Cierra con éxito la edición “más atípica y complicada” del Festival de Mérida
El Festival de Teatro Clásico de Mérida ha cerrado la edición de este año, “la más atípica y complicada”, en palabras de su director, Jesús Cimarro, con 65.410 asistentes, aunque “el éxito” de la misma, según ha agregado, radica en la demostración de que, si se siguen las normas sanitarias, “la cultura y el teatro pueden y deben seguir adelante”.
“El éxito radica en que se ha celebrado con cierta normalidad dentro de la anormalidad más inédita”, ha agregado Cimarro durante la presentación del balance de esta última edición, a la que ha asistido el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara.
La cultura “ha vencido a los contratiempos”, ha dicho el director de la cita teatral emeritense, quien ha agradecido “la confianza y el comportamiento ejemplar del público”, el apoyo de las instituciones y “el esfuerzo de los profesionales”.
En este mismo sentido, Fernández Vara ha expresado su satisfacción por el desarrollo de esta edición del festival y, muy especialmente, por “esta clara apuesta por la cultura”. “Aquí no estaba en juego la marca, estaba en juego la cultura y el desarrollo de la misma” en beneficio de la sociedad, ha añadido.
“En tiempo de coronavirus, se pueden hacer muchas cosas siempre que se hagan bien”, ha dicho Fernández Vara en referencia a las numerosas medidas de seguridad adoptadas para el desarrollo del festival. Una medidas, ha apuntado Cimarro, que han ido cambiando día a día para atender las exigencias de las autoridades sanitarias.
Reducción de aforo
De hecho, la dirección de festival decidió reducir al 50 % el aforo de los diversos recintos teatrales donde se desarrolla la programación -Mérida, Regina, Medellín y Cáparra- para atender la distancia social, en lugar del 75 % permitido al inicio.
A juicio de Cimarro, el festival, que ha sido “una cita segura”, ha demostrado que “la cultura en vivo tiene que seguir viva y en los lugares que le corresponden”. “Si esto no hubiera salido bien, posiblemente las temporadas escénicas que se inician a partir de septiembre podrían haber estado tocadas”, ha afirmado.
Cimarro se ha mostrado crítico con quienes han lanzado “afirmaciones gratuitas” sobre la distribución del público atendiendo a los aforos permitidos. “Hemos cumplido”, ha remarcado el director del festival, quien ha añadido que “cuando la gente se cree sus propias mentiras -en referencia a las críticas- es mejor no hacer ni caso”.
“Intentemos normalizar la actividad de nuestra cotidianidad, pues, de lo contrario, lo pasaremos muy mal de aquí en adelante”, ha expuesto Cimarro.
Así, el Teatro Romano de Mérida arrancó su programación con el 75 % del aforo en su primer espectáculo, “Antígona”, aunque lo redujo al 50 % a partir del segundo montaje, “Anfitrión”, por indicación de las autoridades sanitarias. Los teatros de Medellín, Cáparra y Regina han funcionado siempre con el 50 % de su aforo.
47% del aforo
Esta 66 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, la novena consecutiva que dirige y gestiona Jesús Cimarro, se ha clausurado con 65.410 asistentes, con una media de asistencia del 47 % del aforo, muy cerca del ya comentado tope del 50 %.
Han sido cinco semanas –del 22 de julio al 24 de agosto– durante las cuales se han desarrollado actividades y representaciones en los cuatro espacios romanos citados, así como en el Museo Nacional de Arte Romano y en distintos lugares al aire libre de la ciudad de Mérida y en la propia sede del festival.
Los cinco espectáculos programados en el Teatro de Mérida (“Antígona”, “Anfitrión”, “La comedia de la cestita”, “Cayo César” y “Penélope”, que han sumado 26 funciones, han reunido a 34.747 espectadores, mientras que las tres representaciones de Medellín las han disfrutado 1.574 espectadores, las cuatro de Cáparra atrajeron a 1.335 personas y “Tito Andrónico” en Regina, 400 espectadores.
Situación difícil
Como presidente de la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza (FAETEDA), Cimarro ha dicho que si algunas comunidades autónomas mantienen la decisión de suspender “a troche y moche” la programación cultural, se corre el riesgo de abocar al sector a una situación “muy difícil”.
“Nos podemos cargar el sector de la cultura”, ha advertido Cimarro en calidad de presidente de la FAETDA. “Cuando un gobierno autónomo toma decisiones, puedo estar de acuerdo o en contra, pero hay gente que está suspendiendo -las programaciones- a troche y moche, a tabla rasa”, ha añadido.
A su juicio, es necesario “sentarse” con todos los sectores para pactar las decisiones que se toman. De lo contrario, “estaremos ante una situación muy difícil”.
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