María Pagés: “Hay que proteger y amar al flamenco como algo nuestro”
La bailaora y coreógrafa de flamenco María Pagés, que pisa por primera vez las tablas del Teatro Romano de Mérida, considera que el gran reto que tiene España con el flamenco es protegerlo y amarlo “como algo nuestro” y destaca la trayectoria de este arte, que nació de lo marginal y ha llegado a los grandes escenarios.
“Es un gran arte nuestro, protejámoslo, ayudémoslo, hagámoslo crecer, amémoslo, sintámoslo como nuestro, ese es el gran reto que todavía tenemos en nuestro país”, explica María Pagés (Sevilla 1963) en una entrevista con Efe, horas antes de la puesta en escena de la obra “De Sheherezade” en el festival emeritense.
De la obra destaca “la capacidad transformadora de la palabra” y el ponerla en valor “como instrumento que crea el ser humano para resolver conflictos y superar las diferencias”.
Para María Pagés, este es el mensaje que transmite Sheherezade, una mujer que se ofreció a ser la esposa de un sultán que cada noche asesinaba a una mujer hasta que llegó ella, a la que nunca quitó la vida porque esperaba impaciente sus relatos cuando anochecía. Cada minuto de intriga y de historia era un minuto más de vida para Sheherezade.
Ella fue “una mujer inteligente” que supo que con la palabra “no necesitaba más arma para convencer a un asesino que estaba dispuesto a matarla”, así como de “enseñarlo a amar” tras mil y una noches de historias,
María Pagés confiesa tener “muchísimas ganas” de estrenar este vienes “De Sheherezade” en el escenario “hermoso y brutal” del Teatro Romano de Mérida, donde “vamos a dejar una parte de nuestra alma y de nuestro ser”.
Para ella, el Teatro Romano es un escenario “absolutamente diferente” a las “cajas negras” de los espacios escénicos de los teatros convencionales, por eso, asume el reto de incorporar a la obra “la escenografía natural propia” del teatro, “es como si Sheherezade estuviera hecha para ese espacio”.
“De Sheherezade”, creada y dirigida por María Pagés y El Arbi El Harti, es un “espectáculo complejo y vitalista lleno de matices”, encabezado por María Pagés y diez bailaoras que la acompañan, además de la música en directo de dos voces femeninas que narran la obra, dos guitarras flamencas, un violín y un chelo.
En definitiva, una gran cantidad de elementos que, a juicio de Pagés, hay que ir “engranando” para que sea “perfecto”.
La bailaora y coreógrafa explica que la música original del espectáculo está basada en el “flamenco como referente más importante”, aunque acude también a otros referentes clásicos, y señala que hay “un amplio abanico de palos flamencos, desde taranto a soleá, soleá por bulería, bulería…”.
Y es que, para ella, la grandeza del flamenco radica “en su propia naturaleza y en su propia trayectoria” porque es “un arte marginal que nace en lo más marginal y que llega a los grandes escenarios”.
Pagés expresa que el hecho de que el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida incorpore la danza es “un buen ejemplo porque no siempre la danza entra en las grandes programaciones teatrales”.
Lamenta la falta de apoyo institucional al flamenco y a la danza en general, y desde el Centro Coreográfico María Pagés en Fuenlabrada impulsan “muchísimas iniciativas para que forme parte de las voluntades políticas e institucionales y les ayuden a crecer”.
En este sentido, el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2022 que ha recibido es “importante” porque, a su juicio, el hecho de que “una gran institución reconozca al arte que más y mejor representa a nuestro país, que es el flamenco, es un ejemplo a seguir por las demás instituciones y para la sociedad”.
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