La planta de Sidenor en Vitoria ha vivido este miércoles la primera de las tres jornadas de paro convocadas por los sindicatos ELA y LAB contra el despido de cuatro trabajadores de la factoría alavesa. Los paros se repetirán los días 28 de noviembre y 2 de diciembre. Fuentes de los sindicatos convocantes han señalado que la primera jornada de paro ha “paralizado o condicionado” varias secciones de la empresa y consideran que detrás de los despidos de estos trabajadores “hay una persecución sindical”.
Los trabajadores despedidos realizaban sus funciones en la sección de mantenimiento hidráulico. Según los sindicatos estos trabajadores, al “sentirse discriminados y agraviados respecto a otros compañeros y compañeras que realizan labores de mantenimiento en otras secciones de la empresa”, solicitaron a finales del año 2024 un cambio de nivel, para que se les reconociera esas funciones que hacían por encima de su nivel reconocido. Entre los meses de enero a julio, los afectados por este caso recibieron en su nómina la cantidad correspondiente, pero cuando dicho grado quedó consolidado, “en agosto no se abonó, y en septiembre se recibió una carta desde Basauri que no solo no reconociendo el cambio de grado y revocándolo, sino además amenazando con que sanciones por haber optado a ello”. Son sanciones que han finalizado en el despido.
A principios de octubre, se comunicó a los afectados de que se les descontaría de la nómina todo lo que “la empresa no debía de haber abonado”, lo que motivó que los afectados acudieran a los servicios jurídicos de sus respectivos sindicatos para “proceder a demandar esta actuación, por entender que la categoría se debía de reconocer, y que había quedado consolidada”.
La versión de la empresa es radicalmente diferente. Fuentes de la compañía han manifestado su “total desacuerdo con las huelgas” y aseguran que “se vio forzada a tomar esa difícil decisión” de realizar despidos disciplinarios “debido a conductas tipificadas como infracciones muy graves”. Señala la empresa que “durante meses, de manera fraudulenta y continuada, esas cuatro personas introdujeron en el sistema de información cambios de nivel para el cobro de pluses que no estaban justificados”. “Estos hechos tenían como objetivo la consolidación de niveles profesionales y económicos que no se ajustaban a la realidad de sus funciones diarias ni a la clasificación profesional de la fábrica. Se trata, por lo tanto, de una situación que la empresa no puede tolerar, y que en caso contrario supondría una discriminación respecto del resto de la plantilla de la fábrica de Vitoria, que percibe su nómina mensualmente de acuerdo con su actividad real”, afirman.
Los sindicatos convocantes de los paros son minoritarios en el comité de empresa. De hecho, ELA y LAB han “lamentado la actitud del comité en el que UGT tiene mayoría absoluta. ”UGT, junto con CCOO, no ha defendido los intereses de los trabajadores, y argumenta que no se han abordado las vías internas de la empresa para conseguir peticiones de categoría. Esto es inaceptable porque los trabajadores han recorrido el camino que permite la ley“, señalan. Además, critican que ”cuando se les ha pedido que convoquen una asamblea para hablar de la situación con los trabajadores, se han negado alegando que para eso son los foros que la empresa ha convocado“. ”En esos foros no están ni ELA ni LAB“, denuncian.
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