Papa cuéntame otra vez
Papa cuéntame otra vez ese cuento tan bonito de ese grupo de locos vecinos de Cáceres que se juntaron para combatir las políticas de miserias que se estaban llevando en nuestra ciudad y de cómo consiguieron ilusionar a un importante número de personas de que había otra forma de hacer política.
Cuéntame cómo ellos nunca habrían aceptado gastar 20.000 euros en medallas e insignias para los concejales, cómo habrían obligado a bajarse el sueldo a la alcaldesa y los concejales con dedicación exclusiva, cómo no habrían aceptado ni entera ni media liberación, pues en la política ellos no se metieron para enriquecerse.
Mama cuéntame tú también, cómo lo primero que hubieran hecho sería parar todo los desahucios que existen en la ciudad y cómo no permitirían que la policía participara amedrantando en ese juego de banqueros, de cómo lucharían contra los juicios de la vergüenza que se están realizando, también en Cáceres, a quien por necesidad han ocupado una casa, pinchado la luz o el agua o han luchado por que se page la renta básica.
Papa cuéntame otra vez esa historia de cómo el resto de los partidos políticos en campaña electoral estaban en contra de la construcción del parking y cómo una vez dentro del ayuntamiento están tolerando que se construya. También cuéntame por favor como es posible que sigan talando árboles de manera indiscriminada, como es posible que destruyeran el cedro emblemático de Cáceres, como es posible que se les permita hacer todas estas barbaridades, pero sobre todo cuéntame cómo esos locos vecinos son los únicos que siguen manteniendo la coherencia y siguen movilizándose contra el parking y la tala de árboles y de cómo ellos jamás lo hubieran consentido.
Papa, ya han pasado 100 días desde las elecciones municipales y todo sigue igual o peor, aún los partidos políticos no han publicado el dinero que se gastaron en campaña, no han cedido las tierras que prometieron para el sustento de muchas familias, siguen habiendo desahucios, desempleo y muchas familias sin recursos, al final del cuento esos locos no pudieron hacer nada y todo lo que soñaban se ha quedado en solo en una ilusión.
Todavía tiene que llover, además hijo, siguen estando esos locos vecinos que no pierden la esperanza pues siguen creyendo en que existe otra forma de hacer política y que se pueden conseguir las cosas, aún nos queda mucho por hacer.