Crece la economía extremeña, aunque con salarios más bajos y el aumento de parados sin prestación
Los datos son positivos si se tiene en cuenta que en 2015 continuó la recuperación de la economía extremeña iniciada un año antes tras varios ejercicios de decrecimiento.
La memoria anual de la memoria del Consejo Económico y Social de Extremadura (CES) muestra un balance óptimo, con un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 4 por ciento en términos corrientes, alcanzando los 17.589 millones de euros, superior al crecimiento de la economía española, que fue del 3,8 por ciento.
Sin embargo no es tiempo de celebraciones porque el panorama es incierto. Así lo puso de manifiesto la presidenta del Consejo Económico y Social de Extremadura, Mercedes Vaquera Mosquero, que apunta a un escenario de incertidumbre dentro y fuera de las fronteras extremeñas en el curso de la economía que puede variar. En el caso de la comunidad entran en juego además factores como el envejecimiento de la población o la tasa de desempleo.
Como datos positivos se encuentra un aumento del Valor Añadido Bruto en el sector agrario, del 6,8 por ciento; así como en la industria manufacturera (+4%) y en las ramas en las que la energía es determinante (5,36%).
Destaca el incremento del 8 % en el sector de la construcción, que crece por primera vez desde el inicio de la crisis económica, mientras que en el sector terciario la subida fue del 2,8 %. También una recuperación del sector turístico.
La parte negativa
El presidente de la Junta Guillermo Fernández Vara resaltó los aspectos positivos, aunque mostró al mismo tiempo su preocupación por el número de extremeños sin empleo. También aquellos cuyo trabajo es precario, o por el hecho de que el ahorro extremeño esté sirviendo en la actualidad para financiar créditos fuera de la región.
En este sentido señala Fernando Sánchez Lavado, de CCOO Extremadura, que existen indicadores que no apuntan al optimismo, especialmente en cuestiones económicas, sociales y laborales.
En cuanto a las cifras del paro, aunque es cierto que han aumento los puestos y ha bajado la tasa de desempleo en los dos últimos años, el sindicato indica que no significa que haya habido una mejora del mercado laboral. Sino que más bien hay una mayor temporalidad (de hasta el 90 por ciento).
En la práctica esto supone es repartir el poco trabajo que había antes. De hecho más del 80 por ciento de los contratos no supera el mes de duración en una comunidad con un tejido laboral y productivo débil, sin grandes empresas.
Una de las cuestiones que trae consigo la temporalidad es una menor capacidad adquisitiva, y por lo tanto menos consumo. Además Extremadura es la comunidad con los salarios brutos más bajos del país, y con las pensiones más bajas.
Pobreza
Precisamente en términos de pobreza señala el informe del Consejo Económico y Social que el porcentaje de personas en riesgo de pobreza afectó el pasado año en la región al 29 por ciento de los extremeños, frente al 22 por ciento de la media nacional. En 2015 la tasa de pobreza y exclusión en España era del 28,6 por ciento, mientras que en Extremadura se situó en un 35,2 por ciento, habiéndose reducido en 4,6 puntos porcentuales.
Bajan las prestaciones por desempleo
Otro de los elementos a tener en cuenta es una bajada de la cuantía en las prestaciones por desempleo, pero también en el tiempo que se cobra la prestación, de manera que cada vez son más los trabajadores sin prestación. Si en periodo 2012-2015 se partía de una tasa del 71,8 por ciento, en 2015 se situó en el 64,2 por ciento.
Se añade que la media anual de las personas activas en Extremadura ascendió a 503.200 personas, frente a los 504.000 del año anterior.
“Hay que acabar con las reforma laboral”
Ante este panorama el sindicato CCOO Extremadura señala que la reforma laboral no ayuda a crear empleo, sino que lo destruye, de manera que se hace necesaria su erradicación. Al mismo tiempo aboga por volver a la negociación colectiva que “equilibra las relaciones laborales” y recuperar los derechos perdidos en los convenios colectivos.
Piensa que es necesario un aumento de los salarios, porque hay trabajadores a jornada completa con sueldos de 700 euros, lo que para una familia media no garantiza su consumo y las arrastra al umbral de la pobreza.