El cambio climático eleva temperaturas en la región, reducirá lluvias y puede acabar con encinas y alcornoques
Las encinas españolas están empezando a escalar por las montañas del norte peninsular huyendo del calor, los incendios forestales continúan agostando miles de hectáreas, y en general los veranos son cada vez más tórridos, el número de días de helada retrocede, y las precipitaciones además de caprichosas van escaseando.
Consecuencias comprobadas del cambio climático provocado por el calentamiento global y un abuso del vertido de carbono a la atmósfera, en un país, España, que suspende radicalmente en la comparativa europea de tomarse este problema en serio ya que en los últimos 24 años ha aumentado sus emisiones de gases con efecto invernadero un 15% mientras el conjunto de la Unión Europea ha conseguido reducirlas un 23%.
En Extremadura las consecuencias son ya palbables según el Observatorio de la Sostenibilidad que acaba de lanzar un análisis de efectos y previsiones por comunidades autónomas.
La región ha incrementado sus emisiones invernadero un 47% en este mismo lapso de 24 años 1990-2014, por encima de esa media española del 15%, pero sigue figurando entre las que menos contaminan por habitante, y la última en emisiones por hectárea; para el balance nacional ese 47% es casi insignificante comparado con lo que han perjudicado al clima comunidades tan pobladas como Madrid (43% de aumento en emisiones), Andalucía (37%) o Valencia (47%).
En el escenario actual de una España descontrolada y que va a contramarcha de otros países, ese informe advierte que en este siglo XXI la media anual de temperaturas máximas se elevará en Extremadura 2,5 grados hasta el 2025, con variantes como las comarcas de Badajoz y Mérida donde serán dos grados, y la de Alcántara que por el contrario verá una elevación de 3,5º.
En el segundo cuarto de siglo, 2025-2050, el crecimiento ya no será tan claro y constante según los diversos escenarios de emisiones, en unos se advierte subida pero en otro subidas y bajadas.
La zona de Alcántara seguiría no obstante siendo la de más calentamiento, aunque habría otras fases de compensación, y quedaría como excepción al calor en ascendencia la comarca de Olivenza.
Precipitaciones
En cuanto a las lluvias y respecto a la situación del año 2000, en 2025 habrían disminuido una media de 50 litros por metro cuadrado anuales en Extremadura, en el Jerte la reducción sería de 100, mientras que al contrario en zonas pacenses limítrofes con Andalucía y Castilla-La Mancha caerían 50 litros más.
En el segundo cuarto de siglo, 2025-2050, la reducción de precipitaciones sería aún mayor, de 350 litros en las zonas centrales y occidentales del norte de la provincia de Cáceres (Gata, Jerte); de 100 litros en Mérida, Tierra de Barros, Don Benito, Campiña Sur y La Serena, y el en resto de zonas de Extremadura, y principalmente en provincia de Cáceres, Olivenza y Jerez, la reducción pluviométrica sería de 150 litros por metro cuadrado anuales.
El alcornoque en la situación actual de emisiones quedaría en posición crítica, con una reducción progresiva que llevaría a su desaparición en 2050; la encina también vería reducida su área de presencia, un escenario llevaría a su desaparición y otro indica mejoría a partir de 2041.
La Comunidad extremeña, en cuanto a evaluación de políticas públicas contra el cambio climático, sale bien parada al menos hasta 2014; figura entre las muy activas con acciones, observaciones e investigaciones, junto a Andalucía, Cataluña y Valencia.