El primer fallecido en la zona de Mérida es el ganadero Borja Domeca, de la divisa Jandilla
El ganadero Francisco de Borja Domecq Solís, uno de los grandes criadores de bravo de los últimos tiempos, ha muerto este lunes lunes en el hospital Mérida a causa del coronavirus.
Borja Domecq, que contaba con 75 años, dirigió la ganadería de Jandilla desde 1987 hasta octubre de 2016, dos décadas en las que consiguió grandes éxitos hasta que pasó el testigo a su hijo del mismo nombre motivado por ciertos problemas de salud, sobre los que ha prosperado el virus.
Nacido en Pamplona en 1945, era hijo del jerezano Juan Pedro Domecq y Díez, quien con sus hermanos Juan Pedro, Álvaro, Pedro y Salvador inició en los años 50 un largo proceso de mejora genética que llevó a que sus reses, con sus hierros y con aquellos que compraron sus vacas y sementales, coparan gran parte del mercado mundial, con el llamado encaste Domecq.
Hermanos de Borja Domecq fueron los también prestigiosos ganaderos Juan Pedro, propietario de la divisa que llevaba su nombre, y Fernando Domecq Solís, con la de Jandilla -hasta 1987- y posteriormente con la de Zalduendo.
Fernando Domecq, precisamente, falleció en mayo del pasado año, tras haber vendido su vacada al empresario mexicano Alberto Bailleres, mientras que Juan Pedro Domecq murió en accidente de tráfico en abril de 2011.
En 2002 Borja Domecq Solís formó también el hierro de Vegahermosa con productos de esa misma prodecedencia genética con la que hizo un brillante trabajo que le llevó a situar la ganadería entre las más destacadas de las últimas décadas.
Gracias a ello los “jandillas” se convirtieron, por su alto nivel de bravura y calidad, en unos de los toros predilectos tanto de toreros como de aficionados, con una gran regularidad en el éxito en las plazas más exigentes de España y Francia.
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