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De profesión, precario: Cuando tener trabajo no es sinónimo de vivir bien

El salario bruto medio anual en 2014 subió el 0,7 %, hasta los 22.858 euros

Jesús Conde

Tener un empleo, dedicarle todas las energías y ganar lo justo y necesario para vivir. Es una realidad de muchos extremeños. Personas para las que ser ‘mileurista’ sería un sueño.

Los sindicatos inician este lunes movilizaciones para exigir una subida de los salarios de entre el 1,8 y el 3 por ciento, frente al 1,5 que plantea la patronal. Dibujan un escenario de altas tasas de paro y exclusión social para muchos extremeños.

La realidad en la calle son los empleos 'indignos'. Es lo que piensa Dolores, una joven de 32 años que trabaja como dependienta en Badajoz. Recibe 850 por 40 horas semanales. Sin embargo trabaja 50, más horas extras.

Su sueldo es el mismo que cuando entró a trabajar hace cinco años. La única mejora que ha tenido es que ahora no la despiden cuando llegan las vacaciones para volverla a contratar después. Considera que le pagan menos de lo que deberían: “Y así estamos todos, asumiendo que es lo que hay”.

No se plantea formar una familia o afrontar más gastos de los habituales porque le resulta imposible. Ni por el dinero, ni por los horarios. “Es complicado conciliar la vida laboral y personal cuando te pasas el día entero en tu trabajo. Y los compañeros que tienen críos, pues todo el día en la guardería o en clases extraescolares. Ocupando su tiempo”.

“Lo dejaría sin pensarlo, son demasiadas horas y demasiado aguante”. El problema, la falta de oportunidades. “La gente aguanta porque hay miedo, porque no hay trabajo, y ese es el problema”.

Los trabajadores pobres

Tanto CCOO como UGT critican que las estimaciones de crecimiento económico del país será del 3 por ciento, algo que no se refleja en la subida de los salarios, recoge Efe. Especialmente sensible es la situación de personas desempleadas de larga duración, y de gente que empalma empleos temporales o precarios.

Dentro de la precariedad hay una amplia gama de colores y hay quien entiende la situación. Rafa un joven de Mérida que trabaja como mecánico y que considera que sí tiene un empleo y un salario digno.

Echa entre 40 y 43 horas semanales en un taller, aunque solo está dado de alta a media jornada. Explica que recibe un sueldo “casi equivalente al que cobraría si estuviera cotizando a jornada completa”.

“Mirando desde el punto de vista de una persona que tiene que contratar a un trabajador, puedo entender que es complicado. Sobre todo en un negocio pequeño”. Apunta a más cosas: si deja el trabajo no tiene ningún colchón al que agarrarse, porque sus padres están en paro.

“Creo que sí, que la gente aguanta por falta de expectativas. También pienso que esta situación está muy normalizada. Así que no se ve como algo fuera de lo común”. No se plantea cambiar de trabajo, por el que recibe 975 euros. Reconoce que no le gusta estar así, pero tampoco se siente explotado.

Empleo y exclusión social

Los líderes regionales de CCOO y UGT, Julián Carretero y Patrocinio Sánchez, reclaman una subida salarial porque los sueldos son una fuente de crecimiento y de empleo de calidad. Algo importante en Extremadura, con los salarios más bajos del país. Sueldos que además se han reducido desde el comienzo de la crisis.

Alertan de una una situación de peligro de exclusión social “inaceptable en un país desarrollado”. Mientras que “se rescata” financieramente a la banca con dinero público.

Reclaman una vez más al Gobierno central que retire la reforma laboral, y a las organizaciones empresariales que acepten las subidas salariales que demandan los sindicatos. Mientras los sueldos son bajos, los hogares tienen que hacer frente a un aumento de la inflación, con el encarecimiento del suministro de energías como la eléctrica y la pérdida del poder adquisitivo de los pensionistas.

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