con la temporalidad en el servicio. Según estimaciones de los sindicatos, actualmente más de 24.600 trabajadores sufren la temporalidad en el Servicio Vasco de Salud y lo que se busca con las protestas es rebajarla a un 8%. “La situación está muy mal. Yo ya llevo 18 años y hay muchos compañeros en mi misma situación, que siguen siendo eventuales. La consejera dice que faltan enfermeros, pero no contratan de forma indefinida a los que estamos trabajando. No perdemos la esperanza de que la situación cambie y por eso estamos aquí, pero con declaraciones como las que hace la consejera la verdad es que las esperanzas son cada vez menos”, asegura.

Al igual que Izquierdo, Cristina también es enfermera. En total, contabiliza 28 años trabajando. “Tal como está la situación tenemos que salir a la calle a protestar, pero lo cierto es que está habiendo menos gente de la esperada, sobre todo por los servicios mínimos que han establecido, que impiden el derecho a huelga y hacen que los datos que aportan sobre el seguimiento no sean los reales porque mucha más gente de la que está aquí querría estar”, denuncia.

La mayoría de las personas que estaban detrás de la pancarta de “No al cierre de cirugía cardiaca” eran jóvenes, sobre todo residentes de Medicina, como Mikel Maeztu. “Estamos aquí para defender que no se cierre la cirugía cardíaca en el Hospital de Basurto porque tenemos muy buenos resultados, unos índices de seguridad y calidad muy buenos y, además, es algo que va a repercutir negativamente a la seguridad y a la asistencia de los pacientes. Entre las razones que dan, principalmente, dicen que quieren mejorar la seguridad y la calidad asistencial, pero no sabemos qué problema de seguridad hay en Basurto en relación a la cirugía cardíaca, al contrario, nuestros resultados son buenos”, detalla Maeztu, que se encuentra en su segundo año como residente y recuerda que, “con el cierre de la cirugía cardíaca de ese hospital tan solo quedaría un único hospital público que ofrezca ese servicio, que es el de Cruces, puesto que en Donostia hicieron un convenio con la Policlínica”.

En Donostia, los sindicatos han cifrado el seguimiento a la huelga de un 60% y han insistido en “la falta de credibilidad” de los datos aportados por Osakidetza. En la capital guipuzcoana, trabajadores del sector sanitario y de los sindicatos se han manifestando portando una pancarta que decía “Por unas condiciones laborales dignas”. Así, han recorrido el camino que va desde el Ambulatorio de Gros hasta el Boulevard y la parte vieja de la ciudad al grito de “No a los recortes” o “Defendamos la salud pública”. Entre los asistentes, también se leían carteles con mensajes como “Estamos hartas” o “Reforzar Osakidetza”.

Tras la marcha, el grupo se ha detenido frente al Kiosko del Boulevard y se ha concluido la manifestación con el discurso de dos portavoces sindicales, que han argumentado las razones por las que la huelga es “necesaria”. Han mencionado que “solicitan unas condiciones dignas”, haciendo hincapié en la falta de personal, de presupuesto y mala gestión del Gobierno vasco. El discurso se ha cerrado animando a los trabajadores a seguir luchando. “No es fácil, pero no daremos ni un paso atrás”, han insistido, tras describir la huelga como “histórica”.

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