Las ventas de las gasolineras cayeron un 30 por ciento este año pasado

Las ventas de las gasolineras extremeñas cayeron en torno a un 30 por ciento el año pasado debido a los efectos de la pandemia de coronavirus.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Extremadura (Aresex), Fernando Mena, ha explicado que el sector sufrió el tremendo impacto del confinamiento, tras lo cual, y con la paulatina mejora de la situación sanitaria, las cifras empezaron una progresiva escalada.

Sin embargo, los últimos dos meses de 2020 “fueron muy malos” debido a las restricciones de movimientos y en la hostelería como consecuencia del aumento de los contagios, lo que afectó al turismo y a la restauración en periodos “clave”.

“El optimismo tras la cierta mejoría en las ventas se acabó con la segunda ola”, ha incidido el máximo responsable de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Extremadura.

Menos funcionarios moviéndose

Junto a las restricciones por la pandemia y a los efectos de la ausencia de movimientos turísticos también se ha unido el aumento del teletrabajo, como ha acontecido en la administración autonómica, lo que también ha contribuido a reducir los desplazamientos.

Pese a estos datos de descensos en ventas, similares a la media nacional, las gasolineras resisten en la comunidad autónoma extremeña, ha dicho Mena, quien no obstante se ha mostrado convencido de que son necesarias afrontar diversas estrategias para enfrentar el futuro con garantías.

En este sentido ha dicho que las estaciones de servicio quieren abordar una apuesta por la digitalización y por una mayor venta de productos más allá del tradicional repostaje, lo que llevará a los empresarios a realizar inversiones “muy potentes”.

Por este motivo se ha trasladado ya al Gobierno central que el sector quiere optar en 2021 a las ayudas que vendrán gracias al fondo europeo de reconstrucción, el cual se quiere aprovechar para impulsar “proyectos tractores que incentiven esas inversiones”.

El sector estaba muy preocupado por las repercusiones que hubiera provocado una subida en el impuesto del diésel durante 2021, lo que finalmente no se ha producido, aunque no obstante se teme que algunas decisiones puedan repercutir en el encarecimiento del combustible.