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Ariel Rot y Kiko Veneno abrazan la euforia con la sorpresa de Wyoming

Wyoming, junto a Ariel Rot y Kiko Veneno

Laura García Higueras

Valencia —

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Lo habían avisado. Ariel Rot y Kiko Veneno se han referido siempre a su gira conjunta Un país para escucharlo como una celebración del rock del siglo XX y la música popular que representan. Los artistas lo han demostrado en el concierto que han dado este viernes en València como parte del Festival en el que elDiario.es conmemora su décimo aniversario.

Y no lo han hecho solos, se han acompañado de una lista de invitados sorpresa que ha incluido nombres como Wyoming, Sandra Monfort y Tomasito. Como era de esperar -y así lo ha agradecido el público en la Plaza del Ayuntamiento de la ciudad- han interpretado clásicos como Me estás atrapando otra vez, Volando voy, Dulce condena y Salta.

Ambos han aparecido radiantes portando sus respectivas guitarras ante un público que ha abarcado todas las edades, desde los más pequeños a los más mayores, que se han abrazado celebrando la euforia de la nostalgia. No ha importado mucho el calor, cualquier objeto a mano ha servido como abanico, desde servilletas a paquetes de pegatinas. También han sido fieles las manos dibujando corazones con los dedos en los finales de cada canción. “Bienvenidos, bienvenidas. Estamos con toda la banda y amigos talentosos y creativos que van a estar aquí con nosotros”, han advertido en el inicio de la actuación. “Pero no volvemos porque nunca nos fuimos”, han sentenciado.

Antes de presentar a Wyoming, el primer invitado de la noche, Rot ha bromeado sobre el peligro que este tenía de “comerse el show”. Y en cierto modo lo ha hecho. El cómico se ha mostrado radiante y ha reconocido el motivo por el que se ha acercado a la música: “Estar más cerca de la gente a la que admiro”. “Los artistas vienen a nutrirnos de recuerdos. Vosotros sois la única razón de que ellos existan. Seguid premiando el arte”, ha proclamado arrancando el aplauso unánime de la plaza. “Queda inaugurado este cantante”, ha compartido al concluir su actuación.

El punto flamenco lo ha puesto Tomasito, escoltado por su energía y alegría. Aunque el clímax lo ha protagonizado el mítico Salta. Su melodía en seguida ha generado congas, evidentemente saltos y adrenalina. Para el bis se han reservado otra de las canciones más queridas de Los Rodríguez, Mucho mejor.

El rock como revolución

Ambos cantantes, deudores una tradición de música artesanal e instrumentos en mano, han demostrado ser defensores tanto la importancia de su estilo como del auge de otros. “Las nuevas generaciones buscan nuevos lenguajes que los distancien de los anteriores”, explicó Rot a este periódico a principios de septiembre. Al tiempo que defendió que “el rock fue en su momento una revolución y las revoluciones no duran eternamente. Tuvo un reinado muy longevo para haber empezado simplemente como un género musical y luego convertirse en el lenguaje y el pensamiento de toda una generación”. Su compañero Veneno reflexionó en la misma línea con elDiario.es esta misma semana, alegando que “quienes decimos 'los de ahora no cantan' somos como los que en su momento rechazaron a The Beatles”.

Es curioso y emocionante comprobar que ambos están tan “entusiasmados” como presumen con el proyecto que tienen entre manos. Un entusiasmo que queda patente en su actitud sobre el escenario y que Veneno lamentó que sea “imposible que hoy forme parte del discurso juvenil”. Algo que, según él está quedando reflejado en sus canciones, en las que el “individualismo” de sus letras es “fruto de su angustia por el futuro que se les niega. Por eso hacen música con desesperanza y desazón, refleja su estado de ánimo”.

Los últimos acordes que han resonado en el show han sido los de Volando voy, otra de sus canciones más emblemáticas. El broche perfecto con el que el público se ha entregado al baile, al disfrute y la devoción por los sonidos de estos dos músicos tan reconocidos. Y con Wyoming de nuevo sobre el escenario exultante.

Si hay algo que Ariel Rot y Kiko Veneno han conseguido en su concierto es unificar todas las edades, con pequeños y grandes danzando al son de sus temas. Su propuesta ha combinado instantes de mucho ritmo, de calma, de recuerdo y auténtica fiesta aunados por la emoción que han contagiado dejando su huella en València.

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